En pocos meses, Julieta ya había sumado más de cuarenta voluntarios (la mayoría sub 25) para defender la naturaleza en Pinamar.
Tras los pasos de Greta Thunberg, en Pinamar: entrevista a Julieta Chaganek, la creadora de «Somos Terra». Por Ornella Sersale.
“Ley de Educación Ambiental YA”, “¿Sorbete? No, gracias”, “Las playas no son tu colillero”. Con esa vehemencia, y en un contexto de crisis ambiental sin precedentes (recientemente la ONU advirtió que el planeta se enfrenta a una triple emergencia debido al cambio climático, la contaminación y la pérdida de la biodiversidad), nació – hace nada menos que cuatro meses – Somos Terra (@somosterra.arg) , una organización socio-ambiental situada en el partido de Pinamar que tiene como objetivo generar impactos positivos en el medioambiente. ¿Cómo? A través de acciones que promuevan el desarrollo sustentable, como limpiezas de residuos en bosques y playas (tan necesarias en estos tiempos), recolección de colillas de cigarrillo (¿sabías que sólo una puede contaminar hasta 60 litros de agua?) y separación de plásticos de un solo uso. “Para nosotros, la educación ambiental es el A de todo, por eso fomentamos la participación ciudadana y el seguimiento de políticas públicas. Lo más importante es dar el ejemplo a través de la acción, y como sabemos que mucha gente está preocupada por el tema, queremos darle un empujoncito para sumarse a activar”, le dice Julieta Chaganek, su joven creadora (25 y licenciada en Ciencias Ambientales), a MALEVA. Somos Terra ya cuenta con 45 voluntarios activos (todos jóvenes de 17 a 25 años), pero a las actividades se suman desde adolescentes que van al colegio hasta personas mayores. “Es muy variado eso, y está buenísimo ver que la preocupación es general y que cada uno aporta su granito de arena como puede. Siempre decimos que no hace falta ser un experto ambiental para ser parte del proyecto, sólo se necesitan ganas de hacer”.
¿Por qué los jóvenes son los que más se involucran con el cuidado del medio ambiente?
Lo que pasó fue que en 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU advirtió que el calentamiento global no podía superar los 1,5 grados en los próximos años porque sino habría catástrofes naturales irreversibles: sequías, inundaciones, derretimiento de glaciares, que hoy ya existen pero se verían mucho más alteradas. Entonces los jóvenes (tal como dijo Greta Thunberg) nos dimos cuenta de que no vamos a tener futuro si siguen pasando estas cosas, que tenemos que frenar ya con este daño a la naturaleza. Creo que eso nos impulsó a activar: las advertencias de los científicos que nos están diciendo que no hay futuro sostenible de esta manera.
¿Pensás que hoy contamos con herramientas que antes no había para difundir esta información?
Sí, las redes sociales fueron un antes y un después para todos los que estamos involucrados en cuestiones ambientales podamos hablar sobre el tema. Antes había mucha desinformación sobre los problemas ambientales, uno fumaba y tiraba la colilla del cigarrillo al piso y no sabía que esa colilla podía contaminar hasta 60 litros de agua, que se degrada en diez años y cuando desprende los miles de tóxicos que tiene ya no hay marcha atrás. Esas personas están alterando el ecosistema sin saberlo, y hoy las redes nos están ayudando un montón a difundir esta información.
«Los jóvenes (tal como dijo Greta Thunberg) nos dimos cuenta de que no vamos a tener futuro si siguen pasando estas cosas, que tenemos que frenar ya con este daño a la naturaleza. Creo que eso nos impulsó a activar: las advertencias de los científicos que nos están diciendo que no hay futuro sostenible de esta manera…»
Hoy las colillas de cigarrillo son el residuo de vía pública más arrojado en el mundo. ¿verdad?
Exacto, nosotros hacemos limpiezas de colillas y en un rango de cien metros llenamos más de diez botellas de un litro y medio, es terrible. Cuando hacemos limpiezas de bosques también encontramos. Pero no sólo eso: recolectamos más de 50 bolsones de arena llenos de residuos como televisores, cables, mangueras, colchones, gomas de auto, restos de obras… Encontramos tantas cosas, desde latas y plásticos hasta basura que ya está debajo de las pinochas, que tenés que excavar para sacarla de ahí. Nos impresiona mucho lo contaminados que están los bosques.
También son el punto de acopio de las Botellas de Amor en Pinamar. ¿Me contás de qué se trata?
El objetivo de la Botella de Amor es llenar una botella con plásticos que no se pueden reciclar, plásticos de un sólo uso (sólo sobre todo provenientes del packaging). La idea es recuperarlos y transformarlos en madera plástica para que no terminen en un basural a cielo abierto. Desde acá llevamos las botellas a Bernal, donde funciona un centro de transformación de madera plástica.
«En las limpiezas de bosques recolectamos más de 50 bolsones de arena llenos de residuos como televisores, cables, mangueras, colchones, gomas de auto, restos de obras… Encontramos tantas cosas, desde latas y plásticos hasta basura que ya está debajo de las pinochas, que tenés que excavar para sacarla de ahí. Nos impresiona mucho lo contaminados que están los bosques…»
¿Y nosotros cómo podemos evitar los plásticos de un solo uso?
Es importante repensar nuestra forma de consumo, reemplazar los productos de un sólo uso por productos reutilizables. Por ejemplo, podemos usar botellas de aluminio recargables para tomar agua, en lugar de botellas de plástico; usar bolsas de tela para hacer las compras y evitar las bolsas desechables; probar con los cepillos de dientes de bambú… Nosotros usamos y tiramos más de 330 cepillos de dientes a lo largo de nuestras vidas, y los plásticos tardan alrededor de 400 años en degradarse. Hacé la cuenta. Si nos ponemos a pensar, cada tres meses hay que cambiar el cepillo y comprar otro, y eso es algo que tenemos en nuestra vida cotidiana y lo hacemos sin darnos cuenta. El bambú tarda sólo dos años en degradarse, por eso es tan importante en el consumo responsable. Pasa lo mismo con la copita menstrual en reemplazo de las toallitas femeninas o los tampones. Pero son cosas que hoy podemos reemplazar muy fácilmente. Por ahí antes no teníamos tantas opciones, pero hoy en las redes sociales hay miles de emprendedores sustentables que fomentan estas acciones.
Separar los reciclables también es un buen hábito.
Según la ONU hoy en día sólo se recicla el 4% de los materiales consumidos, pero éstos son materiales muy valiosos para las cooperativas, por ejemplo. Otro hábito que podemos incorporar es el del compost, compostar los residuos orgánicos en casa. Pero lo más importante es tratar de evitar el packaging, porque hoy el 25% de nuestros residuos provienen de ahí.
«Estamos metidos porque sabemos que no alcanza con accionar, también es necesario acompañar con campañas de concientización y exigir legislaciones que impongan sanciones. No puede dar todo lo mismo…»
Desde Somos Terra también participan en la Comisión de Salud, Desarrollo Social y Producción del Concejo Deliberante de Pinamar. ¿Qué trabajo hacen específicamente?
Nos enfocarnos mucho en las políticas públicas, porque más allá del activismo tenemos que estar dentro del sistema. Hacemos un asesoramiento para la redacción de nuevas legislaciones en materia ambiental. Hoy estamos trabajando en una prohibición de plásticos de un sólo uso, en la adhesión a la Ley Yolanda (para que las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías reciban una capacitación obligatoria en materia ambiental), en la prevención y la lucha contra incendios forestales. Estamos metidos porque sabemos que no alcanza con accionar, también es necesario acompañar con campañas de concientización y exigir legislaciones que impongan sanciones. No puede dar todo lo mismo.
¿Cómo puede hacer la gente para sumarse a Somos Terra?
Se pueden sumar a través de nuestro Instagram: @somosterra.arg. Nos mandan un mensaje y listo. Acá todos pueden aportar: si sos abogado y te gusta la parte de legales, podés involucrarte con las políticas ambientales; si sos periodista o comunicador, podés ayudar a través de las redes sociales. No dejamos a nadie afuera.