Un paseo de tres días por bodegas y wine hotels entre castillos medievales y ruinas romanas. Una aventura y cinco experiencias para conocer de cerca los territorios de Priorat y Penedès, dos Denominaciones de Origen superiores. Diario de Motocicletas por Cataluña.
DÍA 1) DE BARCELONA AL PENEDÈS (PRIMER TRAMO 1 HORA Y 15 MINUTOS)
Un faro rectangular inspirado en los años 60 son los ojos de esta motocicleta Vespa que alquilamos para ir a recorrer los viñedos cercanos a Barcelona. Italiano, rojo, elegante y alegre es Valentino y también es este motorino que nos llevará por los paisajes del vino. Lo elegimos para tener un contacto directo con la naturaleza. #sinfiltro.
Vespa Soul: Trafalgar 41, local 2, 08010, Barcelona. www.vespasoul.com
Un viaje al interior de Cataluña hasta una finca del siglo XVI devenida en bodega y hotel boutique. Can Bonastre parece de cuentos, reposando en una colina en el entorno natural imponente de Monserrat. Después del manejo hasta los pies del macizo, nada como una sesión relajante en el spa. Acbua es un espacio calmo que hace magia con agua, vino y una espectacular vista a la montaña ¿Los tratamientos de bienestar? Cavaterapia y un circuito termal que enlaza sauna, baño turco, ducha de cubo, camino de sensaciones y piscina cubierta con chorros masajeadores. Antes de volver a subirse a la Vespa, el nuevo día se aprovecha con una bicicleteada por los viñedos.
Crta. B-224 Km. 13,2, 08783, Masquefa. www.canbonastre.com
– Segundo tramo: 50 minutos
El camino hacia Guardiola de Font- Rubí es todo campo. A un lado y a otro de la ruta se suceden cultivos, sierras y árboles bajos que me dan la sensación de estar volando sobre sus copas mientras avanzamos con la moto. Estamos en la vendimia y se nota, nos encontramos con tractores y vinicultores que trasladan la cosecha; nosotros somos la frutilla roja de la torta de uvas tintas y blancas. Este es el momento óptimo para recoger la fruta: está a punto entre el equilibrio de los azúcares y la correcta acidez, tiene todo para ser un gran vino. En esta masía familiar, la clase de enología se da en el viñedo, para palpar, pelar y probar a la cepa en su tierra. Luego se pasa a la bodega para aprender sobre la elaboración, y al final espera una cata en formato master class que nos deja los mejores tips para la degustación. Empezamos con un blanco joven, aumentamos la estructura con un sauvignon blanc, pasamos a un cabernet rosé sin complicaciones, seguimos con un tinto de garnacha (la uva típica de esta zona) y cerramos con un Baltana reserva selección. La mesa está servida para una comida de tres pasos de especialidades regionales como paella vegetal, fideuá, mariscada, calçotada, butifarra y carne grillada con sarmientos y cepas de las viñas viejas de Miquel Jane.
La clave: ir un sábado, así aprovechás para pasar por la plaza de Vilafranca y su mercado de productores. Frutas, verduras, aceites, hierbas y huevos de las granjas aledañas. No te dejan comprar si antes no probás.
Masía Cal Costas s/n, 08736, Font- Rubí. www.jmiqueljane.com
DÍA 2) DEL PENEDÈS A PRIORAT POR LA COSTA
– Primer tramo: 1 hora y 15 minutos
Revivimos las fiestas del Imperio Romano en honor al dios Baco con una visita a esta ciudad al borde del mar azul donde se erigió Tarraco, una de las sedes más importantes que tuvo el Imperio en la península Ibérica y que dos mil años después conserva las murallas, el anfiteatro, el circo y un aqueducto. Para conocer los vinos que se producen en la zona hay que dirigirse hacia los pueblos vitícolas de Alt Camp y sus pequeñas bodegas. Organizadas en cooperativas, sus tiendas son como la cueva de Alí Babá, con todo tipo de exquisiteces en construcciones de diseño modernista del arquitecto catalán Cèsar Martinell. Estos campos también están sembrados con castillos y monasterios medievales donde se producían muy buenos licores; elegimos Santes Creus un chupito Mistela de Castell D´Or.
– Segundo tramo: 1 hora
A veces pensamos que en Internet está todo dicho, pero no…existen algunos lugares que al verlos en vivo y en directo nos dejan sin palabras y superan todas las expectativas. Al llegar a Trossos del Priorat el efecto sorpresa es inevitable, con la naturaleza haciendo maravillas en un valle con bosques de pinos, viñedos aterrazados, pueblitos de piedra (de 80 habitantes) colgados de la sierra, olivos, almendros y hasta una ermita a la que vienen a contemplar la belleza de la creación. Un buen vino transmite de dónde proviene, por eso los del Priorat son tan ricos, porque relatan este terroir único que es una Denominació d’ Origen Qualificada. Las siete habitaciones están enclavadas en la ladera y la baranda del balcón privado a los viñedos es, literalmente, el alambre de las plantaciones de uvas. En Trossos, la estadía es 100% wine, con un honesty bar 24/7 donde te podés servir copas de vino de sus variedades más afamadas (Abracadabra está agotado) que vos mismo escogés de la cava que hay en la cocina, una caja de cristal minimalista. La mesada es enorme, los utensilios brillan, y la vista al atardecer es espectacular, todo invita a ir de compras a los celler de La Vilella Baixa y quedarse preparando la cena. A la noche, el silencio es absoluto; el descanso también. En el desayuno vuelven ellas, las uvas, las estrellas del lugar, en mermeladas orgánicas y jugos naturales para acompañar quesos regionales, miel orgánica, tortillas y el pa amb tomàquet con un aceite de oliva inolvidable hecho en casa.
Ctra. de Gratallops a la Vilella Baixa Km. 10.65, 43737 Gratallops. www.trossosdelpriorat.com
Día 3: Cataluña verde
La capital de la comarca del Priorat ostenta el Castillo del Vino y concentra todos los sabores que brinda esta indicación geográfica certificada con boticas gastronómicas, vinerías y restaurantes donde la degustación es una fiesta. Esta región exclusiva, rodeada de montañas y asentada en la cuenca de un río, asegura el nivel de todo lo que se elabora con sus materias primas, por las que vienen wine lovers de paladar muy negro. Hasta el bocata más simple sabe diferente en cualquier bar del pueblo. Para una comida sibarita, el más solicitado es El Celler De L’Aspic con la cocina catalana de producto que hace Toni Bru. El Menú Priorat trae aperitivo, 4 platos maridados y postre hasta donde también llegan las cepas, con una copa de granada con moscatel y naranja roja o unos melocotones cocidos al vino tinto con sorbete de garnacha negra.
Miquel Barceló, 31; Falset. Imprescindible reservar al teléfono 977 831 246 o por mail a [email protected]