Abrió sus puertas en uno de los años más difíciles de la historia del país, pero – a dos décadas de aquel entonces -, la galería ubicada en Avenida del Libertador logró convertirse en una referencia absoluta en la escena porteña del arte/Artistas legendarios que pasaron por sus salas, anécdotas inolvidables y un futuro con proyectos internacionales/Conversamos con su directora y co-fundadora, Patricia Pacino y nos contó cuál es la filosofía detrás y su relación con los artistas/Además: ¿cuáles son las dos muestras actuales para celebrar el aniversario?
Inaugurada en el tumultuoso año 2001, Maman se posicionó como una galería central en el circuito de arte de Argentina. El próximo paso: Miami.
Los veinte años de Maman Fine Arts: «esta galería latió y late sueños…». Por Candelaria Penido.
Con camisa rosa y ojos sonrientes Patricia recibe a MALEVA en su despacho del primer piso de la amplia galería de la Avenida Libertador al 2400. Rodeada de arte, esculturas, cuadros y catálogos, desnuda su alma y me cuenta sobre la historia y trayectoria de esta galería que en octubre cumple 20 años en la escena artística del país.
Por ella pasaron maestros del arte argentino como Quinquela y Pettoruti, así como también muchísimos referentes del arte contemporáneo local. Este “espacio para experimentar”, como la describió Patricia en nuestra conversación, no solo expone obras sino que se involucra con los artistas. “Nosotros nos jugamos por el artista, le compramos su obra además de organizar las exposiciones. Eso les da garantía a ellos y a nosotros nos deja disfrutar de nuestra alma de coleccionistas.”
Patricia Pacino, directora, curadora y co-fundadora de MAMAN
«Empezamos la galería con Daniel Maman, mi marido y compañero en esta vida, porque queríamos un lugar que nos permitiera difundir el arte vivo. Antes, nosotros teníamos la obra en casa. Nuestro departamento era ideal para la venta a clientes privados, además de dejarnos disfrutar de la infancia de nuestros hijos. Éramos jóvenes, pero, llegado un momento quisimos más…»
¿Cómo describirías el espíritu de la galería?
La galería es el corazón de nuestra vida. Latió y late sueños y experiencias fascinantes. Por ella pasó gente muy importante para el mundo del arte, pero también muy importante humanamente. En ella se respira una historia muy especial.
¿Podés contarnos algo de esa historia? ¿Cómo empezó este proyecto?
Empezamos la galería con Daniel Maman, mi marido y compañero en esta vida, porque queríamos un lugar que nos permitiera difundir el arte vivo. Antes, nosotros teníamos la obra en casa. Nuestro departamento era ideal para la venta a clientes privados, además de dejarnos disfrutar de la infancia de nuestros hijos. Éramos jóvenes, pero, llegado un momento quisimos más.
¿Qué?
Queríamos brindar un ámbito para que los artistas contemporáneos expongan lo que quieran. A nosotros nos gusta visitar los talleres, involucrarnos en la creación, observar, interrogar. Es ver la obra en proceso y poder aportar luego un espacio inmenso para su exposición.
«Inauguramos en 2001. Fue increíble. La galería funcionó como un refugio, un remanso en esa época tumultuosa. El arte permitía desconectarse de la locura que se estaba viviendo. Esa primera exposición fue sobra la obra de Rómulo Macció. Al evento se acercaron más de 500 personas con avidez…2020 también fue complicado y de tristeza infinita…»
Entonces, ¿abrir la galería les permitió explorar el arte en una nueva dirección?
Con la galería logramos potenciar la obra de muchos artistas. Por ejemplo como pasó con Pablo Suarez. Cuando empezamos a trabajar con él, él ya tenía su universo desarrollado, ya manejaba un vocabulario determinado. Ya sabía lo que podía dar. Pero nosotros le pudimos aportar libertad y seguridad a su proceso de creación.
Daniel Maman y Patricia Pacino son los directores detrás de la galería. “Nosotros nos manejamos en dúo”, confió Patricia en nuestra charla. Con personalidades disímiles se complementan “él es un gran soñador, yo en cambio, voy con los pies más sobre la tierra.” Sueñas los mismos sueños y comparten su regocijo por el coleccionismo.
¿Por qué le compran las piezas a los artistas?
Porque tenemos alma de coleccionistas. Por nuestras manos pasó parte de la historia del arte. Esto tiene que ver con el ojo de Daniel para elegir las piezas y también con la propuesta de la galería, que es tener siempre lo mejor de cada artista.
Inauguraron en 2001, un año complicado para el país. ¿Cómo fue esa apuesta?
Fue increíble. La galería funcionó como un refugio, un remanso en esa época tumultuosa. El arte permitía desconectarse de la locura que se estaba viviendo. Esa primera exposición fue sobra la obra de Rómulo Macció. Al evento se acercaron más de 500 personas con avidez.
«Recibimos este aniversario con mucha alegría. Y con dos muestras interesantes. La que se encuentra abajo, Colectivo y Singular IV, es una muestra colectiva con obras de la trastienda y artistas de la galería, organizada bajo una serie de temáticas. Como curadora me gusta que entre las obras expuestas siempre haya alguna conexión…»
Hablando de momentos complicados, el año pasado atravesamos una pandemia mundial. ¿Crees que puede existir alguna relación entre esos dos desafíos?
Fueron contextos parecidos en cuanto a lo incierto, pero con resultados muy diferentes.
¿Por qué?
El 2020 lo vivimos con una tristeza infinita. El no poder abrir la galería no nos permitió, como la otra vez, ofrecer el arte como un abrigo ante tal contexto de agonía.
Patricia se remueve en su silla al hablar del 2020. Un año en que el mercado artístico se vio casi paralizado. Aun así, sacando a relucir su amor por el arte, nos confiesa creer que de todo esto algo nuevo puede surgir. “Los contextos límite ofrecen una oportunidad de reformulación humana.”
Hablás con mucha pasión del arte.
Es que, me da un motivo para vivir, no lo digo como cliché. Lo siento así. Para mí el arte produce conocimiento a la vez que te conecta con lo mejor de vos mismo.
¿Tenés algún recuerdo o anécdota preciada en la galería que quieras compartirnos?
Tenemos miles de anécdotas. Pasamos muchas cosas lindas en estos 20 años. Las que se me vienen ahora a la mente son por ejemplo, cuando desde la biblioteca del MET –Metropolitan Museum of Art de Nueva York –, nos escribieron para pedirnos un catálogo. Nosotros editamos en la galería, desde que abrimos, catálogos-libros bilingües. Ahora están allá, en el museo, para consulta. Lo digo y me emociono porque es como un escalón en la historia de la galería. Hay un montón de gente, en otro país, que va y los usa para conocer un poco más sobre el arte latinoamericano.
Qué lindo poder brindar ese aporte.
Sí, hay recuerdos muy bellos. También anécdotas conmovedoras, como cuando recibíamos a niños de escuelas carenciadas que tal vez nunca habían visitado una galería o un museo. Venían y descubríamos juntos las obras, les dábamos la merienda y les ofrecíamos materiales para que ellos dibujaran o pintaran un rato. Una vez, me acuerdo y se me pone la piel de gallina, una nena que nunca había visto obras artísticas, se acercó a Daniel y le dijo que cuando sea grande iba a ser pintora.
¿Cómo recibieron este aniversario?
Con mucha alegría. Y con dos muestras interesantes. La que se encuentra abajo, Colectivo y Singular IV, es una muestra colectiva con obras de la trastienda y artistas de la galería, organizada bajo una serie de temáticas. Como curadora me gusta que entre las obras expuestas siempre haya alguna conexión.
¿Cómo son las dos muestras de los veinte años?
Patricia nos acompañó en el recorrido de la exposición. Se trata de una muestra con obras de más de 10 artistas destacados donde encontramos dibujos, murales, collages, esculturas, objetos extraños y pinturas. Está organizada en 4 núcleos temáticos: el surrealismo argentino con obras de Juan Battle Planas, Miguel Caride, Kirin y Catalina Chervin; la arquitectura y/o modificación del espacio con trabajos de Luis Benedit, Luis Wells y Gustavo Bonaberdi; lo desagradable o abyecto con nombres como Alberto Heredia, Norberto Gómez y Charif; y dos obras de índole social, una de Pablo Suarez y otra de Martín Di Girolamo.
Lo interesante es ir descubriendo las relaciones entre las distintas piezas. Por un lado, se ven relaciones entre los artistas, como puede ser la de maestro-alumno entre Suarez y Di Girolamo. Por el otro, relaciones entre los mismos artistas. El espectador puede apreciar y ser consciente de la propia evolución en la creación personal.
En el segundo piso se encuentra Grecomanía, muestra que rinde homenaje a Alberto Greco en el marco de la exposición ¡Alberto Greco qué grande sos!, realizada en el Museo Moderno. Fotografías perfomáticas, libros de artista, acuarelas, tintas y pinturas informalistas concentran el universo de Greco.
«Luego de estos 20 años, tal vez llegamos al summit. Será por eso, a lo mejor, que abrimos una galería en Miami. Para difundir el arte argentino y latinoamericano, a la vez que pretendemos estimular la movida cultural allá. El de Miami es un circuito atomizado, muy diferente. Está todo por hacer…»
Luego de hablar del pasado y el presente, desde MALEVA, preguntamos por el futuro de la galería.
¿Qué tienen pensando para el provenir?
Y… luego de estos 20 años, tal vez llegamos al summit. Será por eso, a lo mejor, que abrimos una galería en Miami.
¿Cuál es su intención con ella?
Difundir el arte argentino y latinoamericano, a la vez que pretendemos estimular la movida cultural allá.
¿Cómo es el mundo artístico en Miami? ¿Encuentran similitudes o diferencias con el nuestro?
Allá es un circuito atomizado, muy diferente. Está todo por hacer. Es un mundo más disgregado, donde no hay tanta sensación de comunidad cultural. Es otro sistema.
¿Sus galerías –la de acá y la de allá– se encuentran conectadas?
Sí y no. Haber, compartimos artistas, pero también nos adecuamos a los gustos de allá. En Miami se consume mucha obra abstracta, geométrica, mucho arte cinético.
Ya sea en Argentina o en Estados Unidos, MAMAN es una galería integral dedicada a producir pensamiento y a acercar, a todo aquel interesado, la obra de artistas locales. Brindamos por veinte años más.