LOS IMPERDIBLES DEL VALLE DE COLCHAGUA: DONDE VIVE LA MAGIA DEL VINO CHILENO / POR CARO CERIMEDO (DESDE CHILE)

420384_457660144277871_350202649_n
Carruajes en Viña Santa Cruz
 

LOS IMPERDIBLES DEL VALLE DE COLCHAGUA: DONDE VIVE LA MAGIA DEL VINO CHILENO / POR CARO CERIMEDO (DESDE CHILE).

Este valle da las mejores uvas tintas del país vecino, a menos de 200km de Santiago. Protegido por montañas, radiante de sol, con poesía rural y bosques silvestres, tiene características geográficas únicas que generan microclimas ideales para el cultivo de diferentes cepas. Enclavado en la zona central, es el ícono de la producción vitivinícola en Chile, capaz de dar a luz ejemplares superlativos de caché internacional. Las viñas del Valle de Colchagua proponen diferentes experiencias: ¡elige tu propia eno-aventura!

1) LAPOSTOLLE RESIDENCE: NATURALEZA Y SOFISTICACIÓN EN UN VIÑEDO DEL LINAJE DE LOS MARNIER (EL LICOR MÁS CÉLEBRE DEL MUNDO)

13767382_10153598891566536_1120436712762938338_o
Después de cruzar un puente sobre el río, en el Km 36 de la Carretera del vino (la ruta 90), aparece la propiedad de Alexandra Marnier Lapostolle, escondida entre colinas y rodeada de viñas. La bisnieta del creador del licor más famoso del mundo (Grand Marnier) fundó un hôtel et table d’exception que porta el título noble de Relais & Châteaux (uno de los 3 que hay en Chile), una colección de hoteles boutique y restaurantes gourmet en los escenarios más impactantes del mundo, desde las playas del océano índico a las viñas de Napa Valley o las de Colchagua.
Lapostolle Residence es el lugar para disfrutar de la naturaleza con sofisticación. Una piscina sin fin parece regar los campos, más allá se despliega un jardín de frutas y flores. Las hierbas aromáticas están cerca de la cocina (albahaca, menta, romero y lavanda al alcance de la mano), donde producen de todo: pan, miel, yogurt, charcuterie, helados. Sólo cuatro casitas descansan en pleno bosque nativo, para una estadía serena e íntima que tiene sus momentos sociales en la Residence, donde se encuentran la sala de estar y el restaurante, también abierto al público con exclusiva reserva.
Carolina & Diego dice la carta personalizada para el almuerzo de hoy. No es un casamiento, pero el labrado del papel y la delicadeza del menú puede hacernos pensar que sí se trata de una solemne ocasión. Aquí realizan una gastronomía de huerto (que puede visitarse antes de pasar al salón) y productos locales por la que vienen turistas de Canadá, Brasil y Estados Unidos en busca del sabor del país andino. Con 3 chefs principales para un espacio de mesas reducido, hacen una cocina one to one que se elabora por y para el vino. La familia anfitriona se ha dedicado por generaciones a esta industria: primero en Francia con el famoso Chateaux de Sancerre y luego en Chile con Viña Lapostolle.
Cada uno de los cuatro pasos es acompañado por un vino premium de la casa, por supuesto que el postre se sirve con un licor Cordon Rouge. Como amuse bouche, croqueta de pato con semillas, cucharita de congrio y tartare de zucchini con un Sauvignon Blanc Grand Selection, una textura delicada que expresa la mineralidad de estos suelos. La entrada es un salmón ahumado en madera de Ulmo con huevito de codorniz poché, dressing de palmitos y potage de coliflor con un Chardonay Grand Selection 2013, fresco, dulce y cítrico. El plato de fondo va con Lapostolle Cuvée Alexandre Pinot Noir que con su perfume a fresas acompaña una merluza austral en costra de frutos secos sobre salsa bisque de camarón, risotto de mariscos y vegetales orgánicos. Para terminar, un cremoso praliné de avellanas y chocolate rubio con helado artesanal de plátano y naranjas más salsa de frambuesa. Café y chocolates. #LapostolleExperience también puede realizarse de noche, en un entorno más formal, con maridaje de vinos de cosechas antiguas, ediciones pequeñas y botellas magnum. Cada plato es una postal, igual que el entorno.
Ruta 90, Camino San Fernando a Pichilemu Km 36, Cunaquito, Santa Cruz, Valle de Colchagua, Santa Cruz, Chile. http://en.lapostolle.com/

2) CLOS APALTA WINERY: BODEGA GRAVITACIONAL Y DEGUSTACIÓN DE VINOS BIODINÁMICOS DE PARRAS CENTENARIAS 

14054209_10153652126196536_1128559563695577648_n
Todos los campos del Valle de Colchagua son de uva tinta, y dan los morochos más ricos de Chile. Los vinos blancos se producen en otras localidades, más cercanas a la Cordillera, como Casablanca en la región de Valparaíso. “De estos viñedos de 120 años de edad proceden nuestros vinos ícono”, señala Andrea León Iriarte, como Borobó, de color rojo intenso, elegante y aterciopelado, perfecto para carnes de caza.Hacemos agricultura orgánica desde hace 13 años, y biondinámica hace 8, con certificaciones que renovamos anualmente”, le especifica a MALEVA la wine maker. “Eso significa que no utilizamos agroquímicos ni pesticidas. Con foco en la prevención, actuamos antes de que ocurran las enfermedades. Por ejemplo dejamos gallinas sueltas que se comen los insectos y crean fertilizantes naturales.” Cuidan la calidad desde el viñedo, para lograr la bebida que buscan sin tanta intervención del hombre. Las plantaciones son en forma de herradura, tienen buena exposición solar y están a 70 km de costa, por lo que la temperatura se regula con las corrientes frías que vienen del mar.
La bodega es circular y combina un diseño espectacular con un método natural. La estructura tiene forma de barrica y es una metáfora, un nido decorado con 24 vigas de madera en alusión a los meses de guarda que tendrá cada botella. Con seis pisos y 30 metros de profundidad, cada nivel tiene una función. Tras el despalillado manual y la selección uva a uva, la gravedad hace lo suyo y baja la fruta al segundo piso, donde sucede la fermentación y maceración en cubas de madera durante un mes (el piso está mojado y hay vapor en el aire porque la humedad es esencial para que la madera no se seque). En los niveles tres y cuatro, el vino duerme durante dos años en barricas de roble francés (cuanto más viejo es el árbol más aporta) que siempre se estrenan con las gamas más altas. Luego vendrá el momento del ensamblaje y embotellado. Habrá que esperar un año más para que el vino complemente taninos, aroma y sabor en la botella, en una cava que logra los 14 grados de manera gracias a las filtraciones y las rocas. “Dejamos que el vino se exprese naturalmente, con menos manipulación, sin utilizar ni bombas ni implementos desde la recepción hasta la sala de guarda. Para la fermentación usamos sólo la propia levadura de la uva.”
La visita guiada incluye la degustación en la hacienda de tres etiquetas emblemáticas, como Cuvée Alexandre y Clos Apalta, elegido por tercera vez el Vino Icono de Chile, un blend en base a su uva típica, el carménère. Con 15 años de guarda, tiene notas de chocolate, blackberry y aceitunas negras. Una de sus cosechas más aplaudidas fue la 2005, premiada con 95 puntos y con el premio número uno del mundo por la revista Wine Spectator.
Wine tour de lunes a domingo a las 10:30, 12:30, 16:00 y 17:30 (grupal o privado). Reservas en http: //es.lapostolle.com/clos-apalta-winery/visits/
facebook.com/pages/Viña-Casa-Lapostolle

3) VIÑA SANTA CRUZ: TREKKING POR EL CERRO CHAMÁN, CATA DE VINOS (¡INCREIBLES CARMÉNÈRES!) DE COSECHA SUSTENTABLE Y NOCHE ASTRONÓMICA / ¿CUÁNTOS SUELOS DISTINTOS HAY EN ESTA VIÑA? ¡CATORCE!

525580_457658837611335_193966847_n
La etiqueta tiene un dibujo de la máscara que usaba el sacerdote mapuche en las ceremonias. El vino se llama Chamán, es un carménère Gran Reserva rojo rubí profundo, con elegante expresión aromática y suavidad en boca, las características distintivas de esta cepa emblema de Chile. La otra botella es una edición limitada de Tupu, un nombre que hace referencia al prendedor de plata que vestía la machi, tradicional curandera de los pueblos precolombinos. La joya mapuche simboliza la unión y este vino también, es un ensamblaje de carménère, syrah, cabernet sauvignon y malbec de 16 meses en barricas de roble francés. Ciruela, higo, guinda, mora, avellana, el conjunto se va manifestando con buena acidez y un suave fondo especiado. Todas estas notas tienen más música aún cuando se disfrutan en su terroir de origen. Hay 14 tipos de suelo en Santa Cruz, un potencial enológico enorme que permite desarrollar productos sin igual. Viña Santa Cruz cultiva 160 Ha. (en plano, pie de monte y terrazas) de las cuales 57 son de carménère. Una de las degustaciones guiadas que ofrecen está dedicada en exclusiva a esta uva, otras opciones son tour de la oliva, paseo en bici y trekking por el Valle de Lolol en la viña más visitada de Chile después de Concha y Toro.
Un teleférico sube hasta la cima del cerro, donde seis telescopios a 256 metros de altura y excelentes condiciones atmosféricas (poca humedad y ausencia de luz artificial) invitan a ver las estrellas mejor que nunca. “Al mostrarte los tamaños de los planetas respecto al sol, te hago ver la dimensión del Universo”, asegura el astrónomo Tomás Moore, mientras me señala a Júpiter y sus cuatro lunas principales. Entonces comienza a contarme las constelaciones. Al lado de la Cruz del Sur está Cofre, un cúmulo de estrellas que parecen joyas por sus brillos anaranjados, rojizos y azules. “El cielo se va desplazando, en invierno miramos el centro de la galaxia.” Una colección de meteoritos continúa la lección de astronomía, un tema que le interesaba a los mapuches que “conocían las fases de la luna y se guiaban por el sol para elaborar su calendario y sembrar”.
Fundo El Peral sin número, Lolol, Santa Cruz, Chile. www.vinasantacruz.cl
4) HOTEL SANTA CRUZ: ALOJA
Hotel-Santa-Cruz-fachada-1.jpg.1024x0
Para agradecer por la cosecha a las deidades protectoras, las poblaciones pre-colombinas de los Andes Centrales regaban los campos con una vasija escultórica de cerámica que tengo frente a mis ojos, junto a otros cientos de artículos culturales más que conserva el Museo de Colchagua. Con salas de paleontología, arqueología y civilizaciones indígenas, su patrimonio nos lleva a explorar nuestras raíces como seres humanos y como sudamericanos. “Mapuche significa gente de la tierra, y sin embargo en las escuelas chilenas no se enseña una sola palabra de mapudungún u otras lenguas originarias”, esta es la realidad que quiere revertir el museo, a la vez de impulsar un turismo con identidad que revalorice las tradiciones locales. Esta misión se replica en el hotel contiguo, con una construcción de estilo colonial que crea un ambiente típico del campo chileno, un restaurante que ofrece platos míticos como el pastel del choclo, y el Inka Spa que hace tratamientos de belleza con extracto de maqui, una planta de propiedades antioxidantes que crece en el Sur de Chile. El hotel se encuentra frente a la plaza de la ciudad de Santa Cruz y es ideal para hacer base al conocer la región. Tiene un bar creado para los amantes del vino, con una carta amplia en cepas y botellas destacadas del Valle de Colchagua. También sirven cocktails de autor con licores artesanales.
-Hotel Santa Cruz: Plaza de Armas 286, Santa Cruz, Valle de Colchagua, Santa Cruz, Chile
-Museo de Colchagua: Avenida Errázuriz 145, Santa Cruz, Valle de Colchagua, Chile
 

BONUS TRACK: CARMÉNÈRE, LA CEPA MÁGICA DE LOS CHILENOS 

CARMENEREGRAPES
Cuando se conoce la historia del vino carménère se lo quiere aún más por lo especial que es. Esta variedad nativa de Bordeaux ya no es habitual en Francia, donde una plaga que afectó a Europa en 1860 la exterminó. Por entonces, algunos enólogos se embarcaron con sus uvas a Sudamérica, como quien se sube al arca de Noé. Las salvaron y crecieron felices en Chile, donde se encuentran sus mayores plantaciones. Dicen que es una de las uvas más complejas a la hora de conseguir su maduración. Además, fue ignorada por muchos años y recién ahora se está afilando como punta de lanza que abre nuevos mercados para los vinos chilenos. El proceso fue largo, hubo que separarlo primero, para luego plantarlo y certificar que realmente era Carménère. Con más de 8 mil hectáreas reconocidas, Chile se ha identificado con esta variedad como un elemento diferenciador de su industria.
Fotos: gentileza bodegas y hoteles mencionados.