«Nos interesan las marcas con identidad…» / Con las creadoras de Industria, un concept store de Colegiales que se convirtió en un espacio único (y cohesivo) para diseñadores argentinos de moda

 

Delfina Capo y Agustina Prati se conocieron en la facultad y las unió su audacia para emprender (con casi nada). 

«Nos interesan las marcas con identidad…» / Con las creadoras de Industria, un concept store de Colegiales que se convirtió en un espacio único (y cohesivo) para diseñadores argentinos de moda. Por María Comand. Fotos: Sebastián Ángel para MALEVA.

Llegué al barrio de Colegiales: una zona de Buenos Aires más tranquila que las comerciales. Cerca de la dirección a la que iba no pasan tantos autos. Mientras buscaba la numeración exacta del lugar, escuché que un portón se abría. Agustina Prati estaba esperando a MALEVA junto a su socia Delfina Capo, creadoras de Industria, un espacio multimarca que resuelve las necesidades de los emprendedores argentinos y los ayuda a crecer. La fachada del lugar simula un galpón pero oculta un interior sorprendente: la estructura de un estudio fotográfico con el mobiliario de una tienda de diseño.

En Industria hay más de veinte marcas de diseñadores independientes argentinos. En este espacio todo convive en armonía: un set de fotografía se convierte en un área de probadores, y los percheros que mezclan prendas de diferentes autores crean la ilusión de un universo único y cohesivo.

Mientras recorría el espacio y escuchaba su historia, comprendí que Agustina y Delfina no conciben otra forma de pensar el mundo que no sea en red, buscando apoyo entre personas que están en la misma situación. Esa es la esencia que las une. Agustina estudió diseño de indumentaria en la Facultad de Diseño e Indumentaria de la Universidad de Buenos Aires (Fadu) y en la Universidad de Palermo, mientras trabajaba en el poder legislativo. Delfina estudió producción de moda mientras mantenía tres trabajos en atención al público. Se conocieron por un proyecto para la facultad y sintieron compañía en su búsqueda profesional. Ambas querían tener su propia marca y abrir sus tiendas. Agustina comenzó a confeccionar prendas en su departamento y apostó al negocio online con su marca Studio Prati. Delfina comenzó a vender anteojos vintage, un gusto heredado de su abuela, que se convirtió en su marca Versus.

«Industria nació casi sin querer. Hace un año empezaron a buscar una oficina compartida y aún no entienden cómo terminaron visitando galpones de hasta cuatro pisos para alquilar. Como una serendipia, llegaron a este estudio fotográfico ahora convertido en multiespacio. “Nos miramos y dijimos, es acá. Salimos corriendo a hablar con la inmobiliaria…»

“Yo empecé con 200 USD, era todo lo que pude invertir al principio. La decisión fue hacer lo que alcance con eso”, contó Agustina. Entre risas, se dieron cuenta que ambas iniciaron sus negocios con la misma inversión. Mientras me lo contaban, se sorprendían por la cantidad de coincidencias que tienen. “Nos unió el emprender, el darle para adelante. Y a la vez, que la plata no nos alcanzaba y nos daba miedo apostar solas”, comentó Delfina.

Industria nació casi sin querer. Hace un año empezaron a buscar una oficina compartida y aún no entienden cómo terminaron visitando galpones de hasta cuatro pisos para alquilar. Como una serendipia, llegaron a este estudio fotográfico ahora convertido en multiespacio.Nos miramos y dijimos, es acá. Salimos corriendo a hablar con la inmobiliaria porque nos dijeron que lo había reservado la persona que tenía el turno siguiente al nuestro, pero nuestro turno era el primero. Entonces lo peleamos y lo conseguimos «, detalla Agustina. “Acá nos dimos cuenta que había una vibra super creativa, y dijimos, tiene que mantenerse en esto, no podemos dejar que se convierta en otra cosa”, agrega Delfina.

Entendieron que, si querían seguir ampliando la colaboración entre diseñadores, era el espacio que necesitaban. “Yo siempre soñé con estar en un lugar donde me guste todo lo que hay y que pueda salir completa, vestida de pies a cabeza”, expresa Agustina.

El sueño comenzó a tomar forma hace dos años, cuando organizaron sus primeros eventos Pop Up multimarca en diversas ocasiones. Retomando su historia, ambas contaban con una marca online y se dedicaban a organizar encuentros que reunían a diseñadores independientes, ofreciendo por un día una experiencia de compra integral que incluía música, arte y gastronomía. Según Agustina y Delfina, estos encuentros funcionaban, pero aún tenían oportunidad de mejora en experiencia y logística. Trabajaron en eso y el resultado fue Industria. “La forma de convocar a la primera camada de diseñadores fue hacer un render del espacio, mandarlo a marcas conocidas, y la primera semana confirmaron catorce marcas”, recuerda Delfina.

«Las redes conectan, pero la paradoja es evidente. Industria responde a lo que se valora hoy en día: lo presencial. “La gente viene, toca, se prueba, se queda en el espacio, conversa, pregunta de dónde vienen las cosas, se inspira, busca opiniones, hace amigos, lo toma como un plan. Vienen a sacarse fotos y también saben que acá les hacemos contenido.”, cuenta Agustina…»

El Concept Store hoy plantea un espacio de compra fijo de miércoles a sábados para emprendedores que no tienen su comercio y logra integrar sin esfuerzo cada mundo, como si todo fuera parte de una única visión.

El proceso de curaduría y selección de marcas inicia por el sentido de colaboración y red que llevan adelante las creadoras de Industria en cada decisión. “Desde que empezamos Industria, el lema fue Emprendedores de Buenos Aires, en Buenos Aires, para Buenos Aires. Acá queremos mostrar el diseño y talento argentino. Queremos que Industria sea un espacio que le dé visibilidad a quienes todavía no tienen el capital para poder tenerla, y a quienes se autogestionen en todos los sentidos, como nosotras empezamos”, afirmó Agustina.

“Tiene que ver con marcas que puedan plasmar una identidad y expresen un mensaje. Que haya una búsqueda en sus diseños y tengan un aporte diferencial a la prenda que se hizo viral y que todo el mundo tiene. Acá una de las marcas crea sus diseños a partir de las fotos que toma, las imprime y las estampa sobre cuero…

Al hablar del cuero, surgió un debate sobre los procesos de producción y el enfoque sustentable. Para ellas, se trata de una cuestión de ritmo que atraviesa tanto la forma de producir como la forma de comprar. Industria busca marcas que hacen pequeñas producciones o que solo producen a pedido, que primero reciben la compra y después lo producen.

«En Industria hay más de veinte marcas de diseñadores independientes argentinos. En este espacio todo convive en armonía: un set de fotografía se convierte en un área de probadores, y los percheros que mezclan prendas de diferentes autores crean la ilusión de un universo único y cohesivo…»

¿Y la otra cara de la moneda? La era digital no entiende de encargos y tiempo de espera.
“A mi me abruma mucho la era digital, me cuesta encontrar un equilibrio”, dice Agustina. En cambio Delfina cuenta que ella siente que nació para hacer contenido. De chica, se filmaba con un fondo verde y se editaba sola. Hoy, aprovecha la herramienta para seguir tendiendo puentes para el diseño argentino. Para ella, toda creación es una oportunidad para lograr la viralización que llevará a que muchas más personas puedan conocer su producto.

Acá un 30% de nuestros clientes son extranjeros y todos llegan por Tik tok. La moda de Buenos Aires también se consume desde afuera. Por eso las redes están generando un movimiento muy diferente, hoy podés llegar a cualquier persona haciendo contenido”.

Las redes conectan, pero la paradoja es evidente. Industria responde a lo que se valora hoy en día: lo presencial. “La gente viene, toca, se prueba, se queda en el espacio, conversa, pregunta de dónde vienen las cosas, se inspira, busca opiniones, hace amigos, lo toma como un plan. Vienen a sacarse fotos y también saben que acá les hacemos contenido.”, cuenta Agustina. La práctica de coolhunting funciona muy bien en el universo Industria. El cliente se transforma en una comunidad que se identifica, reconoce, y vuelve el centro de la experiencia. Las marcas conectan con ellos, los entienden, los conquistan.

Como asesoras de moda, damos nuestro servicio de estilismo gratis. Una prenda en percha no dice mucho, pero cuando mostramos cómo combinarla, la prenda se vende”, afirma Delfina. Para ellas es clave mantener un espíritu creativo a la hora de vestirse, no solo pensar en qué prendas usar, sino cómo usarlas. En Industria, la invitación es a probar y combinar todo. Las personas que llegan a Industria hoy funcionan como musas para los diseñadores y para la comunidad.

“Como asesoras de moda, damos nuestro servicio de estilismo gratis. Una prenda en percha no dice mucho, pero cuando mostramos cómo combinarla, la prenda se vende”, afirma Delfina. Para ellas es clave mantener un espíritu creativo a la hora de vestirse, no solo pensar en qué prendas usar, sino cómo usarlas. En Industria, la invitación es a probar y combinar todo…»

Para cerrar, ambas reflexionaron sobre todo lo que las trajo hasta acá y cómo aconsejarían a alguien que está en camino “Lo difícil no es entrar en el juego, es mantenerse. El consejo es perseverar, te van a pasar las mil y una, acá y en cualquier parte del mundo. No se puede tener todo ya”, concluye Agus.

“Me acuerdo que la primera fábrica me pidió un mínimo de 100 unidades y obvio no pude avanzar. Me hubiera encantado empezar a lo grande pero hoy miro para atrás y menos mal, porque no se que hubiera hecho con esos 100 anteojos. Ese día volví al cajón de mi abuela a seguir mirando los modelos que ella tenía, a hacer algo con lo que había ahí a mano. Fue clave hacer poco y estar cerca de la respuesta”.

Industria es un espacio donde la moda argentina encuentra su máxima expresión a través de la colaboración y la creatividad compartida. Cada prenda refleja una búsqueda, y cada cliente se convierte en parte de una comunidad que valora el proceso tanto como el resultado. En un mundo que corre a toda velocidad, Industria nos invita a detenernos y disfrutar de la moda de una manera más consciente y significativa. Industria reafirma que diseñadores argentinos juntos, pueden hacer historia.

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