Crónica del escritor Martín Wilson para MALEVA desde el extraño y misterioso enclave inglés en Andalucía que, pareciera haber vivido siempre en cuarentena/El curioso encanto de un lugar en el que todos parecen primos, no le importa la fama en Instagram, ya bajaron la bandera de la UE, y las águilas llegan cansadas desde África
«Gibraltar no es la inglaterra que conocemos, es una Inglaterra de los setentas…»
Gibraltar: trescientos años de cuarentena. Por Martín Wilson. Ilustración: Leila Iovine.
Hay dos tipos de viento: el levante y el poniente, uno del Mediterráneo, el otro es del Atlántico. Este país, Gibraltar, es un gran free shop, duty free. Whisky, vodka, joyas, carteras, perfumes y cigarrillos. Gibraltar no es la Inglaterra que conocemos. Gibraltar es una Inglaterra de los 70´s. Hasta los impuestos quedaron viejos. Hay tan poco espacio que el único teatro está debajo de la roca. Gibraltar es lo menos normal que vi. El avión aterriza y atraviesa la ciudad. La pista parece su avenida principal.
Y de a poco ya voy escuchando los rumores del otro lado. Porque todo en la vida tiene su otro lado, su lado b o su lado a depende de quién lo que escuches, todo depende de qué lado esté manteca cuando la tostada caiga al piso.
El ringtone de mi casero es el theme song de El Padrino. Sí, él es algo paleto, cateto. Hizo sus negocios. Tiene ojos claros y cara de gallego. Amamos a Boris Johnson escucho decir seguido. Hay mafias, trapicheos. Gibraltar es la previa a Istambul. Es un punto estratégico. Acá podés vivir pasando tabaco al otro lado. No es legal pero no es considerado un crimen. Muchos pasan los cartones por la playa, otros por la entrada y salida.
La palabra sicarios proviene de los zelotas de Jerusalén. Asesinos que cazaban romanos que invadían su tierra. Pero bueno, invadían su tierra, tampoco es que los van a recibir con alfajores, ¿No?
Vine al Estrecho porque acá murió una novia que quise mucho. Vine a la Roca por el clima y por los idiomas, porque tengo los papeles, y porque es un buen lugar para no pretender nada. Tener a África a la vista me atrapa, la Costa del Sol como salida me agrada. Todo lo demás se acomoda alrededor de esto.
Hace tres semanas que estoy acá y por las mañanas hago unas horas atendiendo al público en una joyería, la de los Cohen. Nadie sabe el origen de las piedras. Me parece increíble que paguen hasta diez mil libras por una joya con una piedra sin saber de donde viene. ¡El origen es todo! Esto es una especie de zona franca y vienen de todo el mundo a comprar desde alcohol, perfumes, joyas, ropa y supongo a lavar plata. Gibraltar no es lindo pero es sobrino del Reino Unido y para muchos ignorantes , esa fantasía alcanza: the british dream.
Tuve la suerte de llegar a hotel indicado. El Old Drinkwater que ni aparece en Google Maps. Casi nada aperece ni en Instagram ni en Trip Advisor ni en Google. Siguen atrás. O más bien se hacen los boludos. No les interesa figurar. El gibraltareño solo quiere pasar desapercibido. Gibraltar no es exhibicionista. Gibraltar no quiere su cuenta de IG.
Acá parecen todos primos. Entrás a un museo, abrís un libro, mirás los fotos de equipos de fútbol y los nombres se repiten. Están orgulloso de no ser ni de acá ni de allá. Hay cierta soberbia. Caminan con los pies en el aire, con aire superior. El Reino Unido los malcría, los sostiene, los mima. La salud y la educación está asegurada. Andaluces ojo, tienen su drama, sus 300, 400, 700 años de historia.
«Tuve la suerte de llegar a hotel indicado. El Old Drinkwater que ni aparece en Google Maps. Casi nada aperece ni en Instagram ni en Trip Advisor ni en Google. Siguen atrás. O más bien se hacen los boludos. No les interesa figurar. El gibraltareño solo quiere pasar desapercibido. Gibraltar no es exhibicionista. Gibraltar no quiere su cuenta de IG…»
Está mañana pasé por una Brexit information office de la HM Govt. Of Gibraltar, ploteada prolijamente en rojo: Get ready. Ahí, supongo todos se informan acerca de su futuro, residencias, pensiones. Al mediodía me fui a La Línea a comer un Kebab. Ni me pidieron el pasaporte. La Línea me pareció un lugar triste. No me encontré. Cuando volví pasé mi pasaporte por un lector y entré como a mi casa. Es muy probable que me quede a vivir acá. No lo sé pero sí sé que es una posibilidad.
No es tan lindo pero me siento cerca de cosas. Algo me atrapa acá. Gibraltar fue conocida en la antigüedad como promontorio o monte , una de las dos míticas columnas de Hércules, y después renombrada como derivación del árabe Ŷabal Ṭāriq o «montaña de Táriq», en homenaje al general Táriq ibn Ziyad, que dirigió el desembarco de las fuerzas del Califato Omeya de Walid I en 711.
¡Franco la cerró casi cuarenta años! Y no pudieron salir de sus 7 kilómetros cuadrados. Es un lugar aburrido. No es la groncha Marbella ni bella Mallorca. Barcelona es Carlos Paz. A mi edad quién carajo quiere estar en Ibiza. Quiero estar en un lugar donde no pasa absolutamente nada. Algo que me llamó la atención es que no hay librerías. La última cerró hace un año. Nadie lee. Hay poca curiosidad.
La gente habla de boludeces, la diaria, el coronavirus, los cruceros que vendrás, el nhi y yo presto atención a los contadores persas, escucho lo andaluz, lo inglés, percibo lo maltés y lo genovés, me mezclo con lo indio, lo judío, musulmán y gibraltareño que convive en una baldosa y me río. Me río contento a destiempo como si hubiera estado buscando algo que no existe, el Dorado, el Colorado. Todo lo que termina en el mar termina bien. Cádiz está cerca, Tarifa, Mijas, Ronda. A veinte minutos de Tánger.
Lawrence Robles me cuenta que en el 2009 Miss Gibraltar salió Miss Mundo y me muestra la foto. Estamos comiendo paella a las cinco de la tarde. Ayer le entramos a los fish and chips y para el desayuno casi siempre huevos con panceta y baked beans y pan con tomate.
Un residente (que trabaja para el gobierno. Acá como dije son casi todos primos y todos tienen cargos municipales) se soprende con mi language switch del inglés al llanocaste. Y me cuenta con un acento brit para bananear. La Calamita means magnet in english, imán in spanish. Nor an english nor a spaniard would understand. This word comes from when they started putting the electricity Meters for the gas, the electricity, the water, So they realized than by putting a strong magnet next to it you would stop the metre and have gas or light and electricity for free. So it was Calador de meters: Calameter. Llanito, spoken in Gibraltar, is a bizarre mix of Andalusian Spanish and English, along with spatterings of Portuguese and Maltese words, others of Genoese medieval dialect, and even some of Hebrew origin. Speakers seem to switch languages mid-sentence, making it nearly impossible for those who speak only English or Spanish to understand.
Volviendo de un cumpleaños de un tal Brad al que me invitó su novia Fátima me crucé con tres monos. Habrán bajado la roca pensé. ¿No será piedra todo esto? Naaa. Pero la Roca de un lado te hace sombra, tapando toda esta ciudad. Parece el castillo de lego o de playmobil, ese que siempre tiene una vecina y vos no pero te gusta ir a jugar a la casa de la vecina.
A estos monos los trajeron los persas con su familia y amigos en jaulas para mostrarle a la gente de Gibraltar en las calles. Con el tiempo los fueron soltando en el extremo más alto de la roca. Nuestra roca no se toca Acá somos todos primos parecen decir.
Yo creo, y por cosas que leí, que los lugareños le dieron la bienvenida a los ingleses porque la España vieja, la Castilla, menospreciaba al sur, a los andaluces y los ingleses le dieron una vida exótica de mercadillo mezclando entradas y salidas a otros puertos, perfumes y colonias. Pienso en los tres monos que desaparecieron por la calle. See, hear, and speak no evil.
En el castillo de los moros flamean dos banderas. Ya bajaron la de la UE.
Por acá hay túneles inmensos , interminables. Hay hospitales preparados para una tercera pandemia mundial. Hay una cueva donde se hacen conciertos. Mi padrino acá me invita a comer a la Caleta en el viejo barrio genovés. Vamos con su familia y una pareja de amigos. Se come bien. Yo mañana empiezo a trabajar para JT securities como coordinador. En la oficina con las pantallas y en la calle visitando los turnos. Es como producir un programa en vivo donde no pasa nada. Hacés el switching de pantalla como un director de tele y walky talkie con los shifts.
Empieza la cuarentena. Hay anuncios. Vivo solo en su hotel. Hay un patio donde veo el cielo y siento el Levante, veo las estrellas. Las águilas llegan de África cansadas. Esta ciudad pasó siglos en cuarentena.
El tiene cáncer. Ya me lo dijo y volvemos a hablar de eso cuando caminamos por la orilla. Nos metemos al agua. Nadamos en silencio. Arriba nuestro vuelan una diez a quince gaviotas, tal vez más –
Me acuerdo de Eric Cantoná en una conferencia de prensa diciendo
‘When the seagulls follow the trawler, it is because they think sardines will be thrown into the sea”.
Fotos: son todas gentileza de Unsplash