ELIGEN LOS CHEFS: ESTOS SON LOS DIEZ RESTAURANTES PREFERIDOS DE FERNANDO RIVAROLA PARA COMER CARNE
Fernando Rivarola es el chef y fundador (junto a su mujer, la sommelier Gabriela Lafuente) de uno de los restaurantes más interesantes y logrados de Buenos Aires: El Baqueano. El rasgo distintivo del Baqueano, y por el que está haciendo mucho ruido son las carnes autóctonas como la de ñandú, la de liebre, la de yacaré (entre varias otras). De hecho, el prestigio que adquirió el Baqueano es tal que fue catapultado al puesto 18 de la lista de los cincuenta mejores restaurantes de América Latina (los 50 best de San Pellegrino), ocupando el cuarto lugar entre los restaurantes argentinos. Rivarola, marplatense, se formó durante una década en Italia y España. Su especialización en carnes de caza la realizó en en un pequeño pueblo vitivinícola español llamado Toro, junto a la familia Lera Collantes, restauradores emblemáticos de la región de Zamora. Rivarola se identifica en Latinoamérica con la cocina de Alex Atala y en Europa con la de Luis Lera Collantes. A su estilo lo explica como «basado en los productos autóctonos, por endemia o regionalismo.» ¿¡Quién mejor que un chef así, que está revolucionando la escena de la gastronomía carnívora en Argentina, para recomendarnos sus diez restaurantes preferidos para comer…carne?! Tomen nota: la lista va desde la barbacoa texana hasta el sandwich de milanesa, pasando por varias parrillas top.
La elijo por cercanía a mi casa, por su cava de vinos, y porque su dueño Hugo Echavarrieta es un fenómeno de la restauración y porque la tira de asado especial es lo mejor de la ciudad, lejos.
Sin dudas la mejor entraña y el mejor servicio, y las explicaciones de Pablo Rivero sobre cortes y carnes son soberbias.
Nunca probé unas mollejas tan brutales como las que servía el querido Luis Acuña, además las pamplonas y el hígado relleno son inigualables.
Ambiente popular y carne al asador a granel, la rueda de chinchulines es de otro planeta, y el sabor de la carne asada a la leña al estilo de Entre Ríos es incomparable.
A la salida del mercado de San Telmo, un parador non sancto, para comer las mejores recomendaciones de Freddy del día a la parrilla y poner a prueba nuestra capacidad de asimilar toneladas de carne.
Este es un kiosco perdido de dios en Carlos Pellegrini al 6000 donde se apiñan toneladas de personas para probar la especialidad de la casa: el sándwich de bondiola completo.
Esta es una diminuta pizzería de barrio que ostenta el mejor sándwich de milanesa a la minuta de la ciudad (a criterio personal), pan de masa horneado al momento y mila fresca y crujiente.
Pulled pork al estilo fiel de Carolina del Norte, con barbacoa y pan a la medida, deliciosos y expeditivos.
Los ahumados en caliente de Larry Rogers on inigualables: ribs, alitas y un brisket que saca lágrimas, acompañados de las mejores papas fritas de la ciudad preparadas por el archi conocido Max Carnage.
El cordero a baja temperatura de Pol Lykan es una escalera al paraíso, sin dudas es el plato emblema de Freud & Fahler, y un plato por el que siempre, siempre quiero volver a uno de los más grandes restaurantes de la ciudad.