Tranquitour: así fue el viaje – mega relajado y por paisajes increíbles – de Salta Cautiva por la Patagonia (sí, el norte en el sur)

Yoga (con un chelista de fondo) en plena montaña, navegación con picada, cervezas heladas y una noche en la Isla Victoria, un campamento recontra chill, rappel y una coordenada secreta con toda la onda a orillas del Nahuel Huapi/Crónica en primera persona del recorrido sensacional que propuso la cerveza Salta Cautiva por Bariloche y alrededores/¿Por qué es una cerveza que no busca «imponer» sino invitar a relajarse y disfrutar?

Descanso y disfrute: esa es la filosofía de Salta Cautiva. 

Tranquitour: así fue el viaje – mega relajado y por paisajes increíbles – de Salta Cautiva por la Patagonia (sí, el norte en el sur). Por Sol Di Vito (desde Bariloche).

Montañas rocosas, aguas turquesas, ni una nube en el cielo y una cerveza bien fría en la mano. No hay vino, chocolates ni queso que siquiera se asemeje a este maridaje perfecto. El momento tranqui ideal, dirían algunos. Y es esto mismo lo que viví con Cerveza Salta Cautiva, a lo largo de mis días en Bariloche, un verano a otro ritmo, con más de “quedémonos un rato más” y menos de “qué hacemos a la noche”.

“El norte llegó al sur” es la premisa por la que esta cerveza del noroeste argentino, como bien lo explicita su nombre, desembarcó en las aguas del Nahuel Huapi. Quién diría que estos dos puntos cardinales congeniarían tan bien.

«No hay vino, chocolates ni queso que siquiera se asemeje a este maridaje perfecto. El momento tranqui ideal, dirían algunos. Y es esto mismo lo que viví con Cerveza Salta Cautiva, a lo largo de mis días en Bariloche, un verano a otro ritmo, con más de “quedémonos un rato más” y menos de “qué hacemos a la noche…»

“Buscamos comenzar este 2022 transmitiendo la más pura esencia de Salta y, por eso, ideamos el “Tranqui Tour”, una activación itinerante por el sur del país, para vivir un verano distinto y disfrutar relajados de una cerveza a nuestro ritmo”, explicó Francisco Morrone, responsable de Cerveza Salta Cautiva.

Porque de eso se trata el alma de Salta Cautiva, “frenar la vorágine del año y las presiones del día a día, el momento tranqui es parar y disfrutar del momento donde uno quiera, con quien quiera y como quiera. No queremos imponer una situación de consumo sino el hecho de que, para tomarla, hay que tomarse un descanso y tener un momento de disfrute. Esos son los momentos que nosotros queremos destacar”, le contó Morrone a MALEVA.

Con este ánimo, Salta Cautiva invitó a distintos grupos de viajeros a vivir este Tranqui Tour, para vivir experiencias alucinantes, siempre rodeados de naturaleza, “buscando bajar un cambio, tanto desde las propuestas como desde el ambiente y la música… porque Salta es una cerveza que se disfruta tranqui”, agregó Morrone.

A esta suertuda cronista aventurera le tocó, haciéndole la contra al terrible mito de colorada yeta, el mejor tramo en mi opinión, el de Bariloche, lugar donde aseguro con mucho cariño, todos viven un bello “delirio cósmico”. Por eso, no puedo pensar mejor lugar donde arrancar mi #TranquiTour, tan alineado con la esencia de la marca. Siempre con cerveza en mano, por supuesto, pero más específicamente con el blend de IPA y trigo, sin dudas mi favorita (y una gran opción para quienes no se animan a una IPA tradicional todavía pero buscan iniciarse, es liviana y muy rica).

«A esta suertuda cronista aventurera le tocó, haciéndole la contra al terrible mito de colorada yeta, el mejor tramo en mi opinión, el de Bariloche, lugar donde aseguro con mucho cariño, todos viven un bello “delirio cósmico”. Por eso, no puedo pensar mejor lugar donde arrancar mi #TranquiTour, tan alineado con la esencia de la marca. Siempre con cerveza en mano, por supuesto…»

¿La hoja de ruta? Arrancamos en Buitreras de Estepa, en un gran camping con enormes carpas y a su lado, el flamante motorhome, protagonista indiscutido de esta travesía y representante del recorrido que efectuó la marca. Aquel primer día fue muy, sí, tranqui. Un almuerzo casero en la casa de té junto al camping, una tarde de SUP (para quienes no conocen, estas son la siglas de Stand UP Paddle, una práctica más apta para principaiantes de lo que creen) y sol, a orillas del Huapí.

Al día siguiente, llevaron el “tranqui” a un nuevo nivel. En la Bahía López, una alucinante embarcación nos esperaba con una picada imperdible y cervezas frías, lista para zarpar hacia Cascada Blanca, una curiosa formación geográfica que permite deslizarse por ella con un tobogán. Tras una tarde a todo chapuzón y SUP, un despliegue de sushi nos esperaba en Isla Victoria, donde dormiríamos anclados en el barco. No sin antes bailar con los auriculares a todo volumen, en una experiencia de película, una silent party sobre el barco en movimiento.

Al tercer día, llegamos a lo que sería nuestro destino final. Se trata de Fuegos de Patagonia, una nueva coordenada en el sur que hace tan solo unos meses no existía (incluso algunos locales no saben de su existencia). Y qué coordenada. Un restaurante con gran gastronomía, un parador para pasar el día con kayaks y tablas, un bar con buena música e imponentes fogones. Allí armamos campamento nuevamente, para al día siguiente despertar bien temprano.

“Queremos frenar la vorágine del año y las presiones del día a día, el momento tranqui es parar y disfrutar del momento donde uno quiera, con quien quiera y como quiera. No queremos imponer una situación de consumo sino el hecho de que, para tomarla, hay que tomarse un descanso y tener un momento de disfrute», le explicó a MALEVA, Francisco Morrone, desde la marca…»

¿Alguna vez hicieron yoga en el medio de la montaña con un chelista tocando de fondo? Creo ser una de las pocas personas que pueden responder esta pregunta de manera afirmativa. Freddy, oriundo de Venezuela pero enamorado de Bariloche, dicta clases de yoga nidra con su cello y es quien también nos daría clases de Wim Hof al día siguiente.

Para quienes no lo sepan, Wim Hof es un atleta y orador danés que inventó esta práctica en la que, tras una serie de respiraciones, uno se sumerge en agua helada. Quienes lo practican, se meten a las heladas aguas del sur incluso en invierno. Sí, qué frío, pero qué bien se siente uno después de esta práctica regeneradora. Acá en Buenos Aires se practica en piletas con hielo, valientes, pero sanos.

El viaje terminó con los platos fuertes. Rappel en la montaña, con una de las mejores vistas del viaje, y a la noche, el cierre de la travesía de Salta Cautiva en el Sur. Folclore, coloridos sombreros salteños y buena comida (una de las humitas más ricas que comí en mi vida, con mucho cilantro), le pusieron fin a este trayecto del Tranqui Tour, el último antes de que la simpática llama con la cerveza en la mano, volviera a su origen, Salta.

«El viaje terminó con los platos fuertes. Rappel en la montaña, con una de las mejores vistas del viaje, y a la noche, el cierre de la travesía de Salta Cautiva en el Sur. Folclore, coloridos sombreros salteños y buena comida (una de las humitas más ricas que comí en mi vida, con mucho cilantro), le pusieron fin a este trayecto del Tranqui Tour…»

Quizás sonará trillado, y seguramente repetitivo, pero hay una sola palabra para resumir esta aventura, sí, tranqui. Puntuación perfecta para Salta Cautiva, quien, casi sin esfuerzo, logró transmitir a la perfección el alma de esta cerveza joven pero que ya pisa fuerte en el mercado. Y que quizás y ojalá, logró contagiarme un poquito de este “delirio cósmico” que tanto envidio.

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