Argentina, Uruguay, y pronto Brasil: los territorios (por el momento) del «Airbnb» de la náutica
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A toda vela! Popey: ¿Cómo es el «Airbnb» de los veleros que crearon tres uruguayos?
¿Tenés ganas de salir a navegar pero no tenés ningún amigo o conocido que te lleve a virar y trabuchar o a descansar en el cockpit? Popey es como un nuevo Airbnb, pero del turismo náutico, que viene a desmitificar la exclusividad de la naútica y a unir a propietarios de yates, veleros, lanchas, kayaks y hasta tablas de surf, con todos aquellos que quieran salir un buen rato de la tierra para lanzarse a experiencias diferentes en el agua. El nivel de la experiencia a vivir dependerá tanto de la imaginación de la tripulación como de las ideas de actividades que ofrezcan los capitanes.
Despedidas de soltera con grupos de chicas en un yate que llevan champagne, tiran a la novia al agua y se pasan el día de fiesta; avistaje de las luces de la ciudad de Buenos Aires con picada y vino desde la cubierta de un velero a la noche; pernoctar en un barco amarrado por Puerto Madero; anclar todo el día hasta que caiga el sol a bordo de un yate en Isla Gorriti; pasar el día en una lancha por el Delta, salir a pescar con amigos, aprender wakeboard: todas estas situaciones son posibles gracias a la inventiva de los uruguayos Emiliano Bar (33), Daniel Cleffi (35) y Federico Olivera (33), que desde hace tres años desarrollaron Popey, la única plataforma que ofrece experiencias náuticas para todos en Argentina y Uruguay.
«Despedidas de soltera con grupos de chicas en un yate que llevan champagne, tiran a la novia al agua y se pasan el día de fiesta; avistaje de las luces de la ciudad de Buenos Aires con picada y vino desde la cubierta de un velero a la noche; pernoctar en un barco amarrado por Puerto Madero; anclar todo el día hasta que caiga el sol a bordo de un yate en Isla Gorriti; pasar el día en una lancha por el Delta…»
Ya son veinticinco las ciudades en las que desembarcaron, y ahora van con todo por Brasil. Su fuerte de actividades y usuarios están en Buenos Aires (Puerto Madero y Tigre) y Uruguay (Carmelo y Punta del Este), y de a poco conquistan el sur de la Patagonia (Los Lagos de Bariloche y Villa La Angostura). “Nosotros partimos de la base de tratar de desmitificar el tema de que la náutica es elitista o para muy pocos, que si no sos millonario no podés navegar. La gente cree que si no tenés un amigo de rebote que tenga un barco no navegás. Queríamos mostrar que todos pueden”; le cuenta Emiliano a MALEVA, que se crió a bordo: desde antes de nacer vivió con su padre y su madre en un velero en Montevideo, y después se fueron a vivir a La Paloma, donde surfeó y navegó desde chico. Este fotógrafo y emprendedor de negocios creativos, en un viaje a Brasil quiso alquilar una tabla de surf por un día y no pudo, así que volvió y se le ocurrió la idea de generar Popey junto a Daniel, también navegante empedernido y oficial de la marina uruguaya.
Hoy ofrecen más de 300 experiencias diferentes a las que se suman personas de todas las edades y estilos de vida: desde un grupo de amigos que quiere salir a pescar un día, hasta un CEO extranjero que quiere dar una charla en un yate con un chef cocinando en vivo. Es que esa es la democracia de Popey, en la plataforma hay usuarios que alquilan sus kayaks inflables, lanchas, gomones, tablas de wakeboard y también hay listas VIP de veleros y yates de más de 500 mil dólares. Uno de los hits son las reuniones de brainstorming en el río, y los atardeceres en velero. En la noche del último gran eclipse, una pareja alquiló una lancha con su capitán y se quedó hasta altas horas viendo el show lunar con picada y vino a bordo. La mayoría de las experiencias se pueden vivir por menos de cien dólares.
«Todas estas situaciones son posibles gracias a la inventiva de los uruguayos Emiliano Bar (33), Daniel Cleffi (35) y Federico Olivera (33), que desde hace tres años desarrollaron Popey, la única plataforma que ofrece experiencias náuticas para todos en Argentina y Uruguay…»
Los fanáticos de la naturaleza eligen salir a bucear con instructores, o ir en yate hasta la Isla de Lobos en Punta del Este, la mayor reserva de lobos marinos de Latinoamérica y sumergirse a nadar con ellos. También muchos navegantes se ofrecen a preparar gente para el examen de timonel. Los más románticos pernoctan amarrados en diferentes clubes de yachting en Tigre y Puerto Madero, con desayuno incluido. “La gente nos agradece mucho, todos sienten que se van con una experiencia memorable, nos mandan fotos, les encanta”.
Todas las fotos son gentileza de Popey
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