¿Qué es lo que distingue tanto a esta cadena? Además del sabroso aroma a café y a caramelo cuando entrás a sus tiendas, y el ambiente cool y sofisticado: en Starbucks tienen un secreto. Si bien la mayoría de sus locales guardan un estilo en común, en Buenos Aires lograron respetar varios de los edificios originales donde se instalan, logrando bellos reciclajes que las vuelven cafeterías dignas de conocer. Puede que no sean como un Starbucks de Japón, con dos mil piezas de madera que sobresalen de su fachada para armonizar con el templo contiguo; pero con ya 114 sucursales en Argentina, hay más de un Starbucks que vale la pena la visita.
Estas son 5 nuevas sucursales en las que te podés perder este invierno tomando café calentito y un budín de banana y chocolate sin igual:
Hay una angosta galería en pleno microcentro de la que pocos saben. La Galería General Güemes, también conocida como Pasaje Güemes, es un edificio de estilo art nouveau que conecta con una peatonal interior de 116 metros, las calles Florida y San Martín. Tras años en pie, considerado el primer rascacielos de la ciudad y en el que vivió nada menos que Antoine de Saint Exupéry, el autor del Principito, nos sorprendemos con un Starbucks en su entrada de San Martín: de no ser por su reconocible logo en la puerta, uno lo pasaría por alto. Se amolda perfectamente al edificio histórico, pero desentona con onda al entrar y ofrecerte mesas comunitarias y lámparas en forma de flor. Ilustra con precisión lo que predicaba Diedra Wager, ex ejecutiva de la compañía: “Starbucks logra administrar una tensión entre dos opuestos. Por un lado, es predecible y comfortable. Pero, por otro lado, está constantemente sorprendiendo y deleitando.”
Uno de nuestros preferidos. No es por la arquitectura, ni la ubicación, ni la decoración. Mucho mejor aún. Este Starbucks está directamente conectado, sin puertas ni trabas, a una librería Cúspide. Creemos que hay pocas combinaciones como un buen libro y un moccha. Así que, si un día de lluvia amenaza con arruinarte los planes, redoblá la apuesta y salí en busca de esta pequeña joya a sumergirte en mundos imaginarios y esencia de vainilla en un cómodo sillón.
Este es el local más nuevo, el 114. De la mano a la gran remodelación que se hizo en la estación Mitre (que admitámoslo, ¡quedó increíble!), llegó Starbucks para tomarse un Chai Latte mientras esperás tu tren. El lugar perfecto para mirar a la gente pasar. Susan Orlean, periodista estadounidense decía: “observar personas es mi hobby, y dejé pasar muchos domingos por la tarde inmersa en el paisaje desde una ventana de Starbucks”. Te invitamos a hacer lo mismo desde la ventana interna de la tienda hacia la estación, y pasar el rato adivinando los destinos de los transeúntes.
Su entrada en forma de arcos oscuros nos da la sensación de habernos topado con un pequeño galpón. Pero al entrar, a juzgar por sus tonalidades, pareciese que todo lo que tocamos se convierte en oro. Luces doradas, pisos color crema, cielos claros y sillones de cuero color caramelo. Tip: hay un estante en medio del local que exhibe sus variedades de café en paquetes para llevar, así chusmeás tranquilo sin tener que acercarte al mostrador.
Sobre una arboleda en Nicaragua, enmarcado en un elegante edificio de piedra antiguo, se encuentra un local que abrió hace no más de un año, a metros de La Mar de Gastón Acurio y del nuevo local de la genial cafetería Birkin. Creemos que destaca por la fusión de estilos que posee: imponente por fuera, cálido de madera suave por dentro y con un toque industrial que le dan sus murales en blanco y negro y los cuadros que enseñan sobre la producción de café. Tip: raprovechá para ir en grupo, hay mesas grandes de madera al estilo comedor en las que nadie queda fuera.
Foto: gentileza Starbucks Argentina.