El soup nazi en Seinfeld, el café en tazones gigantes de Friends, los Magnolia cupcakes en Sex and The City y hasta las donuts de Homero. Es imposible encontrar una serie que no esté atravesada por al menos una referencia gastronómica y aún más difícil cruzarse con un ser humano que no esté esperando el estreno de una próxima temporada de algo. Porque mientras las películas se consumen de una sentada y se digieren rápido, las series, por su carácter longevo y pausado se imponen como un leitmotiv. Las pensamos, las compartimos y las debatimos de la cama a la sobremesa. Solo faltaría vivirlas. Un poco por curiosidad y otro poco por diversión, en MALEVA se nos ocurrió encontrar esos spots de Buenos Aires que nos dejan sentirnos por un rato adentro de nuestros shows preferidos sin necesidad de disfrazarnos o rodearnos de escenografía de cartón. Aquí una selección de fantasía que se parece bastante a la realidad.
Sexo, violencia y alcohol con un gran aporte de traición arman el cuadro de una de las series más adictivas de nuestra era. La misión no es fácil, nos separa un universo diferente, de la fauna a la geografía. Lo que sí nos aúna es la afición a la bebida, que al parecer causa los mismos efectos que en el mundo real. Circula mucho más vino que agua y algunas de las escenas más icónicas se desarrollaron alrededor de mesas larguísimas. Como no contamos con un bar de hielo porteño que nos acerque a Jon Snow, el elegido es Rey de Copas (Gorriti 5176) que por carácter y por nombre nos lleva un poquito a King’s Landing. La estructura metálica de la terraza bien podría estar en alguno de los balcones de los Lannister y los copones extra large saciarían la sed de Cersei sin reproche. Además, la ambientación de la planta baja tiene un aire medieval que despierta la fantasía sí o sí.
Para combatir el luto por la serie que llegó a su fin, más de uno reemplazó las tostadas de la tarde por scons. El problema acá es que la locación donde se filmó es tan fundamental e irremplazable como cualquiera de sus protagonistas. Así que no cualquier restaurante de Buenos Aires puede estar a la altura. Ni siquiera el salón de té del Alvear Palace Hotel. Uno que bien podría albergar a la Dowager Countess of Grantham y sus descendientes es Villa Ocampo (Elortondo 1837). Desde el jardín, la casona parece una versión miniatura de Downton y se respira aire intelectual de ese que pasa de generación en generación. Además, la vajilla y la galería no tienen nada que envidiarle a las que se ven en la pantalla.
“Las ribs dejan ver el lado más humano de Frank Underwood”, define el sitio Munchies de Vice a la relación entre el irreverente personaje de Kevin Spacey y su plato preferido. Explica que mientras da cátedra sobre cómo no hay que confiar en nadie nunca, tiene un solo lugar adonde encuentra confort para el alma y el cuerpo. Su relación con Freddy es, tal vez, la más duradera de la serie. ¿Cuál sería la parrilla elegida de Frank? Nada de cadenas ni grandes restaurantes en los que hay que hacer fila durante horas. Él sabe lo que es bueno y buscaría su lugar en el rústico y acogedor spot de El Tejano BBQ & Sauce en Palermo (Honduras 4416). Y no hicimos solos la asociación, ellos mismos usan al personaje y su “I’m feeling hungry today” como emblema de la casa. Las ribs se cocinan siete horas y se comen con las manos, por supuesto.
En la comedia de Aziz Ansari el protagonista confía en una sola biblia: Yelp. Durante sus diez capítulos, la temática foodie es tan recurrente como el amor y los personajes se mueven entre spots nuevos que “hay que” probar antes de que pierdan su magia inicial. De Brooklyn a Palermo, Dev no dejaría pasar ni un fin de semana sin conocer el nuevo restaurante de Cristina Sunae en Soho, Sunae Asian Cantina (Humboldt 1626). Del Chori-Pao al Pho, no quedan dudas de que le encantaría. El dato: su creador aparece en el documental de Anthony Bourdain The Mind of a Chef como invitado especial junto al chef del emblemático Momofuku, David Chang. Toda una voz autorizada cuando de comida asiática se trata.
Lo que en 2015 fue un rumor, hoy está confirmado: vuelven Lorelai y Rory. Y si hay algo que caracterizaba a la serie original, además de los diálogos a 200 kilómetros por hora, es su fanatismo por la comida en todos sus formatos. Y el café. Muchísimo café. Sin ir más lejos, la mitad de la serie transcurría en un diner. Eso sí, nunca una ensalada frente a sus narices. Podríamos pensar en un hotel boutique que nos remita a la calidez del Dragonfly Inn pero la falta de Sookie en la cocina sería desgarradora. Así que nos quedamos con una posible secuencia: madre e hija manejando una hora en búsqueda de una Boluda con queso de El Puesto de Fabio (Roque Saenz Peña 1159). Porque si hay algo que aprendimos de ellas es que nunca hay que desestimar los poderes de una hamburguesa perfecta.
6) BONUS TRACK: FULL CITY COFFE HOUSE (PARA LOS FANS DE LAS SERIES QUE SUCEDEN EN LA BELLA COLOMBIA) / THAMES 1535 – PALERMO VIEJO
Se nos ocurrió imaginar adónde recargaría energía Steve, el americano agente de la DEA, en su misión de vigilar a “El Patrón” en Netflix. Aclimatado en tierras colombianas, un buen desayuno de Full City Coffee House (Thames 1535) con café hecho con los mejores granos de la ciudad va a ser más que suficiente. Arepas, patacones, huevos, salsa picante y salchichas, el combo perfecto para el yankee expatriado. O también los atormentados y «berracos» protagonistas de Los Tres Caínes (también en Netflix) encontrarían un café a su gusto aquí. Y para los noveleros retros: sepan que Gaviotica seguro aprobaría el gusto y el aroma de los cafés de The Full City Coffee House.