«A futuro, me imagino a la colección exhibida, las obras si viven escondidas en un depósito no cumplen su propósito…»: entrevista a Alec Oxenford

Además de un enorme emprendedor (creador de varios unicornios) es un enamorado absoluto del arte y uno de los mayores coleccionistas argentinos/Charla a fondo, a raíz de las tres muestras simultáneas récord que organizó en Brasil/Una mente curiosa y creativa, comprar en el borde y por qué nunca vendió una obra.

San Pablo, Río de Janeiro y Porto Alegre: nunca nadie organizó una muestra tan importante de arte argentino en Brasil. 

«A futuro, me imagino a la colección exhibida, las obras si viven escondidas en un depósito no cumplen su propósito…»: entrevista a Alec Oxenford. Por Melisa Boratyn.

¿Qué viene a sus mentes cuando piensan en una colección de arte? Para muchos se trata de coleccionar obras, pero para Alec Oxenford – quien habló de todo con MALEVA en esta nota -, es mucho más que eso. Reconocido por su rol como empresario y emprendedor, en 2008 empezó a interesarse por el arte, dándole vida a una de las colecciones que más apoya a la escena local. Con la mirada puesta en el hoy, invierte en artistas vivos y obras actuales que, salvo contadas excepciones, fueron creadas en el siglo XXI. Un proyecto novedoso en su estructura y sus políticas, que se expande con la creación de proyectos satelitales, como becas para artistas y una página web, hasta la gestión de tres exhibiciones que se presentan a lo largo del año en Río de Janeiro, San Pablo y Porto Alegre, bajo la curaduría de Mariano Mayer, cuidador y asesor de esta colección tan innovadora como las grandes empresas (como OLX o De Remate) con las que Oxenford ha cambiado el eje del emprendedurismo tecnológico.

«Muchas personas han notado el nivel de calidad de la colección y esa es la razón por la cual nos invitaron a hacer las muestras en Brasil. Si tuviera que pensar a futuro, me imagino a la colección exhibida de alguna manera. Es muy importante que estos trabajos se vean porque si viven escondidas en un depósito no cumplen su propósito…»

Me gustaría preguntarte qué puntos en común podemos encontrar entre tú rol como emprendedor y coleccionista.

Tal vez el primero es que ambos universos se vinculan con la creatividad. Cuando uno emprende también está haciendo un acto creativo y eso me parece relevante porque soy curioso, me gusta la innovación y me sorprenden las cosas que no conozco. Otro aspecto es que, por ser emprendedor en tecnología, trabajo con ingenieros y programadores que tienen muchos rasgos en común con los artistas. Ambos se encuentran en la punta del presente, en el borde entre hoy y el futuro y por eso están un poco más avanzados que el resto. Quizás sea por su sensibilidad, pero los artistas perciben cosas que la mayoría no vemos y por eso muchas veces nos lleva tiempo entender lo que vieron primero. En el mundo de la tecnología pasa lo mismo.

Incluso a veces ese «estar en el borde» se sufre mucho.

Si claro. Es duro estar en la tuya cuando el resto no te sigue y por eso ese tipo de exploración y forma de entender me atraen mucho. Pero también hay aspectos diferentes, por lo menos en mí experiencia personal, ya que en el mundo del emprendedurismo, donde he sido fundador de empresas como De Remate, OLX, Let go o Alpha Capital, siempre tengo que dar respuestas, mientras que con el arte tengo la posibilidad de hacerme preguntas. Una diferencia muy clara y complementaria que genera un balance. En el arte de hoy muchas veces no termino de entender y eso me encanta.

«Ambos universos – el de los emprendedores y el de los artistas -, se vinculan con la creatividad. Cuando uno emprende también está haciendo un acto creativo y eso me parece relevante porque soy curioso, me gusta la innovación y me sorprenden las cosas que no conozco. Otro aspecto es que, por ser emprendedor en tecnología, trabajo con ingenieros y programadores que tienen muchos rasgos en común con los artistas…»

Poner el foco en hoy y acompañar a artistas vivos sin saber que va a pasar implica un riesgo. ¿Qué significa esa palabra para vos?

El riesgo está siempre y me encanta porque lo mío pasa por apoyar a la escena. Ese es el camino que elijo, a través del cual aprendo y me divierto. Pero en mí caso ese riesgo es diferente al de la mayoría de las personas que compran arte porque nunca vendí ninguna obra ni pienso hacerlo, por lo que no me preocupo por su valor ni colecciono con el objetivo de hacer una inversión. Sin embargo, cuando invierto en un negocio, espero un retorno.

Si tenemos en cuenta el factor tan contemporáneo de la colección, ese riesgo diferente del que hablas…¿Puede estar atado a lo emocional?

Si, pero es un riesgo calculado. Sé que de los 160 artistas que forman parte de la colección, no todos van a ser nombres claves que representan a este momento histórico en el futuro, pero sí sé que cada uno contribuye a su formación. Tenemos obras de artistas geniales que no son consagrados y otras que sí. Aceptamos el desafío de comprar algo que está en el borde y que todavía no tiene la validación de los críticos, los grandes museos y las colecciones porque no tiene historia. Es más divertido participar de ese juego abierto, sin saber si eso nuevo va a desaparecer o si se va a volver un fenómeno. Esa ambigüedad entre lo que es y lo que puede ser no tiene comparación. Es como cuando en el mundo de los negocios pasas de tener un sueño a hacerlo realidad. Los artistas también logran eso.

Cuando encontrás una obra que te sacude y enamora… ¿Cuánto hay de impulso para no perder una oportunidad y cuánto de asesoramiento para entender lo que estás comprando?

Hay un poco de cada cosa, sin embargo la colección tiene un aspecto muy disruptivo para el arte argentino, que nos permite destacarnos y que tiene que ver con poner ciertas reglas. Una de ellas es que no todo lo que compro forma parte de la colección justamente para darle estructura y seriedad. Desde el inicio me auto impuse esa limitación para otorgar institucionalidad, por eso para que una obra entre en la colección tiene que ser aprobada por los curadores, algo que en cierto sentido puede ser un problema para mí, ya que si no ingresa entonces no figura en los catálogos, ni se presta o circula. Pero tengo que decir que cuando Inés Katzenstein, quien estuvo al frente de la colección durante diez años o Mariano Mayer que lo hace hoy, tienen razones para no recomendar una obra, siempre están en lo correcto. Incluso hay piezas con las que no me engancho tanto aunque racionalmente entiendo que tienen que estar y por eso las compramos. Igualmente con la mayoría si me pasa algo y cada día me emocionan más.

«En medio de la pandemia me instalé en Brasil, donde todo seguía cerrado y en el mundo del arte no pasaba nada, a excepción de la feria de Río que no se canceló. En ese contexto me invitaron a un evento donde conocí a João Paulo Siqueira Lopes y le hablé acerca de la colección, que llamó mucho su atención. El está muy vinculado a la escena de Brasil que hace tiempo se viene replanteando los vínculos que mantiene con el resto de Latinoamérica…»

Me parece muy interesante este factor racional que aleja a la colección de tú persona, algo poco habitual en especial en Argentina como decís, donde es todo muy personalista.

Cuando arranqué en el 2008 entendí que el valor agregado no iba a ser mí mirada sino que pasaba por el hecho de apoyar, para que de alguna manera la colección tuviera impacto a largo plazo. Por eso la selección tenía que estar en manos de los curadores, mucho más calificados que yo. Lo mismo sucede con las actividades que hacemos, como por ejemplo las becas para artistas, donde otorgamos viajes a través de un jurado del cual yo no participo ni selecciono.

¿Tenés planes a futuro para la colección?¿Dónde te la imaginas dentro de cincuenta o cien años? Me gusta pensar que puede ser un reflejo de nuestros tiempos y sería valioso que la gente tenga acceso a ella

La verdad es que ni siquiera sé lo que va a pasar el año que viene, pero sí puedo decir que tratamos de estar preparados, por eso vamos por el lado de lo institucional, trabajamos con especialistas, incluso lanzamos una web que incluye todas las obras además de varios escritos e investigaciones, disponibles para todo el mundo. Esto nos otorga transparencia, algo muy inusual para este sistema informal, razón por la cual la mayoría no muestra ni presta sus obras y eso es un problema grave. Nosotros estamos del lado opuesto, nos exponemos y arriesgamos, hacemos un esfuerzo para tener todo en blanco y trabajar de forma prolija. También contamos con dos galerías dentro de mi casa en Pilar donde organizamos muestras. Muchas personas han notado este nivel de calidad y esa es la razón por la cual nos invitaron a hacer las muestras en Brasil. Si tuviera que pensar a futuro, me imagino a la colección exhibida de alguna manera. Es muy importante que estos trabajos se vean porque si viven escondidas en un depósito no cumplen su propósito.

Hablemos un poco del enorme desafío de armar tres muestras en tres ciudades de Brasil. ¿Cómo surge el proyecto?

En medio de la pandemia me instalé en Brasil, donde todo seguía cerrado y en el mundo del arte no pasaba nada, a excepción de la feria de Río que no se canceló. En ese contexto me invitaron a un evento donde conocí a João Paulo Siqueira Lopes y le hablé acerca de la colección, que llamó mucho su atención. El está muy vinculado a la escena de Brasil que hace tiempo se viene replanteando los vínculos que mantiene con el resto de Latinoamérica, por lo que estaban buscando herramientas para crear un mayor acercamiento. En ese escenario, la colección entraba perfectamente con su plan, en especial por ser tan abierta y mostrar lo que pasa hoy en Argentina. Me invitó a armar una presentación para cuatro museos de allá, de los cuales tres nos dijeron que querían trabajar con nosotros. Era un proyecto monumental pero dijimos hagámoslo.

¿Y cómo abordaron el desafío de las tres ciudades?

Mariano quería crear algo que tuviera un sentido particular para cada ciudad. En ese momento no entendí muy bien que eso implicaría triplicar los costos porque todo se tiene que hacer por tres, desde los catálogos hasta los textos, los traslados y los seguros, ya que ninguna obra se repite. Cada muestra cuenta con una co-curaduría y un tema que se relaciona con la escena de cada ciudad y su cultura. Sin embargo gracias a las instituciones y los sponsors que conseguimos los objetivos se cumplieron y estamos haciendo algo único.

«Las muestras se presentan en espacios culturales importantes, por lo que muchas personas van sin saber con que se van a encontrar y se sorprenden. La sensación que tenemos es que generan curiosidad y así lentamente se fomenta un diálogo entre ambas culturas. También estamos contentos porque nunca hubo una muestra en Brasil con tantos artistas argentinos, por lo que estamos batiendo un récord. Ojalá se generen lazos a largo plazo…»

Muchas personas viajaron para la inauguración de esta segunda muestra, lo que demuestra que la recepción de este lado es muy positiva, pero me interesa que cuentes que sucede con el público local, si es que los brasileños se acercan a ver las muestras y cual es su devolución.

Las muestras se presentan en espacios culturales importantes, por lo que muchas personas van sin saber con que se van a encontrar y se sorprenden. La sensación que tenemos es que generan curiosidad y así lentamente se fomenta un diálogo entre ambas culturas. También estamos contentos porque nunca hubo una muestra en Brasil con tantos artistas argentinos, por lo que estamos batiendo un récord. Ojalá se generen lazos a largo plazo.

¿Cómo es tu relación hoy con la escena nacional? ¿Todavía visitás galerías, museos, ferias y talleres de artistas?

Lo hago y me encanta pero menos de lo que quisiera. Al vivir en Brasil, no siempre puedo estar ni ver todo lo que me gustaría, pero mantengo una relación cercana con artistas que incluso vienen a visitarme. Igualmente confieso que me gustaría conocer más y de manera más profunda, ya que el mundo del arte es infinito.

Debido a esa distancia que mencionas…¿Hay obras que fueron adquiridas pero no llegaste a ver? ¿Qué te genera ese vínculo inmaterial?

Hay, aunque viajo seguido y cuando llego lo primero que hago es ir a verlas. Hace poco fue arteba, un momento del año en el que hacemos una gran apuesta y compramos muchas obras, algo que no sucede todos los meses. En esos momentos tanto Mariano como Erica (Bohm) investigan mucho y preparan recomendaciones en relación a lo que piensan que se podría adquirir. Algunas de esas obras las ven antes o apenas abre la feria y si en ese momento aparece algo valioso, Mariano me manda un mensaje con la descripción de lo que está viendo. Si siente que la posibilidad de perdernos la obra es real, entonces vamos para adelante y hacemos la compra. Pero como te decía, siempre vuelvo a la colección y automáticamente me doy cuenta de cuáles son las nuevas adquisiciones.

Por último, quisiera pedirte algunos consejos para las personas que todavía no se animan a comprar arte. ¿Creés en el micro coleccionismo y la posibilidad de invertir aunque los recursos sean limitados?

Todas las colecciones, incluso las más importantes, tuvieron un comienzo. En la escena local tienen que aparecer nuevos coleccionistas, porque si bien siempre hay cuatro o cinco muy activos, que para el mercado implican un 70% de las compras del año, mientras que en una ciudad como Nueva York representan apenas un 3%, por lo que no todo gira alrededor de los mismos. En otros lugares hay mucha gente que se conecta con el arte, aunque sea comprando una obra por año, pero acá, factores como la inestabilidad económica hacen que la gente piense muy bien que hace con su plata. Tampoco ayuda que el mercado sea tan informal, porque entonces nadie entiende si lo que compra tiene valor y tampoco saben quienes y como compran. Por eso es más importante que los que coleccionan lo hagan de manera pública y le demuestren a otros que se puede. Coleccionar no tiene por que ser elitista e imposible y tampoco hay que ser superdotado o millonario, sólo tener ganas y decisión, buscar asesoramiento o leer mucho para saber como meterse en el arte contemporáneo sin correr tantos riesgos.

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Fotos: son todas gentileza de Alec Oxenford para prensa.