Buenos Aires reinventa zonas en desuso a través de la arquitectura, la moda, la gastronomía y las buenas ideas. Tres nuevos espacios urbanos, cada uno con su identidad propia, que están dando que hablar por su versatilidad, arquitectura e innovación.
Los nuevos epicentros porteños del disfrute: por qué grandes nombres (y recién nacidos) apuestan por estos territorios en transformación. Por Justina Gastaldi para MALEVA.
¿Acaso hay algo más gratificante que darle una segunda vida a las cosas? Convertir lo que parecía perdido en un nuevo punto de encuentro es exactamente lo que está sucediendo en la ciudad. Vacíos urbanos, estacionamientos fantasmas, viejas estructuras sin uso… Todos están siendo conquistados por una generación de proyectos que entienden que la arquitectura, cuando dialoga con el presente, habilita nuevas maneras de vivir Buenos Aires.
Hoy, tres polos emergentes muestran cómo la creatividad puede reescribir el territorio y devolverle a la gente espacios para encontrarse, disfrutar y habitar. Pero lo verdaderamente interesante es quiénes están apostando por estar ahí. No se trata solo de marcas nuevas que buscan un hogar, sino también de jugadores fuertes de la escena: proyectos consolidados, con locaciones aseguradas en otros barrios, que aún así deciden desembarcar en estos territorios en transformación. ¿Por qué? MALEVA conversó con algunos de ellos.
1) La Nube (Costanera Norte): donde el viento del río encuentra el pulso cultural.

Costanera siempre fue territorio nocturno: boliches, desborde, ruido y ese viento feroz que coronaba la madrugada. Pero algo cambió. Hoy atraviesa su propia revolución silenciosa, recuperando su esencia desde otro lugar. Ahí aparece La Nube, un polo cultural y gastronómico contemporáneo que combina arquitectura, terrazas abiertas y una programación que respira comunidad. Durante el día funciona como espacio gastronómico con propuestas como La Kitchen, (la joyita de Saavedra famosa por su coolness, su cocina familiar y su pastelería) y cuando va bajando el sol, se prenden encuentros con música y movidas tremendas para todos los gustos.
“La Nube nos pareció un lugar imposible de decir que no. Tiene una energía fresca, gente con ganas reales de hacer cosas distintas y un espíritu muy parecido al nuestro: música buena, comida rica y propuestas que invitan a quedarse un rato más. Sentimos una alianza natural, de valores compartidos y trabajo con esa seriedad relajada que nos gusta.”
cuenta Sofi Jungberg, creadora de La Kitchen, a MALEVA.
Costanera siempre fue territorio nocturno: boliches, desborde, ruido y ese viento feroz que coronaba la madrugada. Pero algo cambió. Hoy atraviesa su propia revolución silenciosa, recuperando su esencia desde otro lugar.
Además de gastronomía de calidad, La Nube propone eventos al aire libre, música y ferias que transforman el espacio según el día. Más que un polo, es un ecosistema frente al río.
2) La Ola Palermo: un estacionamiento se convierte en arquitectura, verde y altura.

Frente al Hipódromo, donde antes solo había un estacionamiento sin vida, emerge uno de los proyectos más imponentes de la nueva Buenos Aires. Rampas, escaleras y un recorrido ascendente que culmina en una antigua terraza convertida en parque elevado, con vegetación, mobiliario urbano y una escultura monumental de Carola Zech. El resultado es un espacio público que combina diseño, accesibilidad y una oferta gastronómica que pisa fuerte: Norimoto, Rock & Feller, Somma y otros.
“Buscamos espacios que representen hacia dónde está creciendo Buenos Aires: polos integrados donde gastronomía, arte, oficinas, vida urbana y naturaleza conviven. OLA resume esa nueva manera de vivir la ciudad. Va perfecto con nuestra propuesta de handrolls: comida japonesa fresca, rápida, de calidad, para acompañar la vida en movimiento”, explica María García Calvo, cofundadora de Norimoto.
Frente al Hipódromo, donde antes solo había un estacionamiento sin vida, emerge uno de los proyectos más imponentes de la nueva Buenos Aires
Y entre las novedades que aterrizan en la terraza de OLA aparece Somma Bar, el nuevo restaurante-bar del grupo detrás de Presidente Bar. Una propuesta amplia que va del sushi a las pastas (con una carta pensada para acompañar la noche) y una coctelería contundente que cobra protagonismo especialmente los fines de semana, cuando el plan es claro: que la noche se transforme en pista, con DJs y baile hasta tarde. La arquitectura del espacio acompaña la experiencia con un juego de pantallas, sonido y vistas que elevan el mood general.
“Es un rooftop ideal para disfrutar de vistas increíbles al rosedal. La idea es que la gente venga a divertirse, comer rico y bailar a pleno”, nos cuenta Nacho Traverso, DJ y socio de esta nueva apertura.
3) Palermo OFF (ex Paseo del Sol): juventud, diseño y comida en clave contemporánea

Lo que alguna vez fue un ícono comercial de los 2000 resurge completamente renovado. En el antiguo Paseo del Sol aparece Palermo OFF, un polo joven, audaz, lleno de marcas con identidad y una gastronomía de verdadera calidad.
Firmas como Bullbenny, Revolver, Bolivia y New Era aportan moda y estética.
“Queríamos abrir un local nuevo y este lugar tenía un valor sentimental enorme para mí: acá empecé a andar en skate de manera profesional y además es el barrio donde nací. Que haya colegas cerca también hace la diferencia”, cuenta Nacho Cattaneo, founder de Revolver.
Lo que alguna vez fue un ícono comercial de los 2000 resurge completamente renovado. En el antiguo Paseo del Sol aparece Palermo OFF, un polo joven, audaz, lleno de marcas con identidad y una gastronomía de verdadera calidad
En gastronomía, nombres como Cuervo, Orno Pizza, Nacha, Kotaro, Be Moddie y la heladería Gaviota marcan el pulso del nuevo espacio.
“Nos encantó que ORNO vuelva a formar parte de un recorrido con propuestas complementarias. El espacio es alucinante: una terraza propia y gigante. Es literalmente tener una casita en el medio de Palermo, no un local más.”
dice Lupe García Mosqueda, creadora de ORNO.
Con un paisajismo cuidado y estructuras con estilo, Palermo OFF demuestra que renovar no es borrar, sino actualizar la memoria urbana en clave cool.
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Y lo más revelador es que no son las marcas emergentes las que abren la marcha, sino las ya consagradas: aquellas que podrían quedarse cómodas en sus puntos tradicionales. Son ellas las que parecen entender mejor que nadie dónde late el futuro: en esos espacios que parecían haberse quedado sin historia, pero que ahora están listos para inventar la próxima.
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Fotos: son todas gentileza para esta nota de los espacios mencionados.
