En la ciudad de Córdoba, la cultura cafetera gana cada vez más protagonismo entre los habitantes. Así como en otras grandes ciudades del mundo, en nuestra capital provincial se pueden encontrar cada vez más opciones de cafeterías, con marcada personalidad, en donde la elaboración del café deja de ser algo simplemente mecánico, para ser una bebida elaborada de modo más artesanal, artístico y “gourmet”. El entorno físico, por lo general, tiene una ambientación cuidada y pensada, que acompaña y enriquece la experiencia.
Estos lugares se convirtieron en los mejores aliados de los estudiantes universitarios, funcionan muchas veces como sede de reuniones de distintos profesionales, o simplemente, es el lugar que eligen aquellos que quieren pasar un momento tranquilo leyendo un buen libro o reunirse con su persona favorita. La modalidad take-away (para llevar) es también la mejor opción para quienes están apurados y simplemente pasan por el local por su bebida preferida. El “monstruo” global del café, Starbucks, es parte de este desarrollo y estableció su presencia con (hasta el momento) seis locales distribuidos en nuestra ciudad.
A continuación realizamos una recomendación malevense de siete cafeterías de Córdoba que no podés dejar de visitar:
Esta cafetería está ubicada en una de las avenidas más lindas y transitadas de la ciudad, a pocos metros de Patio Olmos y del Paseo del Buen Pastor, en el turístico barrio de Nueva Córdoba. Desde la vereda, llama la atención por su estética simple y refinada a la vez. “Festo nace de la inspiración de viajes, amor por la gastronomía y experiencias urbanas. Es un concepto «grab & eat» donde el cliente puede elegir entre consumir los productos en el salón o llevarlos en modalidad take away. Son productos frescos y de estación, caseros y listos para ser consumidos” cuenta su dueño, Leandro Rosa. En la pizarra se pueden encontrar sándwiches frescos (el de Salmón es uno de los preferidos de los clientes), ensaladas, tartines, jugos naturales, bakery & pastry, entre otros productos. En cuanto al café, Festo cuenta con baristas capacitados (o «coffee lovers», como les gusta llamarlos en el lugar) y una carta italiana que ofrece bebidas de alta calidad. El bellísimo diseño del local lleva la firma del notable arquitecto cordobés Pablo Abdenour.
Esta tienda se presenta como un lugar óptimo para los estudiantes, profesionales, emprendedores y creativos que necesitan un lugar con las condiciones dadas para su inspiración y concentración. Cuenta con un diseño arquitectónico pensado en cada detalle en donde predomina el color blanco y negro (los colores de la marca). Lo que más se destaca en esta cafetería es su subsuelo que está ambientado como una especie de living / play-room con sillones, grandes mesas, y mini barras para satisfacer cada necesidad. Se pueden encontrar diferentes revistas y ¡juegos de mesa! para quienes van en plan de ocio. En su pizarra ofrecen gran variedad de cafés y, también, muchas opciones frías, y para acompañar ofrecen las clásicas medialunas y alfajores de maicena, y también pasta frola y torta merengada con frutos rojos, entre otras delicias. Dato: en algunas fechas especiales hacen mini shows acústicos de músicos invitados en el subsuelo.
Cuando entrás en este local pareciera que uno se adentra en un “mini laboratorio” de café; en una de sus paredes, tiene pintado a mano, una especie de catálogo con las distintas variedades de cafés (espresso, doppio, latte, capuccino, americano, mocha, irlandés, etc) y sus ingredientes. Su dueño, un experimentado barista cafetero, atiende con alegría y pasión, y cuenta con mucha amabilidad cómo te prepara la bebida que comprás, lo cual hace más casera y acogedora la experiencia. La elaboración del café es bien artesanal y detallada, al punto que realizan originales dibujos sobre la espuma con salsa de chocolate y dulce de leche. El lugar es pequeño y en sus paredes tienen frases inspiradoras que invitan a los clientes a pensar y reflexionar. Ideal para pasar y llevar tu café a casa, al trabajo o a la facu.
Esta cafetería abrió hace ya cinco años atrás, y en un principio, la idea de su dueño fue abrir una librería en la que se le ocurrió agregar unas mesas para que la gente pudiera tomar un café mientras leía su libro. Con el tiempo, la venta de café fue todo un boom por lo cual, terminó por convertirse en una cafetería que, también, vende libros. Éstos se pueden comprar y llevar, o simplemente leerse libremente cuando uno se sienta a tomar (o comer) algo en el lugar. Hay libros de autores cordobeses y editoriales cordobesas, ya que, la idea es incentivar la literatura cordobesa. Para acompañar el café ofrecen medialunas y alfajores de maicena, y también, se pueden encontrar distintos menúes salados para almorzar de lunes a viernes. Alejandro Sazatornil, encargado del local, contó que “es un lugar donde se hacen cine-debates y presentaciones de libros. También, una vez al mes, se hace un encuentro de solos y solas”. Café del Alba es una placentera combinación de buenos libros y buen café.
Su nombre significa un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. Sus dueños decidieron llamar a su tienda de esta forma porque la encontraron casi de sorpresa cercana a otro local que habían visto. Está ubicada a metros del Bv. Illia, una de las zonas más transitadas de la ciudad (cercana a la terminal de ómnibus) y a la vuelta de dos importantes facultades cordobesas. Para acompañar el café en esta tienda hay dos opciones populares: medialunas y criollos (típico producto de panadería cordobesa). También ofrecen ensaladas y sándwiches frescos. Fernando Flamini, uno de sus dueños, nos contó que entre los clientes habituales, hay un grupo de dibujantes que se reúnen en el lugar y que, casualmente, también se llaman “serendipia”. Esta pequeña tienda, ambientada con almohadones de colores, plantas y madera, es una buena opción para hacer una pausa y, por qué no, encontrar algo afortunado e inesperado.
Posee una imponente barra que se extiende a lo largo de casi todo el local. No hay carta, sólo pizarra, por lo que los clientes exclusivamente deben pedir y retirar su consumición ya sea que tomen su café en el local, o bien, lo lleven. El “must” de Vodevil es el muffin relleno de frambuesa (¡una bomba!). Entre las opciones de acompañamiento de las distintas variedades de cafés también se pueden encontrar: torta de limón, medialunas, muffins de chocolate, entre otros. Abundan los estudiantes universitarios (proveniente de la facultad de derecho de Córdoba que se encuentra a pocos metros) que aprovechan un bache entre sus materias para ir a estudiar.
Esta pequeña tienda de café se encuentra ubicada en el barrio de Nueva Córdoba a pocos metros del imponente Palacio Ferreyra ubicado frente a Plaza España. A pesar de su minúsculo tamaño está ambientada y decorada con mucho detalle. Abundan los cuadritos con referencias a la ciudad de Nueva York que transmiten una “onda” neoyorquina. Los especiales de “Capuccino” son: el capuccino “bombón” hecho con leche condensada y salsa de chocolate y, el Nutella, que es un capuccino hecho a base de Nutella y salsa de chocolate. La dueña del lugar, Yamila Noeurrich, nos contó que experimentan todas las semanas con la elaboración de distintas tortas, y la de manzana es una de las que hacen con más frecuencia. En este lugar, ofrecen una tarjeta de “cliente amigo” para que vayas completando todos tus “take away” y, de esta forma, obtenés beneficios de la tienda en tu próxima compra.
Fotos: gentileza cafeterías mencionadas / foto destacada: estudio de arquitectura de Pablo Abdenur