Es pura sonrisa y cordialidad. Para ella todo es “un placer”. Pilar Pose ya fue la asistente de producción que corría tras la última noticia en TN, la encargada de comunicación en la fundación Pensar y la editora y creadora de identidad de la revista de las salas vip de Aeropuertos Argentina 2000. Pero en ningún lugar se la podría imaginar tan a tono como en el Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires. Mientras recorre el legendario edificio y va mostrando sus recovecos y secretos, se desprende a la vez uno suyo: en uno de los espacios más preciados de la ciudad, Pilar se siente como en casa.
Tenía 27 años cuando, haciendo una nota en el hotel, el gerente general la vio y decidió entrevistarla para un futuro trabajo. Apenas unos meses después, le ofrecían el puesto de Gerente de Marketing y Comunicaciones. No falta mucho para que se cumplan dos años de aquella propuesta, y para Pilar, este tiempo ha sido casi como un romance, de esos en los que si te preguntan cómo era el mundo antes, el recuerdo se vuelve borroso.
«Más que del mundo del lujo, aprendí cosas de la vida. A buscar la magia en todo, a ser creativos, a simplificar. Son cosas muy abstractas, pero son nuestros conceptos regidores. Este es un lugar en el que pude crecer mucho profesionalmente, y a la vez divertirme en lo que hago.»
¿Cómo fue lo que te imaginabas del trabajo con lo que efectivamente te encontraste después?
Tenía la idea de que un trabajo institucional era mucho más frío y alejado de la realidad. Pero el hotel es un mundo aparte. Pensaba que iba a ser un trabajo mucho más esquematizado, y es creatividad pura. El año pasado, por ejemplo, lanzamos un programa llamado “Women’s Experience” que surgió de escuchar a nuestras huéspedes mujeres y hacer una experiencia más femenina. Que el shampoo sea bueno, que tengas un secador de pelo con potencia, que haya opciones saludables en el menú, que si pedís room service venga una mujer, etc.
¿Qué tuviste que aprender y qué debiste cambiar de vos misma?
Creo que cuando Antonio Álvarez Campillo (nota de MALEVA: el gerente general en aquel momento), vio potencial en mí, vio atributos que iban con el perfil del hotel. No tuve que impostar una personalidad, sino que fue adaptarla a un uniforme o a algunas cosas puntuales de la hotelería. Todos mis trabajos tuvieron el hilo conductor de contar historias.
¿Redefiniste tu idea del lujo?
Nuestro slogan es que el lujo es personal, y así personalizamos la experiencia al máximo posible, entendiendo que es algo muy subjetivo. Para algunos lujo estar leyendo un libro en nuestro spa, para otros es estar viendo un partido del Mundial en la Biblioteca. Y para el hotel, lujo es hacer esas experiencias posibles.
Ustedes de algún modo “curan” la experiencia de los huéspedes en Argentina. ¿Qué versión del país ven que tienen y con cuál se van?
Les mostramos lo que nosotros llamamos “Buenos Aires off the beaten path”. Porque todos vienen al campo, a ver a los gauchos, a probar mate y bailar tango. Y tratamos de mostrarles esta ciudad, que podría ser cualquier capital del mundo, en su faceta más cosmopolita, sofisticada en sus sabores y cultura, con grandes museos y muestras. arteBA, por ejemplo, atrae muchos huéspedes que vienen exclusivamente para la exposición.
¿Qué aprendiste de este mundo en estos años?
Más que del mundo del lujo, aprendí cosas de la vida. A buscar la magia en todo, a ser creativos, a simplificar. Son cosas muy abstractas, pero son nuestros conceptos regidores. Este es un lugar en el que pude crecer mucho profesionalmente, y a la vez divertirme en lo que hago. Podría ser un trabajo súper rutinario, pero estamos todo el tiempo pensando cómo sorprender y ser disrruptivos.
«Hago mucho yoga, que ayuda a centrarte y confiar en uno mismo. Y también entendí que la autoridad no se hace por años sino que tiene que ver con hacer bien tu trabajo e inspirar respeto en tus colegas. Trabajé para jefes que eran mucho más grandes, y la verdad es que era yo la que hacía el trabajo, aun cuando lo presentara otro.»
Este año el hotel te postuló para ser parte de Voces Vitales. ¿En qué consiste ese programa?Es una organización que fundó Hillary Clinton con la idea de impulsar el desarrollo de las mujeres. Yo participé del programa de mentores. Su idea es generar experiencias con líderes y conexiones con gente en otros ámbitos. Éramos casi 40 aprendices, cada una con su mentora. La mía era Mercedes González Robles, Directora de Innovación y Desarrollo de General Mills Argentina. Durante la semana, visitamos las oficinas de Google y tuvimos una jornada en la Legislatura. Tuvimos una charla interesante con Natalia Gherardi, presidenta del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, quien nos contó que si bien Argentina es un país ejemplo en cuanto a liderazgo femenino, por su presidenta mujer y por la ley de cupo para las legisladoras, en el ámbito privado las líderes femeninas no llegan ni al 15%. Eso me impresionó mucho. Fue una semana muy intensa y humana, y me gustaría alentar a que la gente se inscriba y participe, porque creo que a toda mujer que esté involucrada con el hecho de serlo le va a servir.
Si se mira a los gerentes de comunicación de otros hoteles cinco estrellas de la ciudad, ninguno tiene tu edad. ¿Cómo te manejaste para asumir la responsabilidad sin sentir que debías validarte por ser más chica?
Hice mucho tiempo terapia, para tener seguridad en lo que sé hacer y humildad para decir lo que no. Hago mucho yoga, que ayuda a centrarte y confiar en uno mismo. Y también entendí que la autoridad no se hace por años sino que tiene que ver con hacer bien tu trabajo e inspirar respeto en tus colegas. Trabajé para jefes que eran mucho más grandes, y la verdad es que era yo la que hacía el trabajo, aun cuando lo presentara otro. Además, acá trabajamos en equipo. Porque puedo hacer bien mis tareas de marketing pero si viene un huésped y lo recibe una chica con mala cara, la experiencia se va al tacho.
Y fuera del cargo, ¿dónde está tu lujo personal?Graciosamente, Hyatt está haciendo una campaña llamada “My lux list”, donde cada huésped debe hacer su lista de lujo personal, y los empleados la hicimos como ejercicio también. Anoté cosas como estar en una playa haciendo yoga al amanecer, una buena comida con amigos, una película en el cine, un fin de semana en casa descansando con mi novio y mi perro, sin que el sol afuera nos dé culpa… Pequeños placeres que se disfrutan mucho.