La novedad de Buenos Aires Photo 2016 tiene que ver con un cambio de locación: la décima segunda edición aterriza en La Rural, con una propuesta novedosa, que incluye a menos galerías, pero con un estilo renovado, más depurado y fácil de recorrer, que invita al diálogo entre proyectos más tradicionales con galerías emergentes, algunas internacionales y proyectos especiales. La feria, que va a poder disfrutarse hasta el domingo 16 de octubre, continúa reforzando su principal objetivo de promover la fotografía desde Argentina para el mundo. MALEVA recorrió la feria y se encontró con varios artistas que merecen ser visitados. Aquí les dejamos nuestras diez recomendaciones.
Elena Losón presenta junto a la galería Hache “Proyecto neblina”, un Solo Project en relación a la muestra que esta presentando actualmente en la galería. Se trata de una serie de imágenes escaneadas sobre papel de algodón, casi informalistas y muy misteriosas, de los residuos que quedan luego de realizar sus obras. De esta manera todas las imágenes provienen del mismo universo que la artista creó para la exposición. Losón pone el foco en lo que queda olvidado, como polvo de lápiz o el grafito que cae de las telas y papeles que confecciona. Estos fantasmas pictóricos, abandonados en el piso o sobre la mesa del taller, se transforman en un segundo cuerpo de obra, que si bien se distingue estéticamente, se conecta desde el método y la construcción.
La galería Sputnik presenta una propuesta diferente a lo que van a ver en el resto de la feria, tomando como partida el concepto de fotografía expandida en torno a una imagen central: un retrato del artista Carlos Herrera por el fotógrafo cubano Kenny Lemes, presentado en gran formato como punto focal. Se establece una relación entre 2 imágenes fotográficas y 2 piezas instalativas de cerámica del colectivo Rita Flores, las cuales fijan en la materia escenas efímeras a la manera de una fotografía instantánea. Las obras comparten características temáticas, como los pájaros y el plumaje y metafóricas como la muerte, violencia sublimada y expresiones de la potencia creativa. El término “pájaro” designa despectivamente en Cuba a los homosexuales, lo cual orienta una lectura oblicua de las obras.
3) SANTIAGO PORTER – GALERÍA ROLF: UNA REFLEXIÓN URBANA
Santiago Porter desarrolla esta serie desde el año 2007, por medio de la cual investiga, primero en el centro de la ciudad de Buenos Aires para luego expandir su territorio, edificios emblemáticos y su lento pero aparentemente inevitable decadencia y deterioro. Lo mismo hace con monumentos que han sido ultrajados, invadidos y en parte robados, haciéndonos reflexionar, a través del vacío, lo que somos capaces de hacer en época de vacas flacas, olvidando el valor de la preservación del patrimonio nacional. Rolf es la única galería en el país especializada únicamente en fotografía, por lo que es un aporte valioso en esta feria.
Andrea Ostera explica que su obra tiene que ver con la exploración sobre las formas de existencia de la fotografía. En este caso trabaja por medio de tres series bajo un mismo concepto: “¿qué pasa ahora que las imágenes se fueron a la pantalla?”. La duda que plantea es para comprender que sucede con los materiales analógicos tradicionales, si es que ya no sirven. En base a esto crea tres líneas de investigación, imágenes que parecen horizontes, pero en realidad son viejos papeles vencidos que dan la idea de paisajes pero no son más que manchas químicas, la serie de los plegados, que surge a partir de la idea de ver como reacciona un papel fotográfico cuando esta sólo y por último una series de imágenes de pantallas de celulares trasladadas, combinando de esta manera técnicas clásicas con la tecnología.
Jorge Mara trae una serie emblemática en la carrera de la fotógrafa germana, radicada en Argentina, Grete Stern, que también forma parte de la colección del museo MALBA. Se trata de “Sueños”, una extensa serie que desarrolló entre 1948 y 1951 para la sección «El psicoanálisis le ayudará” de la revista Idilio. Cientos de mujeres enviaban por escrito sus sueños para que fueran interpretados por el sociólogo Gino Germani. Cada descripción venía acompañada de estos fotomontajes, surrealistas, desopilantes e impactantes que la artista creaba inspirada en estos fantásticos relatos anónimos.
Carolina Zancolli trabaja con paisajes afectados por incendio, enfocándose en las piedras y pircas de su Córdoba natal. Combina imágenes fantasmales, sobre vidrio, con rígidas piedra o cemento, creando fotografías escultóricas. La transparencia del propio material hace que el entorno real se sumerja en la obra, permitiéndonos entrar en un clima de ensueño, mientras que las bases sólidas nos bajan a la realidad. El contraste y la idea de presentar sus trabajos de esta manera es lo que realmente llama la atención de esta joven artista, dado que otorga la posibilidad de comprender la técnica alejada del aspecto plano.
Alejandro Kuropatwa es uno de los exponentes más emblemáticos de la década del 1980 y 1990 y uno de los fotógrafos más importantes de esa generación. Sensuales y muy poéticas, sus obras se presentan en la galería Vasari. Una serie en blanco y negro que nos sumergen en el universo de este artistas excéntrico, bon vivant y profundamente sensible, que se animó a hablar del SIDA, cuando no muchos lo hacían y que sacudió a la fotografía contemporánea, a través de un estilo clásico y transgresor.
The White Lodge presenta “El límite como espacio de contención y desborde” con obras de Dolores Cáceres, Ramiro Chaves, Soledad Dahbar, Gustavo Di Mario e Ignacio Fanti. TWL es un espacio emergente de exhibición y producción de proyectos dentro del campo de las artes visuales, que busca establecer una propuesta abierta y experimental con distintas disciplinas y trabajando con artistas jóvenes y/o emergentes. En este caso vale la pena recorrer la propuesta como un todo, una pequeña muestra dentro de la feria.
Ruth Benzacar trae dos series de Flavia Da Rin, muy contrastantes entre sí. Mientras que el interior del stand está invadido de color, imágenes aparentemente intervenidas por la artista, el exterior muestra una serie en blanco y negro, donde ella, como siempre, se auto-representa sumergida, casi aplastada, por gigantescas imágenes de esculturas de la antigua Grecia. Si bien la obra de Da Rin es muy reconocible por tener una cualidad e identidad única, en este caso sorprende por la novedad de aprehender una técnica con la cual trabaja hace tanto, desde otro lugar.
Studio 488 expone un Solo Show de Rosanna Simonassi, quien además expone actualmente sus trabajos en el Museo MACBA de Buenos Aires. Una serie de retratos corroídos, casi destruidos, que confunden a primera vista a pesar de que se perciben los personajes femeninos que las protagonizan. Hay una línea muy fina entre la vida y la muerte en estas piezas y uno no termina de comprender quienes son estas mujeres, como se llaman, o como son o fueron sus vidas, si es que son o fueron reales. Lo cierto es que estas imágenes quedan en la memoria y llenan de incertidumbre.