Casi como si hubiera sido parte de un proceso de selección natural, como si Darwin la hubiera elegido, Justina se adaptó a todo desde que decidió ser actriz. Sin titubear saltó desde su tranquila casa en las sierras cordobesas a Buenos Aires y después de grabar Dance, su primera novela se presentó en la New York Film Academy y logró estudiar junto a los mayores talentos de la música. Tiempo después volvió y no paró de subirse a nuevos desafíos: a ser dirigida por Gael García Bernal, protagonizar campañas de moda y películas exitosas como Vóley y prepararse para estrenar Migas de Pan, junto a nada menos que Cecilia Roth. A todo esto se animó y se «adaptó» casi de forma natural, con la misma templanza y la confianza plena en que era la indicada para lograrlo. Tal vez ese sea uno de sus secretos: avanzar por naturaleza.
¿En qué parte de Córdoba viviste de chica?
En Unquillo. En realidad toda mi vida la hice en Córdoba Capital, o sea el colegio y mis amigos son de ahí, pero después nos fuimos a una casa a vivir de la que mis viejos se enamoraron, que es a cuarenta minutos de la ciudad. Unquillo es conocido como un pueblo de artistas, hay mucho arte, muchos pintores se van allá. Y bueno, ahí viví, en una casa en contacto con las montañas, los caballos. También hay perros, hay un arroyito al lado.
Qué lindo, me imagino que tu niñez fue como bastante…
Salvaje.
Leí que estudiaste historia del arte un tiempo ¿Te inspiró el hecho de que en el pueblo haya tantos artistas?
No, creo que más que nada mi familia, una prima que estudió arquitectura; yo compartí muchos viajes con ella y siempre me llevaba a museos, y también el arte entró por un profesor de arte que tuve en el colegio, Tepa, es conocido en Córdoba. Ellos me influenciaron a estudiar, pero fueron dos años y dejé.
» La presencia de Cecilia Roth en la película que estoy filmando ahora, Migas de Pan, es increíble; y hacer el mismo personaje es un regalo. No lo puedo creer.»
¿Y museos que hayas visto que te hayan impactado?
El Palais de Tokyo en París, me gustan más los chiquititos, en Venecia uno de Peggy Guggenheim, el Pompidou de París también.
¿Y qué te despertó las ganas de meterte en la actuación?
Desde muy chica me gustó la actuación, dirigía obras con amigas, me gustaba actuar, cantar. Después a los 17 ó 18 empecé con esto de historia del arte, que estudié en la Universidad del Museo Social. Ya estaba viviendo en Buenos aires, me vine a los 17 porque tengo muchos amigos acá que los había hecho en los veranos en Uruguay, así que más que nada me vine porque tenía muchos amigos y porque siempre me gustó Buenos Aires. Siempre estuve muy conectada.
Y también estudiaste teatro en Nueva York ¿no?
Claro, primero estudié acá con Augusto Fernandes, después con Nora Moseinco y con Mónica Bruni, con quien sigo hasta el día de hoy. Después de filmar Dance, que fue lo primero que hice, me dieron ganas de irme; siempre tuve ganas de estudiar afuera así que averigüé en la Film Academy y apliqué, y era difícil que te acepten.
¿Qué tal vivir en Nueva York?
Estuvo buenísimo, me encantó, pero no es una ciudad en la que viviría, no soy una persona de ciudad. Me gusta, me encanta, pero también necesito verde.
«Estudié teatro en Nueva York, me encantó, pero no es una ciudad donde viviría. Un lugar que me gustó mucho es Formentera en España. Es una isla llena de gente joven, diferentes playas, tenés playas tranquilas, agua turquesa, arena blanca, todo el mundo se maneja en motitos; es súper salvaje también.»
Tu primera actuación en la tele fue en Dance, era una novela con mucho canto y baile ¿no?
Sí, era una novela, ochenta capítulos, nos llevaron a todos a Uruguay a vivir seis meses a Montevideo para filmar. La novela no tuvo mucho éxito pero me re sirvió como primer cosa que hacer, era un papel protagónico y aprendí muchísimo. Yo compartía el depto con Giselle Motta, que le está yendo bárbaro.
¿Un lugar que te haya encantado?
Formentera e Ibiza. Quiero volver a Formentera. Ese lugar me encantó, es una isla llena de gente joven, diferentes playas, tenés playas tranquilas, agua turquesa, arena blanca, todo el mundo se maneja en motitos; es súper salvaje también. No hay muchos boliches, es más, la fiesta está en la tarde, pero tampoco hay mucha gente, es más tranquilo.
Volviendo a tu carrera, en todas tus notas te nombran como la chica sexy.
Eso fue por Vóley.
Claro, tu papel en Vóley fue por ese lado ¿Y qué sentís cuando dicen eso de vos?
¡No siento nada!
Y también trabajaste como modelo ¿Te gusta?
Sí, hice campañas para 47 Street. Con el mundo de las campañas trato de ser muy selectiva, no casarme con ninguna, o sea, elegir más por mi estilo o por lo que a mí me gusta.
¿Cuál sería más o menos tu estilo?
Mi estilo es más tranquilo, es más simple y elegante. No soy muy shoppinera, no me gusta comprar ropa, soy más, si hay un localcito chiquitito con ropa más así con materiales lindos o algún género lindo, noble, ahí es cuando me gusta. Pero comprar en masa, en marcas de masa no.
¿Has ido a ferias americanas por el mundo en busca de algo más vintage?
El vintage si lo elijo tiene que estar muy bien. Tuve una época de eso igual eh (RISAS).
«Hay algo que me dijo Gael García Bernal, que tuve la oportunidad de que me dirija. Me dijo leé bien los guiones, estudiá bien antes de decir que sí a un proyecto. Eso lo tengo súper presente, así que veo bien los guiones, leo bien de qué se trata y ahí una vez que digo que sí.»
¿Y alguna película en la que te hubiera gustado actuar?
Lo primero que se me viene a la mente es lo último que estuve viendo que es El tiempo entre costuras, una serie española. Me gusta el personaje de ella porque… a mí me pasa, ahora estoy haciendo una película con Cecilia Roth que se llama Migas de Pan, que es por la que me voy ahora a España, y me pasa que hay pocos personajes femeninos protagónicos heroicos, que cuentan una historia así heroica. Y eso me gustaría hacer… bueno, en ese papel en Migas de pan lo estoy haciendo, pero en el papel de la chica de El Tiempo entre costuras hay algo muy femenino que me gustaría hacer en algún momento. Será tal vez porque el personaje que estoy haciendo ahora es muy sufrido, y bueno uno siempre quiere lo opuesto después.
Para interpretar un personaje ¿tenés siempre una misma forma de estudiarlo? ¿Cuál es tu proceso?
Sí, hay algo que me dijo Gael García Bernal, que tuve la oportunidad de que me dirija. Me dijo leé bien los guiones, estudiá bien antes de decir que sí a un proyecto. Eso lo tengo súper presente, así que veo bien los guiones, leo bien de qué se trata y ahí una vez que digo que sí, tengo una coach actoral, Mónica Bruni, así que los leo con ella, los estudiamos juntas.
Vivís en Buenos Aires ¿en qué barrio?
Belgrano. Me gusta el barrio pero hace poco que me mudé, yo vivía en La Isla en Recoleta y todavía sigo yendo mucho allá, a los lugares de ahí, por ejemplo, voy a la peluquería ahí, me cuesta ir a otros lugares.
¿Y a comer salís por ahí?
Con mi novio nos gusta comer en varios lugares, vamos probando por diferentes barrios, me gusta todo tipo de comidas. A mí me gusta para comer así tranqui Farinelli, que es comida fácil, sana y rica. Siempre sabés que va a estar bueno.
¿Y sos de ir a eventos, fiestas o sos más de hacer la tuya?
Ahora estoy más yendo a eventos, fue medio algo que me lo propuse y ahora me estoy divirtiendo porque sé que, bueno, va a estar alguien que conocés, entonces bueno, te la pasás con ella. Pero sí, voy. Pero también me gusta mucho estar en mi casa.
Me quedé pensando en lo que me contaste de la peli con Cecilia Roth ¿cómo es trabajar con ella?
Hacemos el mismo personaje. A Cecilia la conocí en Historia de un Clan, y la verdad que ahí no compartí muchas escenas con ella porque ella era la mamá del que hacía de mi novio y acá directamente hacemos del mismo personaje así que casi no nos vemos, no nos cruzamos, pero igual su presencia es increíble; y estar en la misma película que ella y hacer el mismo personaje es un regalo, es increíble. No lo puedo creer. Supuestamente va a salir el año que viene, es una producción española y cuenta de la época del ’75 en Montevideo; una chica que está en contra del gobierno militar, la meten presa, la torturan, esa es toda mi parte, digamos, los 20 años del personaje, y después viene el presente de Cecilia. Está buena, es dramático lo que te cuento pero tiene sentido. La dirige Manane Rodriguez, una directora uruguaya pero que vive en España.