En su primera columna exclusiva para MALEVA, la curadora de arte nos revela que está pasando en el territorio artístico hoy en Argentina, luego del golpe existencial de la pandemia/Transformación, vuelta al taller y espacios compartidos/Historias y nombres que hay que tener en cuenta/¿Cómo será el futuro?
Vic Tolomei es una de las fundadoras de @viraliza.arte
«Una comunidad cada vez más unida: ¿qué está pasando con los artistas hoy en Argentina?» Por Vic Tolomei. Fotos: Sophie Starzenski.
Esa sensación de estar frente a algo importante, me hace pensar en el arte ya no solo como un espacio de conexión conmigo misma y con el mundo, sino también ver al arte como una manera de entender nuestra propia historia. Empecé a mirar a las obras cómo documentos que registran cada época bajo miradas, lenguajes e interpretaciones subjetivas que yo, como curadora y virginiana, intento digerir y comprender.
Cada época de nuestra historia fue acompañada de su propia producción artística, así como en los 90 fue el kitsch o en los 2000 vimos la ciudad de Buenos Aires amanecer repleta de stencils, ahora mismo estamos frente a un tipo de producción artística que relata de manera visual y sensible lo que sucede en el mundo.
Pero. ¿Qué esta pasando en el territorio artístico hoy en Argentina? ¿Hay un solo mundo del arte? ¿Cómo impactó la pandemia en términos creativos y qué tipo de producción artística dio como resultado? ¿Qué pasa con lxs artistas? ¿Qué pasa con los museos, las galerías, las instituciones?.
Sin la perspectiva del tiempo, pero con la poderosa herramienta de la sensibilidad, ver lo que esta pasando en el arte hoy es una buena manera de preguntarnos – y en el mejor de los casos respondernos -, qué nos esta pasando a nosotrxs mismxs y esto mismo me propongo generar con esta columna.
«Estar rodeada de artistas me resultó siempre muy interesante. Moverme por los talleres, ir a sus fiestas, ver sus bandas, visitar los museos pero sobretodo estar en la calle, en los márgenes, en donde a mí modo de ver pasan las cosas más interesantes, me hace sentir que eso que pasa frente a mí es la cultura misma. Estamos escribiendo la historia del arte. Nuestra propia historia…»
¿Y ahora qué pasa?
El 2020 fue el año en el que todo cambió. O mejor dicho, el año en el que el cambio se consolidó. El sistema cultural no quedo atrás, evidenciamos su quiebre. Vimos museos cerrados, galerías desaparecer, ferias intentando hacer lo mismo que antes pero de manera digital. Básicamente vimos la resistencia al cambio, a entender que no se trata de hacer lo mismo pero de manera digital, sino de pensar cómo hacer algo nuevo en un mundo que se asume finalmente como un mundo digital.
La vuelta al taller y la reivindicación de la autogestión.
Una de las primeras preguntas que me hice y que todavía me sigo haciendo es cómo afectó la pandemia en términos de producción artística, y en relación a esto fue muy interesante ver como el confinamiento alimentó una tradición artística como la de los talleres grupales. Artistas que comparten espacio para producir, pensar y activar artísticamente. En algunos casos se definen como colectivos y en otros no, pero en todos la gestión es colaborativa, horizontal y planteada como comunidad.
En un contexto de crisis como la que estamos atravesando, ver artistas abriendo talleres con todo lo que esto implica, para mí fue revelador. ¿Qué hay de nuevo en esto? Formalmente nada, pero conceptualmente y simbólicamente muchísimo. Como una reacción a la falta de respuesta institucional y gubernamental, lxs artistas – ante una necesidad vital, la de crear y producir, pero también ante una necesidad intelectual, la de cuestionar -, se agrupan y vuelven a demostrar que lo que pasa en el arte es mas que arte. Que lo colaborativo se establece como valor de nuestra época, y que lo que no se sueña no se construye.
Cuando a pocos días de la declaración de la pandemia creamos @viraliza.arte, impulsando la autogestión y dando lugar a un tipo de conversación nueva para el mundo del arte, y pude ver como rápidamente se creaba o agrupaba una comunidad artística en búsqueda de nuevos modelos, reafirmé que el cambio se estaba haciendo presente de manera muy fuerte.
Otro claro ejemplo de esto fue la rápida creación de los AVAA (Artistas visuales autoconvocades) con Sofia Torres Kosiba y Mariela Scafati como impulsoras quienes sostienen que el contexto de emergencia ha potenciado el deseo de estar organizadxs colectivamente y ser reconocidxs como trabajadorxs por parte del sector público y privado, y quienes reclamaron a través de una carta abierta firmada por artistas de todo el país la vuelta al taller.
En medio de la pandemia me encontré con artistas creando nuevos espacios, o transformándolos, en cada uno de estos talleres – muchos de los que visité recientemente -, encontré un gesto, una actitud que me resultó interesante y que me hace pensar respecto al futuro no solo de la producción artística en términos estéticos y éticos, sino también en el futuro del mundo artístico.
En Córdoba un caso interesante es el del Hotel Inminente @hotelinminente: un taller de 30 artistas que pre COVID-19 se llamaba La Escuelita y era gestionado por la galería de arte contemporáneo El Gran Vidrio pero que a raíz de la pandemia cambió su gestión y empezó a ser autogestionado por lxs artistas, entre lxs que se incluyen un coleccionista, directores de cine, fotógrafos, artistas visuales, conceptuales, digitales, performers, entre otrxs.
«Fue muy interesante ver como el confinamiento alimentó una tradición artística como la de los talleres grupales. Artistas que comparten espacio para producir, pensar y activar artísticamente. En algunos casos se definen como colectivos y en otros no, pero en todos la gestión es colaborativa, horizontal y planteada como comunidad…»
Se organizan de manera horizontal y colaborativa, con asambleas mensuales y comisiones, con tareas y responsabilidades diferentes, un área de administración, y además, un espacio que se llama Boutique Flotante @boutiqueflotante, que funciona como galería, trastienda y como espacio para mostrar el trabajo de lxs diferentes artistas del taller.
Lxs artistas son: Lucía Palacio , Constanza Ruibal , Elian Chali , Simón Busolari, Bichos ö vitcio, Cintia Arias Crizis ,Daniela Paloque, Sofía Torres Kosiba, Juampi Liboá, Agustina Morón, Emilia Di Pascuale, Pilar Palazzo, Andrés Belfanti, Manuel Coll, Santiago Krause , Mateo Grossi , Victoria Ulrich, Raúl de Haro, Amparo Molar, Pocho Armonelli ,Lucía Von Sprecher, Monse ,Francisco D’Angelo, Eugenia González Mussano, Gisela Scotta, Damián Linossi, Guillermo Córdoba, Diego Iparraguirre, Alejandro Londero.
«En Córdoba un caso interesante es el del Hotel Inminente: un taller de 30 artistas que pre COVID-19 se llamaba La Escuelita y era gestionado por la galería de arte contemporáneo El Gran Vidrio pero que a raíz de la pandemia cambió su gestión y empezó a ser autogestionado por lxs artistas, entre lxs que se incluyen un coleccionista, directores de cine, fotógrafos, artistas visuales, conceptuales, digitales, performers, entre otrxs…»
Otro ejemplo es el del Taller Guarnes. Tres artistas mujeres @solpochat @camilalamarca @carozancolli que comparten taller en Buenos Aires, en el barrio de Florida, Vicente López. ¨Abrimos Guarnes a modo de taller colectivo, no solo porque es la realidad mas viable económicamente para un artista, sino que también hacer obra exponiendo el proceso propio de trabajo es muy poderoso para la obra. Nos nutrimos mucho de los vínculos afectivos que se generan. También se crea una forma de intercambio de ideas, maneras, materiales que es muy sana para la obra¨.
Una de ellas, es la ex directora de Hilo, y lo que resulta interesante es cómo proyectos expositivos se transforman en proyectos de producción. Si bien Taller Guarnes no es una continuidad de Hilo, resulta interesante ver cómo perfiles mas vinculados a la gestión forman parte de talleres que comienzan a funcionar como espacios expositivos. Como estos hay muchísimos ejemplos interesantes, algunos no necesariamente surgieron en pandemia pero sí se reconvirtieron o replantearon su lugar dentro de un mundo artístico que atraviesa un proceso inmenso de transformación.
Otros talleres interesantes son @susanataller @yeruataller @_laverdi @basiliotaller @pazsoldan @polvora720 , el taller que @francofasolijaz y @pasttelfd abrieron en la paternal en plena pandemia o El castillo, el taller que comparten @polcorona @martaire @pedro_perelman y @christianriffel_ por nombrar solo algunos de los tantos talleres en nuestro país.
¿Cómo será el futuro del arte? No lo sé.
Lo que si puedo decir con seguridad es que el presente nos esta mostrando a una comunidad artística cada vez mas unida y en búsqueda de nuevos modelos no solo artísticos, sino también educativos, sociales y culturales, y como siempre, lo mejor sucede en el taller, en ese lugar en el que todo comienza.
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Sobre la autora de la nota:
Vic Tolomei es curadora de arte. Autogestiona desde hace 10 años y es actualmente co-fundadora y curadora de @viraliza.arte. Durante sus diez años de carrera curó y participó en proyectos que la vincularon no solamente a la escena artística sino también al mundo del marketing cultural. Proyectos como el relanzamiento del Museo de Arte Moderno, ser curadora de la Fundación ICBC, curar durante 5 años a la marca Cynar y autogestionar constantemente proyectos culturales.
Como curadora sintió desde muy temprano la necesidad de trascender las paredes blancas de un museo o de una galería, enfocándose en el arte en el espacio público y cuestionando el rol tradicional de lxs curadxres en una búsqueda personal y ampliada de lo que significa la curaduría. Construyó de esta manera su propia identidad y estilo, proponiéndose tender un puente entre los diferentes territorios y mundos artísticos.
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Foto taller: gentileza Unsplash (PH Laura Adai)