Porque ser bien atendidos es tan importante como «alimentarse»/Y aunque en la Ciudad hay un desdén por el servicio, en esta nota, la periodista gastronómica Agustina Canaparo resalta ocho excepciones/Espumantes de cortesía, amabilidad en todo momento, rapidez en el servicio y mucha cancha/Desde una propuesta vegetariana de San Telmo hasta una parrilla con muchísima historia en Palermo.
«Sentirse como en casa (o mejor aún)» es la máxima de los que ponen foco en la buena atención.
Hospitalidad al palo: los restaurantes de Buenos Aires que se destacan por su atención (cóctel de bienvenida en adelante). Por Agustina Canaparo.
La hospitalidad es, sin dudas, un pilar fundamental en el rubro de la gastronomía. En latín “hospitare” significa “recibir como invitado” y hace referencia a dos grandes cualidades del anfitrión: la amabilidad y generosidad. En este mundo un poco “caótico” los restaurantes son un verdadero “refugio” o “templo” para distenderse y pasar un buen momento. “La gente que sale a comer busca vivir una experiencia, más allá del mero hecho de alimentarse. Quiere pasar un momento agradable. Buscar recibir un plus a la hora de elegir un lugar para comer. Por eso es importante la hospitalidad en los restaurantes. Porque los comensales quieren comer bien, y por sobre todo, ser bien atendidos: sentirse como en su casa pero sin tener que cocinar ni servir la mesa”, opina Juan Pablo Caorsi, gerente de una clásica parrilla de Palermo.
«Conversamos con especialistas del rubro y con la mirada MALEVA que nos caracteriza, encontramos diferentes coordenadas que se destacan por su atención. Algunos te reciben con copa de espumoso o aperitivo de bienvenida; o con un tapeo especial o empanada casera. Otros ofrecen abundantes paneras o incluso un cóctel de cierre de cortesía. Pero por sobre todas las variantes, se destaca la amabilidad de su personal…»
En tanto, Tomás Waisman, socio gerente de varios emprendimientos gastronómicos de la ciudad considera: “la hospitalidad en un restaurante es la primera cualidad de un buen servicio. A cada cliente que nos visita, le estamos muy agradecidos porque nos sentimos honrados cuando nos visitan asiduamente y lo menos que podemos hacer es recibirlos de la mejor manera”. Además, subraya que para brindar un buen servicio es fundamental no omitir ningún detalle. “Desde la recepción del cliente, la gentileza del saludo, la buena presencia, lograr un ambiente agradable y estar atento a cada necesidad a través de la coordinación entre las distintas áreas del equipo. A través de este logro hacen que el cliente disfrute sus platos, como si estuviera en su casa”.
Conversamos con especialistas del rubro y con la mirada MALEVA que nos caracteriza, encontramos diferentes coordenadas que se destacan por su atención. Algunos te reciben con copa de espumoso o aperitivo de bienvenida; o con un tapeo especial o empanada casera. Otros ofrecen abundantes paneras o incluso un cóctel de cierre de cortesía. Pero por sobre todas las variantes, se destaca la amabilidad de su personal. Tras nuestro recorrido, surgió una interesante pregunta para el lector: ¿a la hora de elegir o recomendar un restaurante tienen en cuenta la hospitalidad en el servicio? Los leemos.
1) Lo de Jesús: con su cóctel de bienvenida / Gurruchaga 1406 – Palermo Viejo.
“Muchas veces salir a comer afuera es una manera de despejarse, de descansar, de buscar un mimo. A veces se trata de una comida de negocios, otras es un encuentro de amigos que no se ven seguido o incluso una primera cita. Algunos demandan más atención que otros, y siempre es importante leerlo. Un buen servicio tiene que generar que el camarero sea «invisible» en la mesa, pero a la vez que nunca falte nada”, dice Juan Pablo Caorsi, gerente de la clásica de la parrilla “Lo de Jesús”, vigente en el barrio desde 1953. Dato: antiguamente era un almacén.
Al llegar, los amables camareros te acompañan a la mesa y te reciben con un trago de bienvenida. “Creemos que no hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión. Queremos que nuestros clientes se sientan bienvenidos desde el comienzo, que obtengan algo especialmente para ellos antes de ordenar”, detalla Juan Pablo. Aquí reina el oficio: mozos atentos (que te aconsejan qué pedir y cómo compartir las porciones); rapidez en el servicio y mucha cancha para correr de un lado para el otro el salón cuando está colmado. “Hay que tratar al comensal con el mayor de los respetos. Hacerlo sentir cómodo, atender a sus consultas y reclamos sin fastidio, entendiendo que brindamos un servicio, lo cual es un arte. Y como todo arte, debe realizarse con pasión y responsabilidad”, remata. No es casualidad que todos los días el restaurante esté repleto y con fila de espera en la puerta. Todas las porciones son abundantes y para compartir. Recomendamos probar la provoleta, los vegetales grillados y el ojo de bife (dry aged).
2) El Burladero: con su gazpacho, caña y aceitunas / Pres. José Evaristo Uriburu 1488- Recoleta.
Es ya considerado un clásico indiscutido del barrio de Recoleta y nunca falla. “Si querés comer bien y que te atienden de maravilla, andá al Burladero”, es la frase que se escucha entre los habitués. Suele estar lleno todos los días y generalmente, sin reserva anticipada, es casi imposible conseguir lugar. Eso sí, si tenés suerte quizás consigas una banqueta en la barra. En donde uno se siente, por un instante, en una tasca española con sus tapas (por doquier), cerveza tirada y sidra.
La buena atención se percibe ni bien traspasás la puerta de antaño de madera. Los mozos de oficio te saludan e incluso a muchos comensales, con los que ya tienen confianza de años, se los suele llamar por su nombre. Al ubicarnos en la mesa comienza la experiencia culinaria: llega la copita de gazpacho (típica sopa fría de tomate), el vasito de cerveza o sidra y unas deliciosas olivas de cortesía. “La idea de recibirlos, con un cóctel o copa espumante, es un motivo de darles una bienvenida previa al ingreso al salón, que genera gesto de empatía hacia el cliente y lo predispone a pasar un buen momento con nosotros. Además de estos detalles los recibimos con un mini antipasto y otras variedades junto con la panera, para que mientras eligen sus platos disfruten de una recepción antes del almuerzo o la cena”, cuenta Tomás Waisman, socio gerente del restaurante. Para culminar la experiencia, también ofrecen una copa de espumoso o lemoncello. El café también merece una mención aparte. Incluye una degustación de petit four (con almendras, naranjas, chocolate) deliciosos.
“Para ser hospitalario, hay que tener en cuenta una filosofía de trabajo que se basa justamente en ella. Es la piedra angular de nuestra profesión. Lo importante es que, a través de ello, la gente disfrute cada momento y se sienta retribuida por nosotros al elegirnos cada día”, considera Tomás. En el Burladero, lo superan con creces.
3) Hierbabuena: sopa de bienvenida y espumante para el cierre/ Av. Caseros 454 – San Telmo.
En el restaurante veggie que ya es un hit del Boulevard Caseros te reciben con una sopa calentita ni bien te ubicas en la mesa. Ya sea en el interior del salón o en las mesitas de la vereda con calefacción. Durante las cenas ofrecen una copa de espumante de cortesía al momento de culminar la velada. “Nos parece un buen detalle para cerrar con broche oro después de comer rico”, considera David Gdansky, chef del restaurante. Para David es importante ser gentil, agradable y amable con todas las personas que los visitan. “Hay que estar pendiente de lo que desea el comensal y atentos que estén disfrutando de un momento agradable, que se sientan atendidos pero no en exceso. Que se lleven un sentimiento de haber sido muy bien atendidos y que se vayan con las ganas de volver pronto”, agrega.
4) DOC, degustación de vinitos para arrancar el maridaje y «corchito challenge»/ José A. Cabrera 4977 – Palermo.
En Doc proponen acercar el vino a la gente y también descontracturarlo. La experiencia comienza con el “Corchito Challenge”, en donde el comensal deberá embocar un corcho en un copón: si lo logra se lleva una copa de vino de regalo. Además, tiene la posibilidad de degustar diferentes opciones en la barra antes de seleccionar tu vino predilecto. “En el bar podés probar diferentes cepas y elegir para qué estás en ese momento de una manera descontracturada, lúdica y cercana. Se nos ocurrió incluir la la experiencia de degustación en la barra al arranque eligiendo lo que van a estar tomando en la noche, a través de la prueba de esos vinos y no del riesgo que supone elegir un vino que tenés que ir adivinando”, detalla, Gonzalo “Lonza” Álvarez, socio del bar.
Para Álvarez la hospitalidad es algo importante en el momento del servicio. “Se relaciona directamente con la experiencia del cliente, más allá de tener un buen producto, me parece que el producto no es nada más lo que estás sirviendo en la mesa sino también la atención con la cual lo sirves”, dice.
5) Green Bamboo: ensalada viet para comenzar con el viaje culinario y mozos que introducen en los sabores asiáticos / Costa Rica 5802- Palermo Viejo.
No hace falta preparar las maletas para embarcarse en una aventura por Vietnam. En Green Bamboo uno puede sentirse por un rato en el Sudeste Asiático en pleno Palermo. Desde su apertura, hace más de 20 años, creen firmemente en el valor de la hospitalidad con el cliente.
“Uno va a un restaurante no solo porque tiene hambre sino por la experiencia, y un recibimiento cálido creo que suma tanto como una buena comida”, afirma Darío Manuel Muhafara, socio de este clásico palermitano. Desde los inicios, te reciben con una ensalada Viet de cortesía. Se trata de una ensalada vegetariana de repollo blanco y zanahoria, con maní y cilantro, aderezada con vinagre de alcohol azúcar y sal. “Es una manera de hacerlo entrar en clima desde un sabor muy sencillo de nuestra cocina”, explican. Los mozos te aconsejan qué pedir y también te animan a probar sabores diferentes.
Para Darío es imprescindible estar atento a las necesidades del comensal. “Sobre todo no hacerlo sentir incómodo con sus dudas o preguntas, la gente necesita que uno lo acompañe”, remarca.
6) Buenos Aires Verde: pan de masa madre y té frío de agasajo / Gorriti 5657 – Palermo Viejo.
“Lo más importante es hacer sentir a las personas como si estuviesen en su casa, pero viviendo una experiencia única y diferente, sin la necesidad de preocuparse por nada”, expresa Mauro Massimino, chef y creador de Buenos Aires Verde. Al llegar a su restaurante te reciben con un delicioso pan de masa madre acompañado con un vaso pequeño de té frío. Actualmente es una infusión de melisa y cedrón endulzado con azúcar integral orgánica.
Para él, la hospitalidad es muy importante. “Al conocer bien a un cliente podemos ofrecer un mejor servicio, generando confianza y satisfacción. En definitiva, la atención y el servicio bien aplicados lo es todo”.
7) Il Giardino Romagnoli y su aperitivo de bienvenida/ Carlos Pellegrini 1576 – La Recova de Posadas.
“Hola, bienvenidos a su casa”, así define el dueño del restaurante Il Giardino Romagnoli, Maurizio Romagnoli, al término hospitalidad. Para él es importante entender que “cada cliente es especial y tiene un lugar preponderante en el servicio”.
Cuando uno llega al restaurante italiano de La Recova te reciben con un rico cóctel o espumoso de bienvenida. “Pensamos en una forma clara de introducir a los clientes en un ambiente cálido y distendido para comenzar a disfrutar la experiencia”, aclara Maurizio. Y considera que es importante para un buen servicio tener en cuenta las necesidades del otro. “Hay que entender a través de la comunicación con el cliente sus expectativas, sus preferencias y sus deseos a la hora de compartir la mesa”, concluye.
8) Nozomi: con su cultura japonesa del “rei” / Alem 850, Mercado de los Carruajes, Retiro.
En Japón el término “rei” puede definirse como cortesía y buenos modales. En esta filosofía se inspiró la familia Matsuoka cuando inauguraron su flamante emprendimiento en el Mercado de los Carruajes en el barrio de Retiro. “Las personas vienen a pasar un momento de disfrute a los restaurantes. Entonces, es importante que se sientan a gusto en el lugar donde están”, afirman. Cuando uno llega a la barra te reciben con un platito de cortesía por parte de la casa. A diario rota, pero uno puede degustar desde láminas de pescado servidas en cucharita ponzu, frituras con salsa o vinagreta de pescado. “Creemos que es importante crear un ambiente cómodo para que los comensales se sientan bienvenidos. También sirve porque les mostramos de qué se trata nuestra cocina antes de que lleguen sus platos”, aclaran.
Para ellos es fundamental la amabilidad. Tienen formato de Omakase, es decir, uno se entrega al chef y confía en cada uno de los platos que le van a ir sirviendo. “Estamos en contacto con el comensal explicándoles en todo momento lo que se les está sirviendo”, detallan.
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Foto destacada: gentileza Unsplash (PH Mika Baumeister). Las fotos de los restaurantes son gentileza de los restaurantes mencionados en la nota.