De la galería al cuerpo: las Fancy Monas pop-tech reescriben la relación entre arte, tecnología y moda. ¿Qué esperar de este nuevo match?

Un artista argentino, una empresa que se dedica a la innovación a partir de la fusión entre arte y tecnología y una marca de moda se animaron a difuminar los límites entre sus universos y producir una collab pop, wearble, kitsch y digital que transforma no sólo la experiencia del arte, sino su propiedad y consumo.

El arte de Edgardo Giménez en uno de los locales más emblemáticos de Jazmín Chebar en Palermo. 

De la galería al cuerpo: las Fancy Monas pop-tech reescriben la relación entre arte, tecnología y moda. ¿Qué esperar de este nuevo match? Por Candelaria Penido para MALEVA. 

Edgardo Giménez, Beyond Art Group y Jazmin Chebar se unieron para dar vida a una propuesta híbrida. Un artista argentino, una empresa que se dedica a la innovación a partir de la fusión entre arte y tecnología y una marca de moda se animaron a difuminar los límites entre sus universos y producir una collab pop, wearble, kitsch y digital que transforma no sólo la experiencia del arte, sino su propiedad y consumo.

La cápsula de ropa con diseños tanto de Giménez como del equipo de Jazmín Chebar potencia el lenguaje del artista a la vez que dialoga perfecto con el imaginario de la marca. El trabajo se asentó sobre una práctica de arte expandido: las Fancy Monas. Esta serie  – realizada entre BAG y Edgardo durante un año y medio – utiliza la tecnología como puente, siendo la IA el elemento clave. Descubrí su proceso creativo, cómo funciona este match y las nuevas dimensiones que trae aparejadas. 

«Desde este laboratorio decidieron incorporar al mundo artístico la creación algorítmica. Y qué mejor que lanzarse e intentarlo que con Edgardo Giménez. “La creación algorítmica tiene algo de lo pop. Este movimiento nace de la repetición sistémica de una misma obra, en una misma técnica, que hace que puedas pensarla como muchas, sin que deje de ser una pieza…»

Se ha formado una pareja: art + tech

“La tecnología es un elemento que se le puede agregar a la producción y comercialización artística contemporánea. Ni hablar de lo que significa para la experiencia de usuario – nos contaba Pablo de Sousa, uno de los CEO y fundadores de BAG en una charla con MALEVA – . El sistema del arte está pidiendo a gritos nuevos modelos y públicos y no hay forma de realizarlo sin apostar por nuevas maneras de abordar un proyecto.” 

Es así que desde este laboratorio decidieron incorporar al mundo artístico la creación algorítmica. Y qué mejor que lanzarse e intentarlo que con Edgardo Giménez. “La creación algorítmica tiene algo de lo pop. Este movimiento nace de la repetición sistémica de una misma obra, en una misma técnica, que hace que puedas pensarla como muchas, sin que deje de ser una pieza. Con esto en mente, vimos que a partir de la incorporación de los algoritmos podíamos generar una nueva obra que tenga valor simbólico y artístico. Empezamos a entender que Giménez tenía parámetros de comportamiento muy establecidos desde lo sistémico. Él viene trabajando con las monas  – hoy ya consolidadas como su marca personal -, desde hace 50 o 60 años”, nos decía Pablo. 

La carrera de esta figura artística es super versátil y se encuentra presente en el acervo de más de 20 museos a nivel global; desde afiches y serigrafías a vestuarios, pinturas y mobiliario. Sus monas son una declaración de estilo, las ha utilizado en diversas oportunidades y formatos; condensan artificio y teatralidad a la vez que aportan un espíritu lúdico. 

¿Cómo funciona el procedimiento de IA con estos retratos? Requirió un largo trabajo de investigación y archivo. Una vez realizado, BAG puso al algoritmo a trabajar. La idea era hacer 1942 versiones de las monas; en la combinación estaba la riqueza. “Queríamos crear las variantes más originales y diferentes. Por ejemplo, llegamos a una de ellas a partir de una ilustración de una mona salvaje con un elegante peinado que Edgardo hizo en 1995 para Ludovica Squirru y su horóscopo chino. A su vez se la vistió con una chaqueta de domador de leones que el artista utilizó en 1985 para unas fotos en la escenografía que había realizado para el café concert Platino. Tomamos 113 rasgos y cada uno responde a su trayectoria”, describía De Sousa. 

«Para Pablo, la colaboración con Jazmin era obvia. La moda siempre estuvo en el centro de este proyecto: desde los vestuarios de Edgardo y su ropa cotidiana a las ilustraciones y afiches. La cápsula venía a reinterpretar este universo a través del diseño contemporáneo de la marca argentina que también emana un espíritu lúdico y audaz…»

“El pensar que se tomaron en cuenta imágenes que he hecho a lo largo de mi vida o ropa que usaba cuando era chico hace que las Fancy Monas sean más Edgardo Giménez que nunca” afirmó el artista en una charla organizada por MC Galería.

Parte de lo interesante del proyecto es que a la hora de comprar una pieza no solo el espectador toma un rol activo y protagónico – pudiendo filtrarlas por pelaje, trajes, ojos, boca y/o accesorios – , sino que el algoritmo asegura su unicidad y trae consigo la historia que existe detrás. A pesar del uso de la inteligencia artificial a la hora de dar vida a la opción más única posible, su creador fue el encargado de terminarlas. Con un nivel de involucramiento absoluto, corrigió una por una. 

Cómo resultado de la fusión entre arte y herramientas tecnológicas, las obras viven en soporte digital y transmutan a soporte analógico a partir de la compra y sus exposiciones. “Se usa la tecnología para producirla, pensarla y entender nuevos modelos de negocios. Obvio luego se reproducen para poder colgarlas en casa, pero también surgen otros usos; como ser stickers para termos de mate o avatar de WhatsApp. Son justamente esos límites no establecidos los que nos convocan”, comentaba el CEO.

Pareja abierta: se suma un integrante nuevo  (la moda) a la relación. 

Para Pablo, la colaboración con Jazmin era obvia. La moda siempre estuvo en el centro de este proyecto: desde los vestuarios de Edgardo y su ropa cotidiana a las ilustraciones y afiches. La cápsula venía a reinterpretar este universo a través del diseño contemporáneo de la marca argentina que también emana un espíritu lúdico y audaz.

Objetos de deseo. Piezas de colección. Vestir obras de arte. Se presentaron prendas que trascienden géneros y estilos con bordados tridimensionales, camperas de cuero intervenidas, carteras de bananas, collares y zapatillas. Con colores, humor, materiales nobles y técnicas artesanales se forjó la unión entre lo artístico y el mundo de la indumentaria. El equipo de la marca interpretó, decodificó y utilizó los parámetros de Fancy Monas para gestar otro tipo de diseños únicos. En esta fusión también el artista estuvo muy presente. “Cuando vos mezclas dos proyectos donde cada uno tiene una fuerte identidad y estas están alineadas, surgen cosas increíbles”, confiaba orgulloso Pablo. 

Siguiendo con la idea de trascender el mero carácter pasivo de una obra, con esta colaboración las creaciones de Giménez llegaron a nuevos escenarios y ampliaron su audiencia. Los locales de la marca se volvieron espacios expositivos. Su web, un portal de compra tanto de ropa como de las Fancy Monas. “Fue la primera vez que se genera una experiencia en donde la gente veía a la vez una cartera, un sweater y una obra para comprar – explicaba el galerista y empresario – . Y estamos sorprendidos con su buena recepción porque en comparación con la ropa, las Fancy Monas estaban un 30% o 40% más caras y aun así vendimos un montón. Fue una apuesta muy grande y funcionó. Luego del lanzamiento muchas cosas estaban sold out. Fue todo muy power…»

¿Cómo funciona el procedimiento de IA con estos retratos? Requirió un largo trabajo de investigación y archivo. Una vez realizado, BAG puso al algoritmo a trabajar. La idea era hacer 1942 versiones de las monas; en la combinación estaba la riqueza. “Queríamos crear las variantes más originales y diferentes. Por ejemplo, llegamos a una de ellas a partir de una ilustración de una mona salvaje con un elegante peinado que Edgardo hizo en 1995 para Ludovica Squirru y su horóscopo chino…»

Match exitoso.

Novedad, riesgo y éxito. Arte en el ecommerce de una marca de indumentaria, su compra en 12 cuotas, muchas de las prendas de una cápsula creativa agotadas el día de su lanzamiento y el público mismo como actor de la escena artística. Cada vez más pretendemos involucrarnos en lo que consumimos y si esto está bien diseñado, funciona y es parte de algo mayor, se afianza la lealtad y/o ganas de relacionarse con un proyecto.

Si arrancamos con miedo no llegaremos ni a la esquina. Tenemos que animarnos a cosas nuevas. Nadie quiere errar, pero el riesgo y el error van de la mano. Creo que la mística del arte tiene que seguir existiendo y lo tecnológico no viene a matarla sino a potenciar. Hay mucho más para sumar. No podemos seguir trabajando como una industria tan desvinculada de nuestra realidad cotidiana” finalizaba Pablo nuestra charla.