¿A dónde ir si querés estar (en pandemia) en un lugar seguro donde corra brisa, pero no te mueras de frío ni te mojes? Desde la propuesta del momento en Villa Crespo con un super espacio semi techado y con mucha vegetación hasta un local del Mercado de San Telmo (y su techo protector) donde se come muy bien y tiene toda la onda/Además: ¿cuál es el nuevo restaurante de Olivos de los creadores de Casa Cavia y Orno donde – calefacción y confort mediante – el pronóstico no es una excusa para desistir de nada?
Chuí, en Villa Crespo tiene la combinación ganadora: un espacio techado, pero abierto por el costado, para disfrutar de su propuesta de fuegos llueve o truene
Se sale igual: ocho bares y restaurantes para ir en Buenos Aires si llueve o el clima no acompaña. Por Belén Prieto.
Nada nos hace más felices que haya vuelto la posibilidad de comer al mediodía, tarde o noche donde queramos en Buenos Aires. Pero sabemos que, con las medidas aplicadas, los locales no pueden dejar a sus clientes comer adentro (y únicamente treinta por ciento de mesas). Pero aún así: ¿qué pasa si queremos comer afuera, con una brisa de aire, para sentirnos más seguros en pandemia? ¿Y si el clima no nos acompaña? ¿Qué hacemos si queremos salir a comer, pero está lloviendo?
«¡En MALEVA dejar de ir no es una posibilidad! En mi caso, hace poco me pasó que había organizado un almuerzo con mi novio y cuando estábamos saliendo, ya en el auto, se largó a llover. Empecé a hablarle por Instagram a los restaurantes que conocía y a algunos nuevos, para ver si eran aptos para lluvia…»
¡En MALEVA dejar de ir no es una posibilidad! En mi caso, hace poco me pasó que había organizado un almuerzo con mi novio y cuando estábamos saliendo, ya en el auto, se largó a llover. Empecé a hablarle por Instagram a los restaurantes que conocía y a algunos nuevos, para ver si eran aptos para lluvia. En el ida y vuelta de mensajes, paró de llover, pero esta fue la lista que armé – con bastante investigación posterior a ese día – y a la que desde MALEVA les sugerimos recurrir. Todas propuestas con onda, y con novedades.
1) Cochinchina: un deck cubierto y con aroma a sahumerios para disfrutar los sabores vietnamitas de una de las aperturas del momento / Armenia 1540 – Palermo Viejo
De la mano de Inés De Los Santos y Máximo López May, este nuevo bar en Palermo abrió sus puertas en mayo de este año. Con la propuesta de coctelería de Inés y los platos inspirados en la cultura franco-vietnamita de Máximo, este espacio es el nuevo must de la ciudad.
Su nombre es el mismo con el que se conocía a la región sur de Vietnam durante el tiempo de mayor influencia francesa. De ahí también el origen de sus sabores, que reúnen a la perfección el oriente y el occidente con una sensación callejera. Inés cuenta: “Si algo nos dejó el último año, fue la nostalgia de los viajes, por eso pensamos en crear un lugar que nos permitiera hacerlo a través de los sabores”.
Cochinchina es ideal en todo momento, incluso cuando llueve: tiene un deck semi cubierto, cuyo techo está colmado de sahumerios, como tributo a la cultura que la inspira.
Si van a Cochinchina, no pueden dejar de pedir el sándwich de cerdo hecho en una tradicional baguette vietnamita con harina de arroz, llamado Banh-Mi.
2) 1636 Restaurant: una estructura confortable, techada y calefaccionada, para no dejar de ir a conocer este flamante restaurante con buenos platos y gran pastelería a nada del Puerto de Olivos / Corrientes 421 – Olivos
El grupo Mezcla, con Guadalupe García Mosqueda (los invito a leer la entrevista que le hicimos en MALEVA) es reconocido por proyectos como Casa Cavia y Orno, y ahora – justo enfrente del local original de Orno -, a nada del puerto de Olivos, abrieron 1636, un local que hace honor al barrio a través de su nombre, que hace referencia a su código postal.
Este restaurante fue creado para ser visitado en cualquier momento del día: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Cuenta, además, justamente con una estructura cerrada: posee un techo y un perímetro de blindex que nos protege de la lluvia y permite disfrutar, durante todo el día, su propuesta gastronómica.
Su menú es clásico pero con platos tradicionales llevados a otro nivel gracias a su énfasis en los productos de estación de calidad, ´cosechados en su propia huerta. Un buen plato para el frío son los fetuccinis caseros con ragú de cordero y hierbas. A la tarde para la opción es disfrutar de su pastelería, a cargo de Sabrina Altamirano, y pedirse la torta chocolate estilo Bruce. Sí, así como suena, está inspirada en la famosa torta de la película Matilda. ¿Quién no quiso probarla alguna vez?
3) Chuí: un espacio abierto y lleno de plantas en la propuesta de moda en Villa Crespo / Loyola 1250 – Villa Crespo
Como cuenta Hernán Buccino, uno de sus fundadores, este proyecto surgió en épocas pre pandemia y – por obvias razones – fue mutando; “aunque siempre con la clara convicción de generar una unidad sólida conformada por la propuesta de fuegos y cocina, el lugar como un paisaje urbano y la experiencia del buen comer y beber”.
Chuí es un oasis urbano ubicado en Villa Crespo, un polo gastronómico en plena ebullición y con mucho potencial, que se está transformando en un barrio que conjuga cada vez más arte con gastronomía. Con ingredientes de estación y hornos a leña, Chuí une a productores de todo el país a través de sus platos.
Este restaurante invita a quienes lo visiten a pasar un lindo momento en su espacio semi techado y lleno de plantas.
La carta, por su parte, está pensada para que siendo, por ejemplo, un grupo de cuatro, se pueda hacer un recorrido integral por todo el menú. Platitos, platos, alguna pizza y postre. Hernán recomienda esto también, porque, al igual que nosotros, cree que “la experiencia general es más disfrutable que cualquier plato en particular”.
4) Beba: cocina casera y un rincón encantador (y con estilo) bajo el techo protector del Mercado de San Telmo / Bolívar 970
De la necesidad de homenajear la comida que nos marcó de chicos, aquella que relacionamos con el confort de la casa de la abuela, surgió Beba: un rincón con cocina a la vista y mesas debajo del techo protector del Mercado de San Telmo. Respetando esa sensación hogareña, su carta está escrita a mano y cuenta con platos que mantienen un concepto clásico pero con una vuelta de tuerca.
Juan Francisco Femenias, uno de sus creadores, le cuenta a MALEVA que eligieron San Telmo porque “tiene la esencia de lo tradicional y es el origen de la capital, un buen lugar donde poder contar la experiencia beba”.
Si vas, no podés dejar de probar las croquetas de hongos, las bombas de papa, tomates secos y albahaca, o las empanadas de morci y pera.
5) Taquería Díaz: cocina mexicana por manos mexicanas y un patio techado con algunas codiciadas mesas / Av.Monroe 3915 – Villa Urquiza
Nos transportamos ahora a Villa Urquiza, un barrio no tan reconocido como territorio gastronómico pero con algunas excepciones. Una de ellas es Taquería Díaz, un espacio que nació del amor por los tacos de Francisco Gómez, un mexicano que vive en Buenos Aires y sentía la necesidad de “mostrar al público porteño el sabor chilango que no encontraba aquí”.
No busca reinventar el taco, sino traer un poco de su tierra a las tierras argentinas. Eso es Taquería Díaz, una taquería que hace las cosas como en México.
Francisco cuenta que “el espacio está inspirado en las taquerías y cantinas de CDMX, un lugar en el que todos son bienvenidos, sin pretensiones y buscando que el taco hable por si mismo”. En el fondo cuenta con un patio pequeño con dos mesas bastante grandes y techadas, donde se puede disfrutar aún si llueve. Clave llegar temprano para aprovechar ese espacio.
En nuestra visita, seguimos la recomendación de Francisco: pedir un taco de cada sabor. Van a poder probar los clásicos de Ciudad de México, como el taco de suadero y pastor; otro nacido en Michoacán; y el de carnitas de cerdo. Todos son muy sabrosos. También hay alternativas vegetarianas.
6) La Alacena: un toldo tipo carpa en la vereda para no negarle a nuestro paladar algunas de las mejores pastas de la ciudad / Gascón 1401 – Palermo
Esta trattoria moderna de Palermo Viejo surgió en 2014 del deseo e ideas de Julieta Oriolo y Mariana Bauzá, amigas que se conocieron estudiando cocina cuando tenían 22 años.
Su gastronomía de base italiana ofrece una increíble selección de platos de pasta, panadería imperdible y unos postres para volver y volver a pedir. Además, no podemos dejar de mencionar los «Prensatti», clásicos del lugar, que son unos sándwiches hechos en sus propio pan y prensados a la chapa de hierro.
Personalmente, es de mis lugares favoritos para comer en todo Buenos Aires. Casi siempre tienen un plato del día que va cambiando y que siempre, pero siempre, vale la pena pedir. Sino, si vamos por un clásico de la carta, es imposible equivocarse con los garganelli al ragú bianco de cerdo con hongos de pino y aceite de trufas.
Hace muy poco agregaron una carpa sobre una sección de sus mesas en la vereda que permite a los amantes de las pastas disfrutar de La Alacena incluso cuando llueve.
7) Oleada: un patio interno, techado y calefaccionado y la primera propuesta mexicana puramente plant based / Fitz Roy 1722 – Palermo Viejo
Te invitamos a descubrir originales sabores en el primer restaurante mexicano a base de plantas de la Argentina, ubicado en el corazón de Palermo Viejo.
En este espacio se fusiona el espíritu y los productos de la tierra mexicana con el talento del reconocido chef plant based Matthew Kenney, quien pensó la carta junto a Germán Rodríguez y Astrid Acuña. En Oleada hay un bello patio interno, techado y calefaccionado para disfrutarlo sin importar el clima.
Los platos aquí son sencillos, pero están llenos de personalidad: desde totopos de maíz mote con guacamoles, chile serrano, cilantro y queso de nueces, hasta albóndigas de porotos rojos y soja texturizada con una salsa ranchera increíble. ¡Está para probar todo!
Uno de los tacos que sobresalen es el de hongos fritos, papas, mayo de chipotle, repollo y limón. Para chuparse los dedos, y pedirse otro más.
8) Moshu: que la legión de enamorados de esta esquina de Saavedra donde todo lo hacen bien no se desanime: aunque sea un día gris y frío, en Moshu hay deck techado y calefaccionado / Moldes 3802 – Saavedra
En el barrio de Saavedra, en 2017, Lucas Villalba creó Moshu, un proyecto en el que invirtió sus ahorros de 15 años de trabajo para ofrecer productos frescos, de calidad, en un espacio con una amable atención.
Su compañera es Yeglenis, quien aporta su cultura colombiana a la cocina, y juntos crearon este local corriéndose de los superpoblados centros gastronómicos y apostando a Saavedra y sus posibilidades.
Con opciones que van desde cafetería y pastelería hasta desayunos, almuerzos, brunchs y un servicio de picnic para disfrutar al aire libre, Moshu tiene algo para todos. Y ahora se adaptó a la nueva realidad: acondicionó su vereda con un deck techado, calefaccionado y parcialmente cerrado. No solo perfecto para cuando llueve, sino también para ahora que hace frío.
Depende a la hora que vayan, nuestra recomendación sería distinta. Pero elijo ir a la tarde, a tomarme un café orgánico (100% arábico de Colombia) con un alfajor sablée, uno de sus productos estrella.
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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados.