Hernán creó además varias ciclos de charlas como ¡Oops! que son un hit en el mundo emprendedor
Hernán Schuster, fundador de Spiquers: «cuando miro el primer Excel de mi compañía ¡me alegra haberlo superado ampliamente!». Por Florencia Nijenson. Fotos: Yamila Rod.
“Todos dicen que emprender está buenísimo, pero yo la pasé horrible hasta que me empezó a ir bien”. Así de tajante es Hernán Schuster, fundador y CEO de la agencia Spiquers, al recordar los comienzos de su empresa. Hoy es líder y referente del universo de las charlas y conferencias en Argentina con esta compañía que conecta clientes con distintos oradores para generar experiencias que formen, motiven y entretengan a sus equipos de trabajo. Él lo explica con palabras más aggiornadas: “Mi laburo es conocer gente, entender las necesidades de las empresas y hacer match con los speakers que más les sirvan para sus búsquedas. Una especie de Tinder del conocimiento”.
Si bien hoy Hernán define su día a día como “súper divertido y cero rutinario”, confiesa que el comienzo de Spiquers fue muy duro. Él había vuelto a Argentina con su mujer y sus tres hijos después de ocho años de trabajar para Nestlé en el exterior: “Fue a mediados de 2014, y la cosa estaba difícil para traer productos importados con la gestión de Guillermo Moreno; así que le dije a mi jefe que había que cerrar el negocio”. Y con ese cierre también llegó el final de una etapa para Schuster: la del mundo corporativo. Después de una década y media en empresas multinacionales, rechazó un puesto en México para quedarse en el país. Primero pensó en seguir en el ámbito de las grandes compañías, y sin embargo después de varios procesos de entrevistas se dio cuenta de que ese universo ya no lo llamaba. Era hora de encarar un proyecto propio. Pero, ¿cómo?
“Mi laburo es conocer gente, entender las necesidades de las empresas y hacer match con los speakers que más les sirvan para sus búsquedas. Una especie de Tinder del conocimiento…»
Para titular la siguiente etapa en la búsqueda de Hernán, no podríamos usar un mejor término que el que él mismo utilizó en la charla con MALEVA: “Cafecongentismo”. Fueron tres meses en los que se encontró todos los días con alguien distinto para charlar, intercambiar opiniones y ver de qué forma seguir su carrera: “Ya me picaba el bichito de emprender pero las ideas que tenía me parecían una boludez. Y además tenía miedo, porque los ahorros iban bajando”. Uno de esos encuentros fue con el periodista de negocios Claudio Destéfano que, por esas casualidades de la vida, venía de reunirse con el historiador Felipe Pigna: “Él le había pedido si podía ayudarlo a mover sus charlas en empresas, y yo le caí como anillo al dedo porque venía del mundo corporativo y lo conocía desde adentro. Así que encaramos eso juntos”.
Pero todavía faltaba para el inicio de Spiquers propiamente dicho. “Lo de las charlas de Felipe fue un fracaso total”, asume Hernán, para quien, paradójicamente, la palabra “fracaso” se convertiría en un hito en su carrera años más tarde con proyectos como Fuckup Nights y OOPS! (Otra Oportunidad Para Superarse). “Yo cuento toda esta historia para que veas que estoy en esto de casualidad, porque vi una veta que estaba subexplotada”. Y esa epifanía sucedió en Misiones, durante unas vacaciones de Schuster con su familia: “Eso del ocio creativo es cierto. Yo estaba relajadísimo y de golpe me cayó la ficha. Pensé: ‘¿Cómo puede ser que este tipo [por Pigna] venda 250 mil libros por año y necesite que alguien lo ayude a vender sus charlas en empresas? Acá hay algo’”.
«Pero todavía faltaba para el inicio de Spiquers propiamente dicho. “Lo de las charlas de Felipe Pigna fue un fracaso total”, asume Hernán, para quien, paradójicamente, la palabra “fracaso” se convertiría en un hito en su carrera años más tarde con proyectos como Fuckup Nights y OOPS! (Otra Oportunidad Para Superarse)…»
Una vez encendida esa lamparita, el accionar de Hernán fue instantáneo: diseñó un modelo de negocios, se anotó en cursos digitales de emprendedurismo, y pasó dos días enteros de sus vacaciones encerrado, craneando su proyecto. “Básicamente me puse a pensar qué podía aportarle yo a cada una de las partes: a los oradores y a las empresas”. Un mes de investigaciones y estudios de mercado fueron suficientes para que Schuster ya pudiera visualizar el éxito de su idea. Con esa determinación, se contactó con un diseñador amigo para darle identidad a su marca. Inspirado en Jomofis, portal de Pablo Fernández para freelancers, bautizó a su proyecto Spiquers y se lanzó: “Ese fue el punto de largada. Yo venía con un modelo mental de corporación en el que tu tarjeta es todo; es quien sos. Por eso fue lo primero que hice. Hernán Schuster, founder and CEO de la nada misma… ¡Pero tenía una tarjeta!”.
Ahí vinieron varios meses en los que, en simultáneo, Spiquers fue armando un portafolio de oradores y buscando clientes que quisieran contratar el servicio. Aunque el feedback de las compañías era excelente y todos se mostraban interesados, las ventas tardaban en concretarse, y los ahorros seguían bajando. Hasta que llegó un pedido de Frávega por seis charlas de un orador. Eso fue siete meses después de esa primera catarata de ideas en Misiones. Y claro que había que festejarlo. “Descorchamos un champagne con mi familia. Era para ponerse a llorar”, se emociona Hernán entre risas, al mismo tiempo que recuerda todo el proceso burocrático que eso generó: “¡Me di cuenta de que no tenía cómo facturar esas charlas! Así que ahí empecé con lo del registro de la sociedad, que tardó como tres meses más”. Spiquers estaba despegando de a poco. “En el medio obviamente me quedé sin plata, y mis viejos me mantuvieron durante un año y medio hasta que pude vivir de esto”.
«Spiquers está consolidada como la agencia líder en Argentina que contacta empresas con oradores, y ya tiene presencia en otros países como Colombia y Perú. Además Hernán pudo ir abriendo otras unidades de negocios, como lo fueron los ciclos de charlas Fuckup Nights, OOPS! e Innovación Sin Humo; el programa de radio En Modo Beta; el coaching de oradores y el armado de experiencias como viajes…»
Hoy, Spiquers está consolidada como la agencia líder en Argentina que contacta empresas con oradores, y ya tiene presencia en otros países como Colombia y Perú. Además, dentro del paraguas de esta compañía, Hernán pudo ir abriendo otras unidades de negocios, como lo fueron los ciclos de charlas Fuckup Nights, OOPS! e Innovación Sin Humo; el programa de radio En Modo Beta; el coaching de oradores y el armado de experiencias como viajes. “A veces miro ese Excel inicial de Spiquers”, confiesa Schuster, nostálgico, “y creo que en algún punto el crecimiento de la compañía estuvo a la altura de esa primera expectativa, pero hoy lo superó ampliamente”.