Philippe Frey es casi nómada. Nació y se crió en Río de Janeiro hasta los diez años, estudió en Suiza y vivió en varios países de Europa y Asia. Es un hombre adaptable y abierto a lo que el mundo pueda ofrecerle. La hotelería es su pasión y forma de vida.
Se graduó en Les Roches Hotel Management School, comenzó su carrera en Hyatt en 2001 y ocupó diferentes posiciones ejecutivas en varios hoteles de la cadena. A fines de 2013 fue designado Gerente General de Palacio Duhau- Park Hyatt Buenos Aires. Todo un emblema de la hotelería de lujo, conformado por un bellísimo palacio europeo de 1934 y un edificio contemporáneo.
Sobrio y siempre impecable, Frey es buen anfitrión y muy cordial en el trato. Habla un español con marcado acento extranjero y ríe con facilidad. Se lo nota cómodo en su traje de manager. Su estilo parece la síntesis perfecta del hedonismo brasileño y la perfección suiza.
En una charla a fondo con MALEVA, en la vinoteca del Duhau, contó detalles de su trabajo y su vida, que, a esta altura, es casi lo mismo.
«Elegí la hotelería de casualidad. Tenía 15 años y estudiaba en Suiza. En el verano fui a Alemania para mejorar el idioma y terminé trabajando como camarero y lavando platos en un restaurante italiano. Me gustó mucho la experiencia y después hice una pasantía a los 16 en Salzburg, durante el Festival Mozart…decidí que era el rumbo que quería seguir…»
¿Por qué elegiste la hotelería? ¿Qué te llamó la atención?
Fue por casualidad. Tenía 15 años y estudiaba en Suiza. En el verano fui a Alemania para mejorar el idioma y terminé trabajando como camarero y lavando platos en un restaurante italiano. Me gustó mucho la experiencia y después hice una pasantía a los 16 en Salzburg, durante el Festival Mozart. Trabajaba 16, 18 horas por día, pero fue una experiencia tan buena, conocer gente de todo el mundo, todos los días eran distintos, y realmente me apasioné con lo que es el servicio. Y decidí que ese era el rumbo que quería seguir profesionalmente.
¿Cuáles son las cualidades de un buen gerente?
El liderazgo es lo más importante. Tener pasión por lo que se hace, involucrarse, manejar la gente y el negocio de manera comprometida, estar interesado en los detalles, pero dejando que los empleados hagan su trabajo. Hay que tener muchas facetas.
¿Qué implica manejar un hotel de lujo?
Mucho trabajo y responsabilidad. En Palacio Duhau decimos que el lujo es algo personal. Se necesita un nivel de empatía en todos los niveles de la organización para poder entender al cliente. Y sólo después de entenderlo podemos darle un servicio realmente personalizado para que cada individuo se sienta como el rey de la casa.
«Tener diferentes situaciones y clientes hace el negocio más dinámico e interesante. No debería decirlo, pero casi tenemos más satisfacción cuando conseguimos entender y convencer a un huésped difícil y logramos que salga satisfecho.»
¿Dirías que ese es el valor agregado del Duhau?
Son dos cosas. Por un lado, estamos en uno de los edificios más lindos de Argentina, de la belle époque, conservado de la mejor manera posible. No hay muchos hoteles en el mundo que tengan este valor histórico. Por otro lado, el nivel de servicio y de experiencia que ofrecemos a nuestros huéspedes. Estos dos puntos hacen que la experiencia de alojarse en el Palacio Duhau – Park Hyatt Buenos Aires sea algo memorable. De hecho, fuimos elegidos mejor hotel en Argentina y segundo en Sudamérica (Condé Nast Reader’s Choice Awards 2015) y estamos entre los 10 mejores hoteles de ciudad en Sudamérica y América Central (Travel + Leisure World’s Best Awards 2015).
La gastronomía debe ser otro punto fuerte.
Sí, en nuestra marca la gastronomía es de excelencia y en Duhau es uno de nuestro pilares. Tener una experiencia de calidad en un hotel incluye sus bares y restaurantes y todo lo que sea alimentos y bebidas. Ponemos mucho esfuerzo, tiempo y recursos para tener esa excelencia. Y esto está disponible también para el público local.
«Estamos en uno de los edificios más lindos de Argentina, de la belle époque, conservado de la mejor manera posible. No hay muchos hoteles en el mundo que tengan este valor histórico.»
Vos participaste en la apertura del hotel. ¿No?
Sí, tuve la suerte de estar en ese momento. Yo estaba en Hong Kong y me invitaron a formar parte del equipo de apertura y estuve dos meses acá. Fue mi primera vez en Buenos Aires, me encantó el hotel y la ciudad y le dije a mi jefe que me encantaría volver. Siete u ocho años después me llegó la propuesta y no lo pensé. La respuesta fue muy rápida.
En julio se cumplen diez años de la apertura. ¿Cómo piensan festejarlo?
En realidad, celebramos todo el año y en noviembre haremos una gran reunión gastronómica en los jardines del Palacio, en el marco del Masters of Food & Wine, donde invitaremos a diez chefs que formaron parte del hotel a lo largo de estos años.
¿Qué pasa cuando les toca un huésped difícil?
Es parte del trabajo y también un desafío. Si todos los días tuviésemos el mismo tipo de huésped quizás podría llegar a ser aburrido. Tener diferentes situaciones y clientes hace el negocio más dinámico e interesante. No debería decirlo, pero casi tenemos más satisfacción cuando conseguimos entender y convencer a un huésped difícil y logramos que salga satisfecho.
¿Y vos qué tipo de huésped sos?
Soy muy fácil, normalmente viajo con mi mujer y mis hijos y cuando estoy de vacaciones intento desenchufarme. En general, nos quedamos en un hotel Hyatt o buscamos uno que sea ideal para toda la familia.
«De Buenos Aires me encanta lo verde que es la ciudad, hay parques por todos lados y es muy caminable. También la calidad y diversidad de los restaurantes. Y la gente, me doy muy bien con los porteños.»
¿Qué lugares elegís para las vacaciones?
Voy por todos lados. Mucha playa, pero también shopping. Nueva York, Miami y esquí en Europa.
¿Cómo es tu familia? Tu mujer es australiana, ¿no?
Sí, Melisa es australiana. Nos conocimos estudiando hotelería, pero sólo yo continué la carrera. Tengo dos hijos: Maia (11), que nació en Hong Kong, y Mathieu (13), en Brasil.
¿Qué te gusta de Buenos Aires?
Es una lista larga. Me encanta lo verde que es la ciudad, hay parques por todos lados y es muy caminable. También la calidad y diversidad de los restaurantes. Y la gente, me doy muy bien con los porteños.
¿Adoptaste costumbres? ¿El mate, el dulce de leche?
Mate no, pero arroz con leche o dulce de leche siempre me vienen bien. También la carne y mucho el malbec. Y cada tanto voy a la cancha.
¿Y cómo es tu vida fuera del trabajo? ¿Tenés hobbies? ¿Hacés deportes?
Muy familiar, paso mucho tiempo con ellos. Vivimos en Recoleta, cerca del hotel, y tenemos un perro. Además, juego al golf y practico snowboard en Europa y buceo en Brasil.
¿Sos buen gourmet?
Sí, me encanta la comida. Mi madre siempre cocinó muy bien y desde chico tuve la oportunidad de recorrer Europa varias veces. Y cuando uno va por Italia, Francia, Suiza, y no sólo en las ciudades grandes sino también en los pueblos y en la campaña, descubre y aprecia la mejor calidad del producto hecho de la manera más simple y auténtica. Me encanta la región de Piemonte, la calidad del vino, las trufas, los tomates, todo allí es bueno. También viví diez años en Asia, seis de ellos en Tailandia, y soy un enamorado de la comida tailandesa, sus sabores y combinaciones.
«La puedo pasar de diez comiendo un choripán en una esquina si tiene el ambiente correcto, la onda correcta y, por supuesto, si el pan y el chorizo son buenos. Se puede pasar muy bien comiendo muy simple. No tengo un restaurante ni una comida favorita, pero me gusta mucho Fervor, Sottovoce, Oviedo, el Centro Vasco Francés…»
¿Y acá en Buenos Aires dónde te gusta ir a comer?
Depende de la ocasión. La puedo pasar de diez comiendo un choripán en una esquina si tiene el ambiente correcto, la onda correcta y, por supuesto, si el pan y el chorizo son buenos. Se puede pasar muy bien comiendo muy simple. No tengo un restaurante ni una comida favorita, pero me gusta mucho Fervor, para la carne; Sottovoce, para comida italiana; Oviedo, para pescados; el Centro Vasco Francés, en San Telmo, y cada tanto un choripán en la calle.
Y si hablamos de bebidas, ¿qué preferís y en qué situaciones?
Me encanta el vodka, aprendí a apreciar el vodka de buena calidad. También me gusta mucho el vino, como aperitivo o para la cena, y la caipirinha, que siempre cae bien.
Recién contabas que viviste diez años en Asia. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué te sorprendió?
Viví en Hong Kong, Bangkok y en Beijing, siempre trabajando en la cadena Haytt. Fue fantástico. Desde chico viajé y viví en diferentes países y mi mujer también. Los dos somos muy adaptables y abiertos y soñábamos con vivir en Asia. Es otro mundo. Un choque cultural muy grande, pero también una experiencia muy linda y una calidad de vida excelente. De los tres, Hong Kong es el más fácil para un extranjero. En Tailandia, por tener una parte budista importante, el choque es más grande, pero yo me enamoré de ese país, la gente, la comida, la cultura. Considero Tailandia como mi casa. Y China es un choque más grande aún. Hay pocos extranjeros, casi nada está en inglés, casi nadie habla inglés. Mi experiencia en todos estos países es que si vas con la mente abierta y respetas a la gente, la gente se abre y te hace sentir en casa.
¿Dónde más viviste?
Brasil, Suiza, Alemania, Austria y un poco en Francia, en Bordeaux. Soy nómada, mi casa es donde estoy en el momento, y tengo dos casas propias, en Río y Suiza.
¿Cuál es tu próximo destino profesional?
No tengo idea y no hay planes por el momento. Espero estar un tiempo más en Argentina.
¿Te guiás por alguna frase de cabecera?
Frase de cabecera no, pero sí creo que uno tiene que ser honesto consigo mismo en todo lo que hace. Y otra cosa que aprendí es que se puede estar en el lugar cierto en el momento cierto, pero sin trabajo duro no funciona nada.
LOS DIEZ AÑOS DEL PALACIO DUHAU – PARK HYATT BUENOS AIRES
Este 2016 no es un año más para uno de los hoteles más exclusivos y emblemáticos de Buenos Aires: es el año en que cumple una década. A lo largo de los meses, se harán distintas celebraciones pero una de las más importantes se realizará en noviembre en el marco del Masters of Food & Wine, donde se invitarán a diez chefs que formaron parte de la historia del hotel en estos diez años. En 2015 fue elegido el mejor hotel en Argentina y segundo en Sudamérica (Condé Nast Reader’s Choice Awards 2015) y a su vez se ubica entre los 10 mejores hoteles urbanos en Sudamérica y América Central (Travel + Leisure World’s Best Awards 2015).