#MALEVAENPALERMO
Uno de los términos que pueden encontrarse en el glosario del polo es la adrenalina: «es lo que siente un jugador durante todo el partido, debido a que los caballos corren a una velocidad de 60 kilómetros por hora. El pico adrenalínico sucede justo antes de caerse del caballo». Un poco de eso también puede palpitarse afuera de la cancha, a través de todos los estímulos que ofrece el 121° Abierto de Polo de Palermo. Una celebración pura sangre, con colores, aromas, sabores, sonidos y una constante sensación de joie de vivre que vale la pena experimentar.
«En el mundo de Palermo, la noción del tiempo y el espacio se pierden por completo. Entrás de día, y te vas de noche, pero lo que pasa en el medio, no tiene medida; en ese lapsus no importa qué hora es, porque lo único que parece valer es el disfrute del momento.»
En el mundo del polo la noción del tiempo y el espacio se pierden por completo. Entrás de día, y te vas de noche, pero lo que pasa en el medio, no tiene medida; en ese lapsus no importa qué hora es, porque lo único que parece valer es el disfrute del momento. El espacio, se vuelve casi surreal: en medio de un patio con jacarandaes, palmeras y caballos de hierro, al mirar hacia atrás, se ve la fachada del hipódromo enfrente, que transporta a una ciudad europea. A este paisaje se suman caballos brillantes y musculosos galopando al ritmo de la música, los gritos, los aplausos, y el paso de personas de todas las edades, todos los países y todos los colores; aunque el protagonista es el blanco, hay fucsias, corales, flúo, lentes de espejos, capelinas gigantescas, perritos adentro de carteras, looks tipo Coco Chanel, boinas gauchescas, y amantes del jean.
«El público solo murmura, mira concentrado bajo el rayo del sol. Solo se escuchan aplausos con cada jugada brillante, el ruido de los tacos, el galope y los gritos de los jugadores, que resuenan con eco: ¡Dale, seguilo! ¡Jugá tranquilo! ¡Buena, animal!»
Rodeando todo esta colisión de estilos, surgen espacios con autos deseados como los Smart y los Mercedes Benz, relojes como Jaeger-LeCoultre e infinidad de points para comer, relajar y sociabilizar. Las reglas del juego están dadas, pero pueden mezclarse, romperse y corromperse.
Cuando los caballos se desplazan por la cancha con sus jinetes, todo se vuelve silencioso. Es que su andar hipnotiza. Entonces, el público solo murmura, mira concentrado bajo el rayo del sol. Solo se escuchan aplausos con cada jugada brillante, el ruido de los tacos, el galope y los gritos de los jugadores, que resuenan con eco: ¡Dale, seguilo! ¡Jugá tranquilo! ¡Buena, animal!. Ellos, los animales, parecen ir solos; fusionados con los jugadores, parecen ser una sola pieza andando en cámara lenta, por la elegancia y la delicadeza, pero a toda velocidad, con una energía incalculable.
La campana suena y el ritmo se acelera aun más. Al mismo tiempo, desde la tribuna se ven pasar los autos y el tránsito. Pero parecen sucumbir ante la fuerza hípica. Algunos de sus nombres: Open Buchón, Chapa Katrina, Solitudine. En este encuentro La Dolfina, Miramar, La Aguada, Magual, Ellerstina, Chapaleufú , Alegría y La Aguada-Las Monjitas fueron los equipos que se lucieron dejando sus divots dorados en las canchas.
«Las personas se “pechean”, como exige la regla del polo: se acercan, pero no llegan a rozarse. De repente, todos parecemos amigos. La sensación de placer agrupa a conocidos y desconocidos de forma casi tribal.»
Durante los partidos, pero muy sobre todo cuando termina el último encuentro de la fecha, cuando ya cae el sol, lo que cobra vida es el otro Palermo: el social, el del ocio y de la fiesta, el más glam. Que se enciende en torno a los puestos gastronómicos y – sobre todo – los espacios de las marcas. Cientos de personas tomando algo (desde un cafecito hasta un trago de autor pasando por un porrón de cerveza helada, relajando, acumulando whatsapps, polistas, bellas mujeres, amigos, viejos conocidos, parejas, espectadores casuales. Ritmos electrónicos de fondo y una energía genial en el ambiente.)
El espacio de Stella Artois es uno de los más convocantes. Es un oasis con juegos de vidrios espejados, que generan un efecto réflex hipnótico cuando les da el sol. Y una terraza preferencial, desde donde puede verse el campo de juego y escuchar el galope de los caballos a pesar de la música. Barriles plateados con cerveza helada y bien servida. Bartenders de cerveza, vestidas con un blanco inmaculado y sombreros de un carmín intenso, combinadas con bartenders vestidos de blanco, con moños colorados que ofrecen platitos salados miniatura para acompañar. En este lugar se respira un aire muy de fiesta chilloutera. Las personas se “pechean”, como exige la regla del polo: se acercan, pero no llegan a rozarse. De repente, todos parecemos amigos. La sensación de placer agrupa a conocidos y desconocidos de forma casi tribal.
«Alrededor de los sillones del espacio de Nespresso, la gente se reúne para charlar y probar bocaditos dulces como tarta de avellanas y chocolate amargo y crumble de frutas rojas, manzanas y canela a cargo de Juliana López May, y delicatessen saladas a cargo de los franceses Jean Paul Bondoux y Jerome Mathe. Para la final del Campeonato, el chef Mauro Colagreco piensa sorprender a todos con un menú incógnito.»
Nicolas Guarelli, gerente de marcas premium de Stella Artois, cuenta cómo se consigue alcanzar este clima:
“La ubicación es espectacular, estamos justo al lado de la tribuna y tenemos un lugar social para estar con amigos, relajados tomando una cerveza. Cuando termina el partido toda la gente viene acá. Los jugadores que van terminando de jugar también se acercan a mirar el próximo partido desde nuestra terraza. Lo que nos interesa es que vean y disfruten de Stella en un lugar donde la experiencia es distinta y sofisticada”.
«Un rato después de los partidos, Fernando Trocca nos sorprendió a todos en el espacio Chandon con delicatessen como bruschettas, woks de salmón, piadinas y tablas de quesos. La música chillout y deephouse, hacen mover sutilmente la cabeza, y refrescan los pensamientos, junto con la aromaterapia que generan los ramos con jazmines adornando el espacio.»
Otro de los espacios que explotan, acaso el más vistoso porque está justo debajo de la tribuna, es el de Chandon. En el patio principal se lee un “Siempre hay razones”. El bar llama la atención por su ambientación fresca, con tonos celestes y naranjas shockeantes, que también visten a las bartenders (son los colores de la marca). También hay mozos rubios, bronceados, con rizos y ojos azules estilo “La laguna azul”, que merodean con empanadas y la clásica “Pizza con champagne”, pero gourmet. Entre burbujas y más burbujas, la gente se ríe y cumple la consigna de celebrar a rajatabla. Un rato después de los partidos, Fernando Trocca nos sorprendió a todos con delicatessen como bruschettas, woks de salmón, piadinas y tablas de quesos. La música chillout y deephouse, hacen mover sutilmente la cabeza, y refrescan los pensamientos, junto con la aromaterapia que generan los ramos con jazmines adornando el espacio. Es un spot perfecto para ir con amigos o pareja y cerrar la tarde con un espumante en un ambiente con muy buena onda.
«ALPI cuenta con una barra clásica de comidas y un pub: ALPI Chico. La propuesta es solidaria porque todo lo recaudado en sus stands va a ser destinado a la construcción de un hospital para chicos con discapacidad en todo el país.»
Después están los puestos clásicos como el de la cooperadora del Hospital del Ejército o el de ALPI – asociación civil que se dedica a la recuperación de personas con discapacidad motriz – y que ya lleva 58 años (¡!) en Palermo. ALPI cuenta con una barra clásica de comidas y un pub: ALPI Chico. La propuesta es solidaria porque todo lo recaudado en sus stands va a ser destinado a la construcción de un hospital para chicos con discapacidad en todo el país.
En el ingreso hay otro espacio importante que es el de Nespresso. Es como un living: por fuera, jardines verticales con florcitas de colores, permanentemente hidratadas por jardineros fieles; por dentro, madera blanca, espacios vidriados tipo bungalows, sillones de cuero, una barra con máquinas de café gigantes haciendo magia permanente, y tragos deliciosos para el AfterDrink que preparan Mona Gallosi e Inés de los Santos. Alrededor de los sillones, la gente se reúne para charlar y probar bocaditos dulces como tarta de avellanas y chocolate amargo y crumble de frutas rojas, manzanas y canela a cargo de Juliana López May, y delicatessen saladas a cargo de los franceses Jean Paul Bondoux y Jerome Mathe. Para la final del Campeonato, el chef Mauro Colagreco piensa sorprender a todos con un menú incógnito.
«Mona Gallosi le cuenta a MALEVA que para su trago Cucumber Horse se inspiró en los caballos: «me gusta mucho el polo, yo soy de Río Negro y estoy acostumbrada a estar en chacras o a que mi familia se relacione con los caballos»
Antes del After, la gente se acerca a la barra como si fuera una heladería abierta al público para pedir deliciosos y refrescantes mixes de café con helado de pistaccio, por ejemplo. Subiendo una escalera, te encontrás con una gran terraza con sillones para simplemente, reposar.
Una vez que el partido termina, el malón de admiradores del polo comienza a acercarse al galope. Escucho que una chica le dice a otra: “Hay algo muy rico parece, algo frío”. Y sí, es el turno de los drinks de Mona e Inés, las bartenders mujeres pioneras de Argentina y el dj set de Soledad Rodríguez Zubieta. Tragos inspirados en el café, tragos con café y flores. De los Santos creó el Polo Pimps Up! con gin, bitters, almíbar de jengibre, 7up, frutas frescas, albahaca y pepino, y el Ice Zanaccino, con Nespresso Pure Indriya, jugo de naranja, zanahoria y jengibre y almíbar de canela.
Después de viajar a través de los tragos me acerqué a Mona Gallosi para que me cuente sobre su inspiración.
“Hice dos tragos muy diferentes, Red Ron & Polo y Cucumber Horse. Este año tuve un viaje hermoso a Cuba; fui a competir con 50 bartenders de todo el mundo y ahí empecé a explorar más el uso del ron cubano. Entonces, elegí un ron añejo 7 años con base de madera. Si pensamos en este Club, la madera es muy significativa. Después preparé un syrup de grosellas, para cerrar utilicé jugo de limón, y gaseosa lima-limón para que sea refrescante – me explicó Mona – Para el Cucumber Horse me inspiré en los caballos, me gusta mucho el polo, yo soy de Río Negro y estoy acostumbrada a estar en chacras o a que mi familia se relacione con los caballos; soy Gallosi, soy tana y en mi ADN están los aperitivos, Entonces decidí usar Cinzano Bianco -que es el menos conocido pero tiene unas notas dulces muy agradables- pepino, manzana, limonada dulce y para terminar Aperol, que es el aperitivo emblema del momento, el más suave de los bitters, con notas dulzonas y brillantes, que le dan vigor”.
«Y así, entre chukker y chukker, suena la campana y llega la noche. La tribuna siguió invicta durante horas. Yo seguí celebrando el charme del polo por un rato más, y me fui. Del otro lado del portón de entrada, no parece que está pasando todo lo que pasa.»
Y así, entre chukker y chukker, suena la campana y llega la noche. La tribuna siguió invicta durante horas. Yo seguí celebrando el charme del polo por un rato más, y me fui. Del otro lado del portón de entrada, no parece que está pasando todo lo que pasa. Para descubrirlo, solo hay que decidirse a escapar por un rato a un mundo bello y entrar.