¿Cómo fue la primera semana de la marca de una pareja argentina que revolucionó la forma de usar calzado? / Dejaron todo y se fueron a vivir a Nueva York para apostar por su idea /¿Cómo es emprender con tu marido?/ El éxito del crowdfounding, la confianza y los miedos iniciales
Mariquel fundó Hickies junto a su marido y su empresa hoy tiene presencia en más de 50 países del mundo
Mariquel Waingarten, fundadora de Hickies: «Todo sucedió gracias a mi historia de amor»
Mariquel Waingarten y Gastón Frydlewski se conocieron a los 21 años. Salieron una vez y
dejaron de verse pero, gracias a la insistencia de él, se reencontraron seis años después
y ya no se soltaron. Un proceso similar fue el que transitó Hickies, la empresa que ambos lanzaron juntos después de casarse y que revolucionó la industria del calzado a nivel mundial.
“Gastón venía con esta idea desde hacía años, pero la historia se concretó cuando nos
mudamos a Nueva York para arrancar con el proyecto”, cuenta Mariquel, que recordó en
MALEVA los inicios de este emprendimiento. Su marido odiaba las incomodidades que
traían los cordones clásicos de las zapatillas al momento de atarlos y soñaba con crear
una alternativa más práctica y estética. Así nació Hickies: un invento que consiste en
tiritas elásticas que, con un simple mecanismo de sujeción ajustable, evitan el engorroso proceso de hacer el moño a la hora de ponerse el calzado.
“Lo que impulsó todo fue nuestra historia de amor y nuestras ganas de encarar una aventura juntos”, recuerda Mariquel, y explica que fue entonces cuando decidieron vender todo en Argentina, armar sus 13 (¡sí, 13!) valijas y mudarse a Nueva York con el objetivo de estar en una ubicación estratégica para lanzar su proyecto de negocios…¨
Una vez que se casaron, Mariquel y Gastón sintieron que sus rutinas diarias les impedían
compartir gran parte del día en pareja. Él trabajaba en JP Morgan y ella había fundado su
propio hotel boutique (el Tailor Made, en Las Cañitas). “¿Por qué no hacemos algo
juntos?”, se preguntaron un día, y ahí fue que ella reflotó la idea de Hickies. “Lo que
impulsó todo fue nuestra historia de amor y nuestras ganas de encarar una aventura
juntos”, recuerda Mariquel, y explica que fue entonces cuando decidieron vender todo en Argentina, armar sus 13 (¡sí, 13!) valijas y mudarse a Nueva York con el objetivo de estar en una ubicación estratégica para lanzar su proyecto de negocios.
A la semana de haber lanzado la campaña en Kickstarter, Hickies ya había recaudado los 25 mil dólares que esta pareja de emprendedores argentinos se había propuesto como objetivo (y que se llegó a sextuplicar al finalizar el plazo para juntar fondos). “No tuvimos tiempo ni de salir a festejar”, se lamenta Mariquel entre risas: “¡Estábamos quemadísimos trabajando!
Era el año 2012 y ahí estaban ellos dos, instalados temporalmente en un hotel en
Williamsburg y trabajando desde un escritorio que les prestaron en Tribeca: “La primera
semana fue difícil. Si tuviera que describirla en pocas palabras, diría que fue una
experiencia muy gitana. Estábamos sin casa, sin auto, sin bienes… ¡Yo me ponía la
misma ropa todos los días porque no quería abrir la valija!”, confiesa ella. “Nos quedamos ahí dos semanas hasta que encontramos departamento en Brooklyn, que era donde queríamos vivir. Teníamos toda la energía puesta en armar el proyecto allá y sólo nos faltaba saber si a la gente le iba a gustar nuestra idea”. Para eso, y para empezar a
conseguir los fondos que necesitaban para arrancar el negocio, publicaron una campaña
en Kickstarter: “En ese momento el crowdfunding era algo novedoso. Estas plataformas
estaban empezando a ponerse de moda y nos parecía algo muy prometedor”. Así fue
como, sostenidos por el amor que se tienen y con ganas de seguir creciendo juntos, estos dos jóvenes le dieron clic a “publicar” y activaron la campaña. Mariquel revive ese instante como si hubiera sido ayer: “Veníamos con muchísima confianza hasta que en ese momento nos miramos y dijimos: ‘¿No será un delirio todo esto? ¿Quién va a comprar cordones, si ya vienen incluidos en las zapatillas? ¡Y nosotros dejamos todo para venir a hacer esto!’”.
¨Hoy, Hickies tiene presencia en 50 países y la empresa ya recaudó 16 millones de dólares de inversores estratégicos de la industria del calzado a nivel global. “Nuestro lema siempre fue ‘spread the love’ (esparcir el amor) y por eso llamamos a nuestro producto con una palabra en inglés que ilustra una marca de afecto, para que los usuarios tengan en sus zapatillas parte de este amor que inició todo…¨ ”.
La respuesta del público no sólo fue favorable, sino que fue instantánea. A la semana de
haber lanzado la campaña en Kickstarter, Hickies ya había recaudado los 25 mil dólares
que esta pareja de emprendedores argentinos se había propuesto como objetivo (y que
se llegó a sextuplicar al finalizar el plazo para juntar fondos). “No tuvimos tiempo ni de
salir a festejar”, se lamenta Mariquel entre risas: “¡Estábamos quemadísimos trabajando!
Hacíamos todo nosotros: respondíamos los comentarios de los usuarios, nos hacían
entrevistas… ¡y además teníamos que coordinar la producción de la primera tanda de
Hickies que se hacía en una fábrica de China!”.
Hoy, Hickies tiene presencia en 50 países y la empresa ya recaudó 16 millones de dólares de inversores estratégicos de la industria del calzado a nivel global. “Nuestro lema siempre fue ‘spread the love’ (esparcir el amor) y por eso llamamos a nuestro producto con una palabra en inglés que ilustra una marca de afecto, para que los usuarios tengan en sus zapatillas parte de este amor que inició todo”.
Fotos: gentileza Hickies