Hoy, para este post, tomo prestada una idea que me gustó mucho. Me encanta compartir lo que me hace bien, para que más gente lo conozca.
El site 100happydays.com nos presenta un desafío: registrar un momento de felicidad al menos una vez por día, durante cien días consecutivos. Hasta ahí, tenemos una idea simpática. Sin embargo, al comenzar mis #100happydays sentí que el desafío real no es ese (parar, tomar una foto, postearla en alguna red social), sino detenerse por un instante para dedicarle un segundo más a lo que nos hace felices, prestarle más atención, vivenciarlo con mayor intensidad. El registro fotográfico no es más que una excusa para tener la oportunidad de percibir el sinfín de cosas que nos hacen bien cada día.
«Es posible que cotidianamente estemos tan ocupados que no nos tomemos el tiempo para lo que más importa. Qué paradoja: hacemos de todo para sentirnos bien y, cuando esto sucede, no nos damos cuenta porque estamos en otra cosa. (Ya lo decía John Lennon: La vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes.)»
Es posible que cotidianamente estemos tan ocupados que no nos tomemos el tiempo para lo que más importa. Qué paradoja: hacemos de todo para sentirnos bien y, cuando esto sucede, no nos damos cuenta porque estamos en otra cosa. (Ya lo decía John Lennon: La vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes.)
Este desafío no plantea una competencia ni tiene el afán de producir envidia; sólo pretende mostrarnos nuestra capacidad de generar momentos especiales. Seamos sinceros: para esto no hace falta un site, ni una aplicación. Basta con expandir el ángulo de observación para percibir las cosas pequeñas (y no tanto) que suceden alrededor (siendo que la mayoría de ellas no aparecen por su cuenta, sino que nosotros mismos las hemos generado).
«Basta con expandir el ángulo de observación para percibir las cosas pequeñas (y no tanto) que suceden alrededor (siendo que la mayoría de ellas no aparecen por su cuenta, sino que nosotros mismos las hemos generado). Si somos capaces de generar un momento de alegría y de percibirlo, podremos replicarlo. La felicidad no es aleatoria ni sorpresiva.»
Si somos capaces de generar un momento de alegría y de percibirlo, podremos replicarlo. Varios momentos de alegría identificados como tales pueden ser el paso inicial para notar que, efectivamente, la felicidad no es aleatoria ni sorpresiva. No viene solita para irse enseguida, dejando una sensación de carencia. La felicidad es una construcción que está al alcance de todos. Yo voy por mi #100hapydays número 35. ¿Te sumás?
foto: cc Petrina Torgerson, Kris Kurg