¿CÓMO PREPARAR UN BUEN BRUNCH? / LOS TIPS IMPRESCINDIBLES / POR FERNANDO TROCCA

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Trocca fileteando un pescado: una de sus opciones favoritas para el brunch

 

 

CÓMO PREPARAR UN BUEN BRUNCH / LOS TIPS IMPRESCINDIBLES / POR FERNANDO TROCCA.

¿Hay algo que le de más felicidad a las mañanas – sobre todo las de fin de semana – que un rico y suculento brunch? Con un tazota de café y una buena lectura. Esa invención culinaria que nació en Nueva York (de hecho, dicen que en el Bronx luego de las misas de los domingos) a fines del siglo XIX y que es la combinación perfecta entre el desayuno y el almuerzo, se instaló con fuerza en nuestro país en los últimos años, y no sólo demostró que no era una moda pasajera de algunos restaurantes sino que se convirtió en una costumbre de cada vez más gente que se prepara sus propios brunchs para arrancar el día con energía.

La composición del brunch puede ser súper variada: los hay dulces, otros más salados, los hay hiper calóricos y otros orgánicos y vegetarianos, con harinas y sin harinas. «Pero lo que nunca puede faltar en un brunch son los huevos», nos dice Fernando Trocca, uno de los mejores cocineros argentinos: «sin huevos no hay brunch». El brunch clásico de Manhattan es con los famosos huevos benedictinos revueltos con panceta. Pero Trocca asegura que no importa cómo cocinemos los huevos – «hasta pueden ser pasados por agua» – mientras haya huevos. Pero no se queda allí.
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Para Trocca los huevos son el ingrediente fundamental de cualquier brunch digno
 «Pero lo que nunca puede faltar en un brunch son los huevos, sin huevos no hay brunch», nos dice Fernando Trocca. El brunch clásico de Manhattan es con los famosos huevos benedictinos revueltos con panceta. Pero Trocca asegura que no importa cómo cocinemos los huevos – «hasta pueden ser pasados por agua» – mientras haya huevos.»
 
El dueño de Sucre también sugiere que para lograr un brunch óptimo debería haber «alguna carne asada» o incluso algún pescado (a propósito: los brunchs con salmón son un clásico y son la gloria). Para terminar, como el brunch es el prólogo de un día de ocio, es totalmente válido acompañarlo con un aperitivo. Trocca tampoco da muchas vueltas al respecto y elige el más elegante y europeo de los tragos: el Aperol Spritz.