Fui al oasis gastronómico Francés. Creo nunca voy a estar en un lugar igual. Es un restaurant llamado Les Grands Buffets – en la antigua ciudad de Narbonne, en la región de Languedoc –, y le hace honor a su nombre: son mesas enormes llenas de variedades de todo lo que uno sueña comer y encima ilimitado. Hay fila para entrar y en la puerta de entrada una balanza, para que te peses al principio y al final (algo que conscientemente decidí no hacer).
Comí más de 11 variedades de carne, alrededor de 15 quesos, algunos fiambres para hacerme la light y unos 12 postres, todo en dos horas. Lo único que había poco era ensaladas, y las que habían parecían centros de mesa sin tocar. Si todavía no fui lo suficientemente clara de todo lo que probé en este paraíso: mirá las imágenes que intentan trasladarte al Disney de los foodies.
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