los momentos más encantadores (definitivamente) de la muestra de liniers. POR VALENTINA RUDERMAN. PH: JACINTO FREIXAS.
Entre la mirada naive y la crítica, la poesía y el humor negro, (Ricardo Siri) Liniers capta a todo tipo de público. Los chicos se sienten atraídos por sus personajes y los grandes se ven representados en sus historias y referencias. Todo es Macanudo, la retrospectiva que se puede ver hasta agosto en el Centro Cultural Borges, invita a ver, tocar y dibujar. Mucho más de lo que se espera de una tarde en un museo. Entre sus entrevistas dibujadas a personajes célebres, sus cuadernos de viaje y sus tapas originales, elegimos 10 imperdibles para buscar en un recorrido atento (y acogedor).
Antes de instalarse en la contratapa de La Nación, Liniers tenía una tira en el suplemento NO de Página 12 llamada Bounjour. Algunas de sus piezas, muchas con referencias y guiños a la cultura popular, están colgadas en la muestra. Nuestra preferida es la de Diff’rent Strokes (aquí conocida como Blanco y Negro), que consta de dos cartas en las que Arnold y Willis se escriben formales “epístolas” en las que dicen extrañar los años de Park Avenue y prefieren no dar detalles del oscuro destino de Kimberly.
«Todo es Macanudo, la retrospectiva que se puede ver hasta agosto en el Centro Cultural Borges, invita a ver, tocar y dibujar. Mucho más de lo que se espera de una tarde en un museo».
Los carteles lo definen como “un espacio para darle forma a tus sentimientos”. El Emocionario es parte de la sección para sentir, crear y tocar de la muestra. Un taller con mesas largas y luz negra que invita a meterse en lo más privado de nuestra memoria emotiva mientras nos rodean los personajes de Macanudo.
La colorida imagen y la prosa del cantito típico no tienen nada que ver con lo que nos viene a la mente cuando leemos La Metamorfosis de Kafka. Ahí está la magia de Liniers: en el delirio y la ruptura, suave, de nuestro propio imaginario.
Cada vez que Liniers se sentó a armar un libro, decidió que la tapa tenía que encerrar algo más especial que solo alguno de sus personajes. Para el primero de sus Macanudo, hizo una acuarela detallada de decenas de caras y para el segundo, un dibujo en acrílico. Hasta ahí vamos bien. Pero para el tercero y el cuarto fue más allá. Primero con un bordado (su primera vez con una aguja de bordar) y segundo con un dibujo a mano que repitió 5.000 veces para que cada lector tuviera su original. Una decisión de la cual se arrepintió entre risas en más de una entrevista. Principalmente por el olor a pegamento que invadió su casa durante el tiempo que le costó terminar con las copias recién salidas de la imprenta. En la muestra, hay un mural compuesto por algunas de estas tapas que saluda a los visitantes en la entrada.
5) DEFINAN «HUMOR», LES LUTHIERS
Un género encantador que Liniers maneja como pocos es la entrevista dibujada. En la muestra están su charla con Alfredo Casero, Andrés Calamaro, Jorge Drexler, y ésta con Les Luthiers. Lo interesante es cómo aparecen los pensamientos del propio entrevistador, que cualquier escuela de periodismo enseña a reprimir. Aún mejor: aparecen en colores.
6) A FALTA DE PÁNICO, ACRÍLICO ESCÉNICO
Liniers viaja por el mundo, no solo para dar charlas o formar parte de festivales, sino también para subirse al escenario junto a Kevin Johansen y su banda The Nada, para dibujar inspirado en las canciones. A veces en murales como éste, otros en formatos más pequeños que se proyectan atrás de los músicos. Pintado durante el recital “Vivo en Buenos Aires”, todavía parece conservar signos vitales.
7) DEL CAJÓN A LA VITRINA DE VIDRIO
Ningún garabato de Liniers deja de tener gracia. La mesa con sus cuadernos y bitácoras de viaje bien podría ser su memoria partida al medio para que los visitantes espien qué pieza sin editar encuentran adentro.
«Un género encantador que Liniers maneja como pocos es la entrevista dibujada. En la muestra están su charla con Alfredo Casero, Andrés Calamaro, Jorge Drexler, y ésta con Les Luthiers».
8) LINIERS, EL NEWYORKINO
Una de las revistas de culto más importantes del mundo lo tuvo a Liniers en la tapa. No a “Liniers” sino a un Liniers. Una pieza que representa el estado actual de la Gran Manzana en su medio de transporte insignia, con la variedad de caras y estilos que la caracterizan. Un honor bien merecido que lo pone al lado de decenas de grandes dibujantes cuyo trabajo termina siendo una pieza de colección. Aquí está su original.
La muestra Todo es Macanudo se puede visitar de lunes a sábados de 10 a 21hs y domingos de 12 a 21hs en el Centro Cultural Borges (Viamonte 500).