La sommelier del Palacio Duhau – Park Hyatt escribe un inesperado y exquisito texto sobre la obra de arte de la joven y talentosa artista Chiara Baccanelli. ¿Se pueden «saborear» los colores? ¿Qué es el sexto sentido de la sinestesia? ¿Cómo leer el arte desde el universo del vino?
Calmarossa, por Chiara Baccanelli, una obra que Valentina se animó a interpretar con las categorías y emociones del vino
Sommelier de arte: la bella osadía de interpretar una obra desde el lenguaje del vino. Por Valentina Litman, sobre la obra de Chiara Baccanelli.
Wasilly Kandisky, precursor del arte abstracto, era capaz de saborear colores y observar el sonido. Tenía un sexto sentido, algo que luego se le llamó sinestesia. Como él, cuando veo esta obra de Chiara Baccanelli puedo saborear una guinda fresca y madura, y pienso que cada tierra nos puede dar un vino diferente. Siento como si la artista estuviera haciendo su propio blend con los distintos colores. Recorro el conjunto de parcelas, cada hoja como si fuese la demarcación de una finca.
Veo zonas con más influencia térmica, tonos más oscuros, pieles más gruesas y taninos más fuertes. Incluso tal vez el tono más oscuro es una muestra de sombra, una uva sin sol, sin brillo. Estos colores también tienen relación con un vino añejado. Más costoso, más difícil de elaborar. Hay un concepto de tiempo detrás de ellos.
Donde hay una fruta más ligera, con una piel más fina y una tonalidad de un rosa más sutil, hay en la misma planta, en la misma hoja, la intensidad de una baya más madura. El conjunto de todas ellas hace una creación maravillosa y única, irrepetible.
Chiara Baccanelli, la joven creadora de la obra
«Esta obra en su totalidad refleja para mí un equipo trabajando junto. Una paleta sola no hubiese podido expresar lo que hicieron el conjunto de ellas. Veo una bodega en situación de vendimia, viva, a todo el equipo comiendo con vino, celebrando, haciendo lío y manchando el piso. Probando vinos a ciegas, discutiendo sobre estilos de uva. Es una locura bonita, un subidón de adrenalina…»
¿Cómo elegir, cómo mezclar?
Hay colores más fáciles y otros más difíciles de crear. Zonas con más o menos potencial. Algunas tienen más carácter, con un suelo mineral negro como la piedra fresca, como el Etna de Italia o el Ródano en Francia. Veo concentración en una zona, mientras que en otra veo más diversidad de suelos con granito, pizarra, arena con cuarzo, que refleja la luz y la multiplica, que brinda una vibración altísima que nos permite ver más tonalidades de color.
En esta obra parece que estoy bebiendo vino tinto, pero hay una mezcla con algunas variedades blancas, que le aportan longevidad y acidez. Hay mezcla de años cálidos y otros más fríos. Los años cálidos le dan un disfrute a corto o medio plazo impresionante. Me siento cómoda con el color blanco en esta obra. Aporta tolerancia y profundidad.
En algunas paletas siento más altitud, más filo. En otras más planitud, más amabilidad y sutileza, generando un contraste. Siento que estoy catando más de una garnacha. Algunas son frutales, otras más especiadas y herbáceas. Hay algo de naranja sanguínea y monte.
«En esta obra parece que estoy bebiendo vino tinto, pero hay una mezcla con algunas variedades blancas, que le aportan longevidad y acidez. Hay mezcla de años cálidos y otros más fríos. Los años cálidos le dan un disfrute a corto o medio plazo impresionante. Me siento cómoda con el color blanco en esta obra. Aporta tolerancia y profundidad…»
Me estoy entregando, tirándome al precipicio hablando de esta manera, pero me gusta. Son muchos pueblos, mucha orografía dramática. Diferentes parcelas con expresiones distintas. Y lo bonito de esta obra es la polaridad entre ellas. Hay dolor, manchas de sangre, caos. Pero también puedo observar la libertad de los pájaros ondeando por los márgenes, mirándose entre sí.
Me provoca tomarme este vino y disfrutarlo muchísimo.
Esta obra en su totalidad refleja para mí un equipo trabajando junto. Una paleta sola no hubiese podido expresar lo que hicieron el conjunto de ellas. Veo una bodega en situación de vendimia, viva, a todo el equipo comiendo con vino, celebrando, haciendo lío y manchando el piso. Probando vinos a ciegas, discutiendo sobre estilos de uva. Es una locura bonita, un subidón de adrenalina. Es el trabajo de todo un año que se encuentra. Aunque también se me ocurre que es una comida entre amigos, donde se desarrollan lazos, se descubren placeres, se invocan pecados, se conversan las gracias y desgracias de la vida.
Hay que ser honestos con nosotros mismos, pienso. No callar cosas por estereotipos, solo franqueza. ¿Qué es lo que esta sociedad quiere descubrir? Hay una expectativa creada del artista pero también hay muchas variantes, muchas lecturas. Solo Chiara vio nacer esta obra. Y lo que estoy haciendo es leerla y asociarla con mi universo. El interpretar una obra con una mirada diferente no significa silenciarla, quitarle su significado original, sino agregar una figura más a la creación e ir armando una comunidad de interpretaciones. Con todo el respeto que esto conlleva, el artista entiende que cuando crea, deja ir.
Y acá estoy, sola, buscándome a mí misma dentro de esta magnífica creación, encontrando mi camino. Y al final terminan habiendo dos proyectos, de dos personas diferentes; el mío mientras escribo y me animo a interpretar y el de la artista, que lo hizo, lo pensó. Es emocionante. Una obra donde se crea una magia que te deja dilucidar diferentes historias es lo más especial que tiene el arte. Y el vino.
Gracias Chiara por invitarme a tu estudio para poder ver esta obra.
Análisis de la artista Maria Chiara Baccanelli
«La obra se puede leer singularmente, individualmente como también colectivamente, en conjunto.
La lectura de la obra comienza con el análisis de cada composición, pieza única. Indiscutiblemente cada fragmento, cada hoja, cuenta con su propio lenguaje, su propio ritmo, su propia estructura, su propia paleta; y es en el ensamble donde se crea la mezcla, un blend de cada elemento único y particular que permite la lectura general, completa.
De lo natural a lo digital. Partiendo del color, la naturaleza para así luego llegar a la fotografía, y reincorporar el color, la creatividad y las sensaciones en el proceso de reinterpretación. Proceso de maduración, de gestación de la obra, a medida que se elabora y desarrolla cada capa, cada nivel de dicha pieza, elemento.
Rica en detalles, entrelaza cada capa que la compone. Su matriz, su base parte de lo natural. La materia prima de la obra está compuesta de elementos naturales, papel Khadi hecho a mano. Entonces aumenta el círculo de reciclado, del derivado, donde una cosa se relaciona con la otra, se toma inspiración se pasa de un punto al otro para luego volver a su esencia natural. Es decir, lo orgánico, el color, la naturaleza en su máximo nivel.»