Tenés una novia que a la mañana le decís «huevos revueltos» y le brillan los ojos como si le estuvieras proponiendo el mejor plan del mundo? ¿Que se siente en equilibrio con el universo cuando encuentra en algún restaurante su mesita perfecta al sol en la vereda y se pide un desayuno o un buen almuerzo? Que cada dos por tres te cuenta que en tal lugar que conoció se come bárbaro y hace hincapié, por ejemplo, en la calidad de las tostadas y de las porciones de torta? O en tal quesito brie, o en tal café con leche con crema sublime. Bueno, entonces dictaminamos que no solo tenés una novia foodie sino también con perfil muy brunch. Ahora bien: ¿Saben muchachos que este primer domingo de abril (el 3) es el día de la novia? Es una fecha que en los últimos años se está volviendo cada vez más popular y que no podés pasar por alto sin agazajar a tu compañera. Pero no caigas en lo cliché. Es un día para celebrar que se quieren, optá por algo más genuino y vivencial. Da en el clavo: a tu novia foodie regalale un brunch. Bigbox te sugiere algunas opciones que no fallan para distintos perfiles de novia brunchera. Todas se pueden encontrar en la caja Bonjour (que también se puede obsequiar online http://bit.ly/1RO6z09) y recuerden que los brunchs son siempre para dos.
Tu novia en este caso tiene dos placeres: comer y leer. La coordenada perfecta para su brunch es Dain Usina Cultural. Es una de las librerías más lindas de Palermo, especializada en arte, filosofía y literatura policial (sin por eso dejar de tener todas las novedades editoriales en otros géneros). Es un local minimalista de tres pisos con una decoración e instalaciones que sorprenden por lo sofisticadas. Pero su mejor secreto está arriba: una terraza bellísima sobre las copas de los árboles palermitanos con sillones blancos comodísimos y que es inmejorable para que tu novia brunchee en sintonía zen. La propuesta en este caso son tostadas caseras con queso y crema y mermelada, además de unos deliciosos budines caseros que vienen en tres sabores, más medialunas y acompañado por café o té y jugo de naranja. Eso sí: el regalo de Bigbox es el brunch, el libro – ¡que sí o sí le vas a tener que regalar si la llevás a Dain! – corre por tu parte.
Frente a la cancha de Atlanta y en pleno Villa Crespo – barrio hipster por excelencia – está el muy canchero Yeite, que es un emprendimiento de la pastelera Pamela Villar y de la diseñadora Jessica Trosman. El local tiene una onda muy cosmopolita y con reminiscencias neoyorkinas (para que tu chica hipster se sienta en Williamsburg): mesas comunales, azulejos verdes detrás de la barra, mucha madera, paredes industriales de hormigón y el toque distintivo de plantas acuáticas en las mesas. Todos los productos son frescos y estacionales. Para desayunar o brunchear en Yeite la propuesta de Bigbox es muy potente: tostada de pan brioche con huevos revueltos, más vaso de yogurt con granola y frutas, más muffin (o budín) más una riquísima limonada y un café o té.
¿Tu novia es de esas personas que saben de gastronomía en serio? ¿Que cuando salen a comer afuera tiene el chip jurado de Masterchef que no deja pasar el más mínimo error? ¿Que idolatra a los chefs como rockstars? Entonces regalale un brunch en La Panadería de Pablo, el restaurante de unos de los cocineros estrellas argentinos: Pablo Massey, quien trabaja con productos nacionales e internacionales seleccionados con los más altos estándares de calidad. El brunch consiste en huevos revueltos con panceta y una tostada de focaccia, acompañados con scons y tostadas con queso crema y mermelada, además de un jugo de naranja y café con leche. También hay una opción un poco más liviana y tradicional que reemplaza a las tostadas por medialunas y coockies y a los huevos revueltos por yogur con granola. La Panadería de Pablo también se destaca por la magia de su ubicación – sobre una calle empedrada a metros de la manzana de las Luces y frente a la Basílica de San Francisco – y por su arquitectura y diseño: un edificio de época que fue reciclado de manera magistral.
Tiendas Naturales es EL lugar para que brunchee. Este Deli que ya tiene tres locales (dos en Palermo Zoo y otro en Belgrano, en la zona de la Imprenta) se caracteriza, tal como su nombre sugiere, por rendir homenaje a la comida saludable hecha en base a productos orgánicos, sin conservantes, y con una carta que pone el acento en opciones vegetarianas (no específicamente veganas, aclaramos por las dudas). Para el brunch hay varias alternativas para combinar: platos de frutas frescas, jugos exprimidos, mermeladas de estación, dip de frutas secas y si tu novia veggie come pescados preparan unos sandwiches de salmón ahumado que son la gloria. Los locales son amplios, luminosos y con mucha madera.
Soffice está ubicado en pleno centro de San Isidro y es una pastelería home made con una estética muy shabby chic (incluso su vajilla inglesa vintage) y con un patiecito divino. Sus productos son, según indican sus dueñas, muy «low calories», es decir que tienen bajo contenido graso y de azúcar. Pero no por eso dejan de ser riquísimos. A la felicidad de tu novia brunchera la van a hacer: una porción de torta (la cheesecake de oreos y la de frutos rojos son fabulosas), scons dulces con mermelada casera, también un scon de queso parmesano con jamón crudo y para rematar medialunas caseras con jamón y queso. Además de té en hebras de Tealosophy y café colombiano.
En los coloridos locales de Pani Trotta (pastelera, emprendedora y trotamundos) los hits absolutos son los productos dulces. Deliciosos, muy abundantes y originales (Pani es famosa por reversionar a piacere recetas clásicas de tortas). Y también inventó el Teanner que no es más que un brunch pero a la tarde. ¿En qué consiste? Anoten: limonada e infusión; scon de queso relleno de guacamole y brie; una porción de torta a alección; quinoa burger con calabazitas asadas, papas con cheddar y cebollita crocante y…para que tu novia dulzera te ame y definitivamente se quede sin oxígeno y pida piedad ¡El remate es un waffle!
Cada vez más gente ve en el gluten la representación del mismísimo demonio (no nos referimos desde ya, a los celíacos). Si tu novia es una de ellas, regalale un brunch en Sintaxis, uno de los primeros restaurantes de Buenos Aires libre ciento por ciento de gluten. Aquí no pasan por la puerta: ni el trigo, ni la avena, ni la cebada, ni el centeno ni ninguno de sus derivados. Pero advierten: «ojo, no usamos esos prodcuctos, pero no resignamos sabores ni aromas». Con un amplio sector al aire libre, el brunch no está nada mal y es súper sano: empieza con una porción de tostadas en pan blanco y pan brioche con nuez con mermelada artesanal y queso crema, sigue con dos focaccias con queso derretido y tomates secos, y termina con una frolita