¿Qué significa ser el segundo restaurante de la Ciudad en ser incorporado a la organización francesa que es sinónimo de prestigio y estándares gastronómicos a otro nivel? Conversamos con el chef Gonzalo Aramburu sobre este hito en su carrera/¿Por qué asegura que es «muy emocionante» y que «la gente va a venir muy afilada»?
Foto: gentileza Diez Comunicación y Gonzalo Aramburu. Fotógrafo: Eugenio Mazzinghi.
«La expectativa va a ser altísima»: el restaurante Aramburu de Buenos Aires ahora es parte de Relais & Châteaux. Por Azul Zorraquin.
El restaurante Aramburu de Buenos Aires (Vicente López 1661 – Recoleta), creado por el chef Gonzalo Aramburu hace dieciséis años, fue elegido para sumarse a la familia Relais & Châteaux, la organización que reúne a muchos de los restaurantes y establecimientos más prestigiosos del mundo. Es el segundo en lograrlo en el país, después de Chila en Puerto Madero.
Establecida en Francia en 1954, es conocida por sus estrictos estándares de admisión, que consideran tanto la calidad del servicio como el entorno en el que se brinda la experiencia: «este acontecimiento es una tradición que lleva adelante la misión de promover la diversidad cultural y culinaria del planeta, con originalidad y respeto por las tradiciones.»
«En principio nosotros aplicamos y Relais & Châteaux nos eligió porque cumplimos con los estándares de calidad que buscan; hicieron varias inspecciones, evaluaciones, y nos fue bien – le explicó Gonzalo Aramburu a MALEVA -, el informe tuvo más de cincuenta páginas, y evalúan tanto la creatividad del cocinero, como los productos que trabaja, y si el host que te recibe, sonríe o no”.
“Hoy como cocinero estoy en el mejor punto de mi carrera profesional, esta es una mención única, Relais tiene muchos años, y son pocos los establecimientos alrededor del mundo que representa”, agrega.
La esencia de Gonzalo Aramburu, según explican desde el restaurante «es trabajar con ingredientes locales para reconectarse con la historia de la tierra, siempre en alianza con los productores; y brindar una propuesta en la que el ambiente, la cocina, el respeto y la amabilidad, completen una experiencia única que llega a todos los sentidos».
«En principio nosotros aplicamos y Relais & Châteaux nos eligió porque cumplimos con los estándares de calidad que buscan; hicieron varias inspecciones, evaluaciones, y nos fue bien – le explicó Gonzalo Aramburu a MALEVA -, el informe tuvo más de cincuenta páginas, y evalúan tanto la creatividad del cocinero, como los productos que trabaja, y si el host que te recibe, sonríe o no”.
El cocinero destaca en conversación con este medio, lo emotivo que es para él – «que trabajo desde los veinte» -, cumplir con los estándares de Relais & Châteaux: “ahora hay que seguir por este camino, todos los días, e incluso mejorar lo que veníamos haciendo; porque la gente va a venir con una expectativa altísima, y tenemos que satisfacer eso; la gente va a venir más afilada, quizás incluso alguno viene con ganas de criticar, aunque en general el 95% de nuestros comensales viene a disfrutar y dejarse llevar”.
La historia de Relais & Châteaux se remonta a la década del cuarenta, cuando dos antiguos artistas de music hall, Marcel y Nelly Tilloy, compraron “La Cardinale”, una finca en el valle del Ródano; luego comenzaron a contratar a hoteleros y dueños de restaurantes que compartieran el mismo nivel de calidad, excelencia y pasión por la buena cocina y el “Art de Vivre”. En 1954, este grupo de almas gemelas se fusionó para crear Relais & Châteaux. Si bien en un principio solo había ocho establecimientos a lo largo de la carretera entre París y la Riviera francesa, hoy en día, hay más de quinientos miembros que forman parte de Relais & Châteaux. Y bienvenido Aramburu a este clan, un restaurante “contemporáneo, local y estacional”, según su creador.