Recién sumado a la exclusiva lista de hoteles de Leading Hotels of the World/El diseño interior estuvo en en manos del reconocido James Boyd Niven/Materiales nobles de primera calidad y joyitas de diseño de distintas partes del mundo/Te reciben: pájaros de porcelana y oro y un frondoso empapelado barroco que te transportan al Uruguay más natural/El otro corazón del hotel: su restaurante Polo Bamba/¿Cómo es una de las propuestas «Leading» más cercanas a Argentina?
Sobre el lobby se suspenden pájaros de porcelana y oro, obra de la artista alemana Eva Mez, que homenajea a las aves de Uruguay.
Arte, una deco grandiosa (y hasta un sky bar con puestas de sol): ¿cómo es Hotel Montevideo, el flamante hotel más chic de la capital uruguaya?
Una experiencia es una construcción de detalles. Con tan solo cerrar los ojos unos momentos y visualizarse caminando por alfombras tejidas a mano en Francia, descansando sobre sábanas italianas de algodón de 600 hilos o tomando un cocktail junto a la pileta mientras se pone el sol sobre la capital uruguaya, el cuerpo se sumerge en un estado de relajación profundo. Como todos los “Leading Hotels of the World” – la prestigiosa cadena de hoteles de lujo independientes más importante del mundo -, el flamante Hotel Montevideo asegura un gran nivel en cada una de sus experiencias.
El ADN de su diseño – en manos del reconocido interiorista James Boyd Niven -, tiene a los materiales nobles como protagonistas, con pisos de roble y mármol, parasoles de lapacho y cuero vacuno bordado a mano en Paraguay. A ellos se les suman joyas del diseño que seleccionaron cuidadosamente en distintas partes del mundo; como las sillas del diseñador de los años 70 Willy Rizzo, lámparas de estudio de fotografía fabricadas por Fortuny en Venecia, o las exclusivas griferías de Robinet, la empresa argentina.
«Una experiencia es una construcción de detalles. Con tan solo cerrar los ojos unos momentos y visualizarse caminando por alfombras tejidas a mano en Francia, descansando sobre sábanas italianas de algodón de 600 hilos o tomando un cocktail junto a la pileta mientras se pone el sol sobre la capital uruguaya, el cuerpo se sumerge en un estado de relajación profundo…»
El arte abraza y embelesa a los huéspedes desde las afueras del edificio, con la escultura de bronce del colectivo de artistas argentinos SY dándoles una exclusiva bienvenida. En el lobby, los pájaros de porcelana y oro de la artista alemana Eva Mez, que homenajean a las aves nativas de Uruguay, se roban las miradas de todo el que entra, y algún que otro “ohhh”; expresión auténtica de fascinación. Acompaña esta mística natural el empapelado de siete metros de largo que reproduce los cuadros de Frans Post, el primer artista europeo barroco que pintó los paisajes de Latinoamérica.
Hotel Montevideo tiene dos corazones: el hotel propiamente dicho, con sus habitaciones, residences y amenities, y su restaurante: un nuevo ícono gastronómico uruguayo. Polo Bamba recrea un clásico bistró local, con las manos expertas de Alejandro Morales y Florencia Courrèges aprovechando al máximo los mejores productos e ingredientes de estación y preparando un menú simple pero dedicado que varía según cada momento del día. Las mayólicas originarias de Escocia, sus espejos de más de cien años, la vajilla y el mobiliario, traen al presente el espíritu del café montevideano que reunía artistas e intelectuales, y que inspiró la personalidad del flamante restaurante.
«Hotel Montevideo tiene dos corazones: el hotel propiamente dicho, con sus habitaciones, residences y amenities, y su restaurante: un nuevo ícono gastronómico uruguayo. Polo Bamba recrea un clásico bistró local, con las manos expertas de Alejandro Morales y Florencia Courrèges aprovechando al máximo los mejores productos e ingredientes de estación…»
Llegada la tardecita, se abren las puertas del Polo Bamba Skybar en el último piso; un nuevo “meeting point” para que huéspedes y locales cierren su día cocktail en mano, tapeando y con uno de los mejores atardeceres de la ciudad.
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Fotos: son todas gentileza de prensa de LHW.
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