Desde Colegiales hasta Núñez, cinco propuestas – relajadas, informales y alegres -, donde tomarse una buena copa de vino/¿Cuál es el espíritu de cada lugar y qué ofrecen?/Además: cocina de nivel y la combinación, cada vez más en boga, de café de especialidad.
Amores Tintos es una experiencia amistosa y relajada para animarse a tomar vinos de calidad.
Verano en Buenos Aires: cinco lugares para tomarte una buena copa de vino en los días de ocio y calor. Por Delfina Carbone Mac Grath.
Mientras escribo esta nota recuerdo cuando las cervecerías artesanales se apoderaron de Buenos Aires algunos años atrás. El fin de semana comenzaba a vislumbrarse y el plan de ‘after office’ se realizaba de manera indiscutida en uno de estos bares. Y con la llegada de la primavera y el verano, era la opción indiscutida. Pero ahora, hay cada vez más propuestas – que captaron fuerte a un público joven -, con el buen vino como uno de sus principales argumentos de disfrute en los días de calor (y ocio) tan típicos de enero y febrero. A continuación, cinco opciones para tener muy en cuenta.
1) Amores Tintos: una pizarra del estilo cervecero y 20 canillas de vino / Gorriti 4202 – Palermo Viejo.
Todo comenzó con el emprendimiento de cerveza artesanal de sus hijos Agustín, Guido y Leandro. Carlos decidió ayudarlos a vender en el local y quedó fascinado con la famosa pizarra donde se mostraban las cervezas disponibles y sus características: “En ese momento pensé “Qué lindo sería si se pudiera hacer esto mismo con los vinos”. Años más tarde lo lograron aplicar en Amores Tintos, que hoy no solo tiene su sede original en Gorriti y Pringles, sino que están próximos a abrir su segunda sede en Soler y Julián Álvarez, una sede que será mágica según su progenitor.
Así es como uno ingresa al local que tiene barras en las ventanas y mesas en la vereda y puede ver grandes pizarras donde exponen la gran variedad de copas y botellas de vino que tienen a disposición: “La idea es que las personas puedan ver y probar las diferencias entre los matices entre una cepa de Mendoza y otra del norte”, destaca Carlos. Y sin dudas es lo que sucede: la gente se acerca a la barra y juega a probar distintos vinos, incluso algunas que nunca se hubiesen animado a comprar en una vinoteca por miedo a gastar dinero y luego llevarse una decepción.
Carlos es un enamorado del vino y desea que todos disfruten de esta “meditación activa” mientras lo beben. Para que esto suceda, considera que debe tener un buen acompañamiento gastronómico como son los platos que ofrecen en la carta: papas a la crema de verdeo, papas a la provenzal, provoleta patagónica ahumada, entraña marinada, ribs de cerdo, salmón a la plancha con pesto de tomates secos. Una variedad de platos que permiten ir a cualquier hora, ya sea para almorzar, de after office o incluso para cenar. Un dato no menor que hace a toda la experiencia es que Amores Tintos brinda el agua de cortesía, ya que consideran que es un complemento fundamental para el consumo responsable.
Aquellos que visiten el bar, se encontrarán con un ambiente descontracturado, familiar, donde la gente se sienta parte y además, siempre encontrarán novedades en esa pizarra tan característica que dio origen a todo.
2) Doc Bar de Vinos: La puerta de entrada para aquellos que están incursionando en el vino / José A. Cabrera 4975 – Palermo Viejo.
Luego de renunciar a su trabajo en una empresa multinacional, Gonzalo Álvarez viajó por tres meses a Europa con el fin de disfrutar de los museos y la cultura italiana. Lo que no sabía es que esa experiencia iba a ser un quiebre en su carrera laboral. Caminando por alguna calle italiana, quedó deslumbrado con una fiambrería que, además de vender los clásicos sanguches, ofrecía vino en vasos de plástico. “En ese momento pensé “Qué buena onda armar un bar de vinos así de descontracturado”. Esa fiambrería tenía la particularidad de que cortaban la comida frente a los clientes. Esa referencia fue tomada por Gonzalo para aplicarla en el bar que maneja con su amigo ‘Lonza’, Doc Bar de Vinos.
“Me pregunté ¿Por qué los jóvenes en Argentina no salen a tomar vino? y me encontré con que se suele beber vino en lugares muy comerciales o restaurantes de alta gama.” Su viaje y el encuentro con estos bares en Italia fue el puntapié para romper con esta tradición.
En la entrada de Doc cuelgan dos hamacas del techo para que la gente pueda sentarse a disfrutar de su copa de vino. Con ladrillos en las paredes, graffitis y mesas altas con banquetas, el lugar se muestra jovial y disruptivo, ideal para disfrutar de una salida con amigos o en pareja. En barra se puede pedir tanto vinos en copa como la botella pero, siguiendo esta tendencia de “kiosko de vino”, los clientes pueden ir probando distintos vinos con el fin de no arriesgarse a comprar una botella entera.
Asimismo, no se casan con ninguna bodega. Incluso las etiquetas que comercializan no se encuentran más de 6 o 7 meses en el bar. La necesidad de ir cambiando e innovando es parte de ADN de Doc. Tip MALEVA: Los que además se divierten con las actividades lúdicas, el bar tiene el ‘Corchito Challenge’ que consiste en lanzar un corcho dentro de una copa. ¡Si lo lográs, hay premio!
Recientemente, el bar cerró una alianza con Negro Café para que aquellos que luego de comer algo a la noche o quieran ir a desayunar o merendar, tengan la opción de deleitarse con un rico café y unas delicatesen que están exhibidas en el quiosquito que da sobre la calle Cabrera.
3) Benavente Café: Pequeño gran bar que le da color a toda la cuadra / Gorriti 4191 – Palermo Viejo.
Sin dudas se animaron a romper el molde de la ubicación que está directamente asociada a la cerveza. Benavente se propuso ofrecer vermús artesanales y nuevos, además de su amplia carta de gin tonics y vinos de bodegas muy pequeñas, algo que sus clientes valoran mucho.
Todas las tareas son realizadas por la pareja. Desde la limpieza, la atención al cliente, la cocina y los tragos. La icónica pared que da entrada al bar permite darse una idea sobre lo que vamos a encontrar al atravesar la puerta. Guiños a bandas de rock, discos colgados, carteles de películas y adornos que tienen un significado para Javiera y Norber: “Todo lo que vean dentro de decoración son cosas nuestras, de cuando yo era chiquita, cosas de mi hermano, recuerdo que tiene Norber de su infancia. Todo tiene un significado”.
Mientras la entrevista transcurre en una de las mesas que se encuentra situada en la vereda de la calle Gorriti, un hombre pasa caminando y la saluda de lejos a Javiera – “feliz aniversario” -, y se ríe. Con amabilidad y confianza, lo saluda de lejos: “Ese es uno de nuestros clientes que viene muy seguido y seguramente venga para festejar el aniversario de Benavente”. Pero no todo queda en la carta de bebidas. La comida no pasa desapercibida. Su estrella es la empanada de morcilla, idea original de Norberto que estaba solo en su casa y no sabía que cocinarse. Terminó inventando esta delicia que es la más pedida del lugar. También se pueden encontrar platos veggies, la pizza de masa madre de portobellos salteados con un toque de ralladura de limón; provoletas con kimchi; tacos y más platos originales para ir una noche y degustar con un buen vermú o vino.
4) Cuadra madre: La exquisita panadería que explora el ámbito nocturno con bodegas de productores pequeños / O’Higgins 3202 – Núñez.
Comenzó tímidamente en Núñez como un café jovial donde las personas iban a buscar su bebida y algo dulce para sentarse en la vereda con amigos y pasar una tarde diferente. Pero poco a poco, Cuadra Madre fue creciendo e incorporando nuevas alternativas. No solo era un café para ir durante la tarde. Hoy tiene una nueva sede en el barrio de Saavedra, con el mismo estilo que la de Núñez y los mismos sabores que caracterizan a este lugar.
Definida como un lugar ecléctico según Agustina, una de sus dueñas, hoy tienen una gran panadería, café de especialidad y durante la noche dan a conocer su propuesta donde cambia todo. La panadería deja de ser panadería y pasan a repartirse platos junto con una carta de vinos donde se pueden encontrar los de Piel y Hueso o los de la bodega Tempus Alba que actualmente están muy de moda en aquellos lugares que prescinden del clásico Malbec con tintes de roble. “Siempre quisimos hacer algo descontracturado, la gente viene y se sienta a tomar un café en la vereda y a la noche podés venir a comerte un buen plato de pastas o una buena bruschetta y disfrutarlo con una copa de vino que seguramente antes no probaste”, afirma Agustina.
Actualmente, en la sede de Saavedra están lanzando una nueva carta de almuerzos con ingredientes como el gazpacho, peras, platos con calamares, burrata de frutos rojos, pesca del día, etc. Lejos del bullicio de las zonas céntricas como Palermo o Recoleta, Cuadra Madre se encuentra ubicado en una zona muy tranquila. Un plan ideal para venir con amigos o en plan de cita y disfrutar del ambiente divertido y fresco que se encuentra en esta esquina.
5) Anafe: con estilo en Colegiales. Más de 90 etiquetas de vino junto a su consagrada propuesta gastronómica. / Virrey Avilés 3216 – Colegiales.
Moviéndonos hacia la zona de Colegiales, nos encontramos con un local que, al entrar, se puede apreciar la enorme cava de vinos con etiquetas coloridas y llamativas. Tintos, blancos, naranjos, rosados son algunos de los que resplandecen detrás de la puerta de vidrio. La cocina a la vista, un techo de tela amarillo y las mesas y asientos de colegio primario, terminan de completar la onda relajada de esta propuesta que este año fue elegido por los 50 best Latin America, como el mejor restaurante emergente del continente.
Su idea es muy clara y la llevan adelante muy bien: un lugar donde puedas venir a pasar un buen momento y probar varios platos ya que los sirven a modo de banquete. El vino acompaña cualquiera de estas comidas y no vas a tener problema en encontrar alguno que te guste ya que cuentan con aproximadamente 90 etiquetas para elegir entre las que se destacan el Torrontés. Al igual que los bares anteriores, Anafe trabaja con productores chicos y le huye a las bodegas más comerciales del país.
Una cocina muy genuina e innovadora que le da una vuelta de tuerca a los clásicos. Esto es gracias a la influencia que tienen sus dueños: Mica viene de familia judía y Nicolás de una familia italiana donde predomina la cocina mediterránea. Pero ¡Ojo! No te vayas a llenar que para cerrar la experiencia hay que probar los postres del lugar. No vas a encontrar el clásico panqueque de dulce de leche o flan, pero te aseguro que el profiterol, la pavlova o el postre con moras van a hacer que te acuerdes de esta nota y agradecer por haberte tirado este tip.
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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados.