Llegó el otoño y llegó también una nueva edición de Masticar, la feria de comida que ya es un clásico de la ciudad de Buenos Aires y que esta vez duplicó su espacio con 4000 m2 cuadrados más sumando al Polideportivo de Colegiales. Del jueves 5 al domingo 8 de mayo de 12 a 22hs – con ingreso en el Dorrego de Palermo, sobre Zapiola – vas a poder probar diferentes platos de los cocineros y restaurantes más reconocidos de la ciudad. Con más de 40 puestos de comida, elegir qué platos probar puede ser una tarea difícil. Y aunque el top 10 deja afuera a muchísimos y riquísimos platos, fuimos a la apertura, recorrimos la feria y armamos un listado de lo que, a criterio nuestro, no podés dejar de probar.
El clásico de bodegón en una versión deconstruida es la propuesta de Soledad Nardelli para esta edición de la feria. Huevo a baja temperatura, espuma de papa, panceta braseada, papas fritas, chauchas, arvejas, miga de focaccia y polvo de perejil en un revuelto gramajo exquisito que nada tiene que ver con cualquier revuelto gramajo que hayas probado antes.
De Mar del Plata a Buenos Aires, el restaurante de Patricio Negro (de Viedma, Patagonia) y su mujer la marplatense Fernanda Sarasa se instaló junto a Los Infernales en un food truck donde, en silencio y solo para entendidos, se sirven unos de los mejores platos de la feria. Las vieiras traídas de Ushuaia las preparan con limón, oliva, sal, cilantro, jengibre, naranja y ajo y las coronan con un crocante cous cous de tomates. Mientras las probamos pasa un fan gritando “¡este es el mejor restaurante de Mar del Plata!”. Así que los foodies anoten a Sarasanegro para su próxima visita a La Feliz.
Un clásico de masticar es ya la presencia de Crizia, el oyster bar de Gabriel Oggero en Buenos Aires. Ostras en diversas presentaciones pero todas súper frescas ya que vienen de una reserva natural en el mar al sur de la provincia de Buenos Aires. En esta oportunidad recomendamos la ostra al champagne hecha a base de una crema de champagne tibia con ciboulette. De lo más fresco de la feria.
Una de las joyas de la feria es el puesto de Cassis, de los mejores restaurantes de Bariloche. Negocio familiar, viaje familiar, en Masticar toda la familia está detrás del mostrador: madre, padre, hijos y abuelos dando vueltas por ahí. De acá recomendamos los lomitos de liebre con chutney de manzanas, tiernos, suaves y en su cocción justa. Pero también prueben el helado de frutos rojos de la patagonia: cassis, frambuesas, un néctar de flor de sauco y un syrup de cassis promete una teletransportación directa a algún bosque de la Patagonia.
“Es yacaré de criadero, una carne súper sana que además es parte de una propuesta de pesca justa que se propone preservar la especie autóctona”, nos explica el chef Fernando Rivarola mientras nos prepara una riquísima empanada de yacaré. Aunque la propuesta pueda sonar algo exótica ¡Anímense a probarla! La carne de yacaré se cocina, se desmenuza y se combina con un sofrito de cebolla y pimientos verdes. El sabor es suave, bien sabroso y de textura gelatinosa.
Una exquisitez con historia es el plato que prepara Tomás Kalika en Mishiguene y que trae a Masticar en una versión casi igual a la que sirven en el restaurante. Se trata de un coliflor blanqueado con leche, cocido al horno con manteca y servido con una exquisita salsa labneh a base de yogur y matbuja, una salsa a base de tomate y picante, tradicional de la cocina judía.
El gran Trocca llega a esta edición de Masticar con su food truck del Mostrador Santa Teresita, el restaurante que tiene en José Ignacio, Uruguay. Para comer algo contundente, en una porción generosa y encima delicioso, esta es sin dudas la mejor opción. Un pan pita calentito relleno de pollo asado marinado y una cantidad de vegetales tan diferentes pero complementarios que hacen que cada bocado sea especial y distinto. Fresco, crocante y con un toque de cilantro y masala que transporta nuestra alma directamente a sabores orientales.
“Queremos la hamburguesa, of course”, dice una chica en la caja. Es que la hamburguesa vegetariana de Máximo Cabrera es ya un clásico de Masticar y la gente viene especialmente a buscarla. Del gran maestro de la cocina raw, que alguna vez tuvo el mítico restaurante Kensho y que ahora está apostando a una propuesta más global sobre alimentación consciente con su nuevo emprendimiento, Crudo, nos encantó la Big-Max, una hamburguesa de hongos y semillas activadas servida con veganesa y un chutney de tomates en un pan de masa madre horneado a leña que es súper esponjoso.
Un riquísimo waffle como una tortilla de papa con queso brie a temperatura perfecta, palta y gravlax de salmón con una crema de apio y una ensalada de pepino y cebolla colorada y rabanito que es una delicia.
Porque es dulce pero no empalagoso, porque es ácido pero también tiene un toque de dulzura, porque el chocolate es amargo y súper premium, porque las texturas son todas diferentes y combinan a la perfección y porque el flan más que flan parece un brownie en su punto justo, este es el mejor postre que probamos en la feria.
EXTRA: OTROS PLATOS QUE MERECEN SER MENCIONADOS
Para los golosos, en Yeite el clásico volcán de dulce de leche y la crema catalana de chocolate blanco y en el puesto de Elena, el restaurante del hotel Four Seasons, la delicia de dulce de leche ahumado, merengue de maní y duraznos almibarados con un syrup de cerveza stout por su pastelero con más rock, Joaquín Grimaldi y su línea Dolce Morte. Como curiosidad, los helados de GuiLab hechos en el momento y a base de nitrógeno líquido en sabores como dulce de leche con madera o frambuesa con lavanda. Para comer bien al paso, el sandwich de salame spiannata y queso de San Gennaro o las hamburguesas de Carne, el nuevo restaurante de Mauro Colagreco en La Plata. Una linda sorpresa es el ciervo braseado durante cinco horas al vino tinto acompañado de una ensalada de trigo burgol y frutos secos de Pablo Buzzo. Y los clásicos que nunca fallan: los huevos apanados de Paraje Arévalo, cocidos durante 45 minutos a baño maría, apanados con panko y acompañados de trucha ahumada y una cole slaw de kale supr original y el cebiche de La Mar.
