Por Robertino Tarantini
¡Buenas gente! ¿Qué tal las cosas? Les voy a contar un poco de un viajecito que me acabo de hacer a Río de Janeiro. Resulta que estoy por encarar un negocio, por abrir un bar que va a dar que hablar, en Palermo, aunque por el momento los detalles los dejo en misterio. Elegí Río para renovar energías, acelerar la creatividad y mirar un poco lo que está pasando en la noche de esa ciudad, para aprender. Además es una ciudad genial para hacer una pausa porque tiene mar y sol. Yo estaba totalmente consciente de que Brasil estaba en un momento económico muy vital y es lo que ví: mucho consumo, los restaurantes llenos, la gente con mucha energía, divertida . ¿Qué les puedo contar? Obviamente la ciudad está increíble, Ipanema es lo que más me gustó, me la pateé toda, me cabe que sea una zona con algo como más tranquila, también me gustó mucho Leblon, que es como una especie de Las Cañitas. En cuanto a los bares y los restós, me llamó la atención que pegó mucho la onda newyorkina de lugares chiquitos, para poca gente, súper sofisticados, con productos de buenísima calidad. El salmón es excelente y la gente se pide como si nada, como algo a lo que están re acostumbrados, vinos europeos. En ese sentido, están pidiendo mucho el viño español. Les encanta.
La noche más de boliche no es tan buena en Río, tal vez es por esa cosa de darle importancia a lo diurno, la vida de playa, pero no se destaca tanto la noche de Río. Nada que ver con San Pablo, por ejemplo. Ahí están las mejores discos, los mejores bares. En San Pablo tenés un Pink Elephant que es, como dicen ellos, una “casa noturna” de nivel internacional, onda Saint Tropez, muy top. ¿Me entienden no? Pero Río no tiene la re noche. Es más tranquila, una salida a lo Río es ir a comer a un buen lugar, por ejemplo buena comida de mar, después un barcito y terminar bailando en algún buen hotel.
Al otro día, despertarte y la playa. Hablando de la playa es tremendo lo atlético de la gente, los cuerpos que ves, lo que pasa que los cariocas son muy deportistas, 8 de diez te hace algún deporte. Por suerte estoy yendo al gimnasio así que la comparación con esos cuerpos no me deprimió, sí llama la atención. A los argentinos no nos tienen muy en cuenta, como que para los brasileños no existimos. Capítulo aparte son las mujeres. Y si están solteros y con 30 años – que ya es una edad en la que podés tener algo de plata – es un lugar espectacular. Las mujeres son, primero, muy coquetas, se arreglan mucho, se visten re bien. Segundo, son muy cultas. Te hablan de cosas que te das cuenta que tienen muy buena formación, buenos valores y que tienen mundo. O sea que las charlas pueden ser de cualquier cosa. Y tercero, las cariocas son mujeres muy lindas. Una locura. ¡Río es una de esas ciudades donde me quedaría a vivir feliz!
Fotos: CC-Carlos Varela, CC-Rodrigo Soldon, CC