Conversamos sobre todo con Chiara una tarde en Olivos/La tristeza a la hora de componer (pero también lo mundano y sexy), el confinamiento que la hizo replantearse todo, las canciones que les escribió a sus padres y las que le escribe a los amores que la decepcionaron, la moda «como complemento genial», lo que le diría a una Chiara de dieciocho y el valor del esfuerzo/¿Qué hay en la cabeza de esta cantautora total con una voz magnífica y un estilo versátil pero único?
Chiara le asegura a MALEVA que durante el confinamiento se replanteó absolutamente todo.
“Amo decidir qué disfraz le voy a poner a una canción”: entrevista a Chiara Parravicini. Por Azul Zorraquin (texto y fotos).
Es actriz y cantautora, y una de las artistas jóvenes protagónicas del escenario musical local. Despegó como Yamila en “Soy Luna”, de Disney, y siguió coleccionando éxitos con su disco “Wilder” y sus recientes hits en español. A punto de lanzar nueva música, se encuentra explorando temas más alegres o “sexys” en sus melodías, y haciendo catarsis sobre amores no correspondidos. La joven hace hincapié en que, al talento, hay que inyectarle una dosis de esfuerzo, sacrificio y muchísimo trabajo. Chiara aparece con calma, de pantalones ligeros y el pelo suelto. Tiene un aura dulce, pero se entrega de forma profunda a una charla intensa con MALEVA, y nos abre las puertas de su departamento en Olivos.
«A la Chiara de 18 le diría que no se pierda entre los egos, que se mantenga firme en sus valores y que no pretenda ser algo que no es, nunca. Ser auténtica, siempre, ante todo. Chiara, no dejes que cambien tu identidad, me diría…»
¿Qué te inspira más a la hora de componer, la oscuridad o la felicidad?
La oscuridad y la tristeza, definitivamente (se ríe). Me pasa que es catártico; cuando me pongo a componer, me vienen letras de temas que estoy trabajando. Es medio involuntario. Igualmente, justo ahora estoy por sacar un single que es más sexy, no tiene que ver con el sufrimiento ni la evolución. Es más mundano. Estoy buscando trabajar en temas más alegres, porque me interesa explorar otras aristas.
¿Trabajás en terapia tu proceso creativo?
No, hablo de mi proceso personal, evolutivo. Soy muy cruda con lo que me pasa, y no siento vergüenza a la hora de decir lo que siento. No tengo miedo de admitir mi lado oscuro. Es interesante trabajarse, y yo también lo hago por mi carta natal.
¿Cómo es tu carta y qué lugar ocupa la astrología y otras prácticas artísticas en tu vida?
Soy de cáncer con luna en libra, y ascendente en géminis. Con mi hermana, tenemos un proyecto de venta de velas astrológicas que son divinas. Combina nuestro amor por la casa, ese costado “homy”, así como el amor por la astrología y la estética. Me gustan muchas cosas y me parece que unirlas es re interesante.
«Para componer me inspira más la tristeza y la oscuridad que la felicidad. Me pasa que es catártico; cuando me pongo a componer, me vienen letras de temas que estoy trabajando. Es medio involuntario. Igualmente, justo ahora estoy por sacar un single que es más sexy, no tiene que ver con el sufrimiento ni la evolución. Es más mundano…»
Además de música y productora de velas, sos modelo y embajadora de Chanel. ¿Qué dice la ropa sobre una persona, y qué dice la tuya, sobre vos?
La moda es un complemento genial, y para los artistas, ¡más aún! Influye mucho lo que entra por los ojos; un artista también te impacta visualmente. Me fascina la moda, y me visto de la manera que soy: versátil y cambiante. Es decir, me visto según como me sienta; hay días que estoy con fiaca y me pongo cosas sueltas, pero si me pinta estar sexy, me pongo un jean tiro alto apretado y un top. No tengo un solo estilo, es cambiante, como yo.
Y sobre hacer música, ¿Qué es lo que más disfrutás?
Me encanta escribir la melodía, la letra. Es como armar un rompecabezas. Agarro una base, unos acordes, un beat, y flasheo. Después producir la canción y vestirla también me encanta: decidir qué disfraz le vas a poner a una canción, es lo más.
¿Qué te enseñó laburar en Soy Luna, de Disney?
Me enseñó a trabajar. Fue mi primer laburo, tenía 18, y me ayudó a trabajar la voluntad… Me levantaba todos los días a las seis de la mañana y trabajaba diez horas por día, sin parar; para lograr lo que uno quiere, hay que sacrificar un montón y trabajar, trabajar y trabajar. Me perdí viajes, comidas, e infinitas cosas, pero cuando te las perdés porque estás trabajando para lo que querés, y al fin y al cabo eso es más fuerte que vos, no queda otra. Disney también me enseñó a ver el lado oscuro y luminoso de todo. Yo venía con una mirada muy inocente de la vida, y me topé con que no es todo sueño e ilusión. Es como todo en la vida, hay dos caras.
«En cuarentena, me replanteé absolutamente todo. (Se ríe). Hasta cosas que nunca en mi vida me había preguntando y que, de hecho, eran las únicas que no cuestionaba, como actuar y cantar. Fue un momento oscuro, perdí la esperanza, pero se me pasó trabajando. Estar encerrada, sin ese fuego vital, me generó un hueco existencial…»
¿Ser tan talentosa te dio ciertos frutos per sé?
Todo lleva un esfuerzo enorme. Absolutamente todo. Desde mi primer trabajo en Disney, hasta mi primer disco, incluso ¡tener linda mi casa! Hice millones de castings y recibí rechazos, y todo el tiempo estoy haciendo un esfuerzo enorme por conseguir lo que tengo. Y cuando llegás, vale doble, es muy gratificante. Trato de tener cuidado y de no estar siempre deseando, perdida en el futuro, porque uno deja de disfrutar. Estoy aprendiendo a disfrutar más el presente y darme cuenta de todo el esfuerzo y el trabajo que llevó, llegar hasta donde estoy ahora.
¿Alguna vez te replanteaste tu vocación?
En cuarentena me replanteé absolutamente todo. (Se ríe). Hasta cosas que nunca en mi vida me había preguntando y que, de hecho, eran las únicas que no cuestionaba, como actuar y cantar. Fue un momento oscuro, perdí la esperanza, pero se me pasó trabajando. Estar encerrada, sin ese fuego vital, me generó un hueco existencial. Fue un año raro, de hecho, prácticamente no compuse, perdí el ritmo… mi vida se convirtió en una masa de tiempo y espacio. Puedo decir que fue un momento para mirar hacia adentro, y algo evolutivo a nivel personal.
¿Aprendiste algo de esta experiencia?
Aprendí a soltar y me relajé. Aprendí, también, mucho sobre mí, a confiar en mi fuerza y ser más adulta. Aprendí a no desesperarme en la pandemia, a calmarme y ser mi propio refugio.
«De hacer música me encanta escribir la melodía, la letra. Es como armar un rompecabezas. Agarro una base, unos acordes, un beat, y flasheo. Después producir la canción y vestirla también me encanta: decidir qué disfraz le vas a poner a una canción, es lo más…»
Le dedicaste “Mother”, a tu mamá y “Niseko” a tu papá. ¿Escribiste canciones para alguien más?
“Niseko” fue más sobre lo que sucedió con mi viejo – Nota de MALEVA: Falleció en un accidente de esquí, en Japón –, y “Mother” sí, fue una dedicatoria, un regalo y una carta para mamá. Ahora estoy escribiendo sobre amores que me decepcionaron. Son varios (se ríe), pero hablo sobre mis experiencias y mi visión de lo sucedido, y no “para”.
¿Qué le dirías a Chiara de 18 años?
Que las cosas se logran con muchísimo esfuerzo, trabajo y voluntad. Vivir el presente, me lo digo también a mi misma ahora, porque cuesta. A Chiara que está entrando a “Soy Luna” le diría que no se pierda entre los egos, que se mantenga firme en sus valores y que no pretenda ser algo que no es, nunca. Ser auténtica, siempre, ante todo. Chiara, no dejes que cambien tu identidad, me diría.