La isla de Bali siempre fue sinónimo de paraíso exótico y tropical, pero en los últimos tiempos se convirtió en una suerte de tierra prometida para la vida sana y la espiritualidad. Esta singular isla de Indonesia (la única hinduista del país) empezó a atraer viajeros de todo el mundo (esta cronista es una de ellos) que buscan revitalizar su cuerpo y su alma, además de un poco de aventura.
La cultura balinesa es reconocida por ser ritualista y sumamente espiritual, los masajes y la meditación son prácticas antiguas íntimamente engranadas en la vida local. Recorriendo Bali, uno se encuentra con spas escondidos entre los icónicos arrozales, “ashrams”, “warung” (restaurantes) ayurvédicos, además de una infinidad de templos y figuras de dioses hindúes: es una serena fiesta para los sentidos y el ánimo. Esta isla rodeada de coral es el lugar ideal para tomarse unas exóticas vacaciones sanadoras. Estas son las coordenadas imperdibles.
Entre las calles angostas del pequeño pueblo de Ubud, este restaurante te hace sentir que estás almorzando dentro de un templo sagrado. El menú es muy variado, hay comida ayurvédica, vegana y “raw”, pero se destacan los jugos, o, como le dicen ahí, elixires. El más conocido es el Ojas Builder, un licuado ayurvédico que restablece el vigor. Suena exótico, pero es riquísimo: equilibrio perfecto entre dulce y especiado.
Renombrados profesores de yoga de todo el mundo llegan a este centro para dar clases y hacer retiros. Las sesiones de yoga suceden en un típico espacio rústico balinés con vista a los campos de arroz, ideal para relajarse y conectar con la naturaleza. Hay una gran variedad de clases que atraen yoguis de todas partes, pero no hace falta ser experto para participar. Al final de la práctica, todos se encuentran en el Kafe, donde hay un menú pensado especialmente para complementar la sesión de yoga.
Después de haber purificado tu cuerpo en la clase de yoga, completá tu sesión “detox” probando las delicias que ofrece este café. Su especialidad es la comida “raw” o, como también le llaman, “comida viviente”. Recomendamos el “Macro Bowl”, una mezcla de arroz, semillas y vegetales, aunque no suene tan tentador, esta plato es un manjar y, además, tu cuerpo te lo va a agradecer.
4) UBUD BODYWORKS HEALING CENTRE: LOS MASAJES Y BAÑOS DE FLORES MÁS SUBLIMES
Para dejar el mundo cotidiano detrás por un rato y transportarse a un lugar de serenidad y belleza, no hay mejor lugar que este. Al entrar, el suave sonido del agua que cae de una fuente con forma de Ganesha (dios hindú) y el sútil olor a incienso tienen un efecto relajante inmediata, y eso que aún faltan los masajes. Lo mejor es elegir la combinación de masajes de cuerpo completo y, al final, darse un baño de flores y aceites aromáticas en tu propio jardín privado. Todo a muy buen precio!
Quedarse a dormir en este rústico bungalow, literalmente sobre el mar, no tiene igual. Bingin Beach es de las playas menos populares (por suerte) de la península Bukit (al sur de Bali), por eso se mantiene como un sitio de bienestar y paz, sin fiestas ni bares nocturnos. Lo mejor de Swamis es hacer la clase de yoga a la mañana en el balcón abierto, cuando sube la marea vas a sentir que estás realmente sobre el agua. Si tenés hambre, podés pedir que te traigan el almuerzo (tienen un restaurante de “health food”) mientras te recostás sobre los cómodos almohadones y la brisa del mar te refresca. Este lugar es ideal para los aficionados al surf, ya que su vista privilegiada permite analizar el “swell” a una distancia perfecta.
Si querés experimentar un poco de la vida nocturna, pero seguir con un estilo de vida sana, este restaurante al aire libre tiene la perfecta combinación de ambos. La comida es orgánica y natural, pero lo mejor sucede los jueves a la noche cuando tocan bandas en vivo y se reúnen surfistas y viajeros para divertirse en un ambiente relajado. Recomendamos pedir el plato típico indonés, Nasi Goreng, un arroz frito con camarones y salsa agridulce; por lo general, es el plato local menos saludable, pero este restaurante lo hace muy bien.
Para personas que quieren llevar su viaje revitalizador a otro nivel, este lugar de retiros sumergido en la jungla tropical ofrece la reclusión que uno necesita, pero al mismo tiempo una conexión especial con Bali a través de sus experimentados guías. A los huéspedes se les ofrece programas intensivos de yoga, masajes perfectos y comida “raw”; el objetivo es eliminar cada gota de estrés de tu cuerpo y mente. Ofrecen un retiro llamado “Escape the world” (escapa del mundo), que encuentra el equilibrio perfecto entre reconectarse con uno mismo, pero también salir a descubrir los tesoros que aguarda la isla.
La gran final para tu viaje sanador podría ser el templo hindú-balinés del agua sagrada y la limpieza del alma. Los locales hacen fila para bañarse y mojar sus cabezas debajo de las vertientes de agua santa mientras rezan, así es como uno vive el ritual de purificación. Es un experiencia inolvidable y los balineses son muy simpáticos con los turistas que visitan. No te olvides de traer un “sarong” o pareo extra, hay que estar bien tapado para entrar al templo ¡y, al agua también!