MALEVA EN ÁFRICA / UNA RECORRIDA POR GHANA, UNO DE LOS SECRETOS MEJOR GUARDADOS DEL CONTINENTE NEGRO / POR TOMÁS CANOSA (DESDE ACRA). FOTOS: GENTILEZA GHANA TOURISM AUTORITY.
Las montañas de Tanzania, los paisajes de Etiopia, los safaris de Kenia, o las playas de Ghana no están en la mente de los argentinos a la hora de planear unas vacaciones. Pero estos destinos africanos ofrecen una combinación perfecta: un contacto especial con la naturaleza y la experiencia de acercarse a una cultura completamente diferente. Probar un pedazo de ese continente africano que está más cerca que Europa, pero que parece tan lejano para nuestros ojos que miran con demasiado amor a Brasil, Estados Unidos, Francia, pero que no se imaginan caminar por las calles de Accra (Ghana), cenar en Abijan (Costa de Marfil), o visitar un mercado vudú en Cotonou (Benin).
«Buenos Aires está más cerca de Accra (capital de Ghana) que de Madrid o de Miami. Sin embargo, para descubrir este rincón africano hay que hacer como mínimo una escala. Una alternativa para evitar pasar por el viejo continente es hacer una escala en Sudáfrica.»
Buenos Aires está más cerca de Accra (capital de Ghana) que de Madrid o de Miami. Sin embargo, para descubrir este rincón africano hay que hacer como mínimo una escala. Las principales líneas aéreas europeas (Iberia, KLM, British, Lufthansa, Air France, Alitalia) tienen al menos un vuelo semanal desde sus capitales hacia Accra. La otra alternativa para evitar pasar por el viejo continente es hacer una escala en Sudáfrica y desde ahí volar a Acra: la capital política y económica de Ghana. Ubicada sobre el Atlántico, combina edificios británicos construidos durante la etapa colonial, con viviendas bajas que se construyeron al calor de una planificación irregular y de una economía en crecimiento. El mercado “Makola” es una de las principales atracciones para los turistas que se quieren perder por los pasillos de Acra en busca de telas y artesanías
«Es uno de los pocos países de África donde los turistas pueden caminar solos por la calle. Esto permite que te puedas mezclar con la cultural local, animarte a recorrerla con una guía en el bolsillo, y sin necesidad de moverse en autos blindados.»
Ex colonia portuguesa, holandesa e inglesa, este país que hasta 1957 se llamaba Golden Coast (Costa Dorada), tiene una de las democracias más sólidas de la región y, dato importante (¡!), es uno de los pocos países de África donde los turistas pueden caminar solos por la calle. Esto permite que te puedas mezclar con la cultural local, animarte a recorrerla con una guía en el bolsillo, y sin necesidad de moverse en autos blindados o de estar acompañados por policías o personal de seguridad.
«Un día en Ghana debería arrancar con una canasta de frutas frescas recién cortadas. Las ciudades y pueblos están repletas de pequeños puestos que preparan un mix de mango, ananá, papaya, banana, y otros frutas que nunca cruzaron el Atlántico.»
Ghana ofrece cuatro atracciones que los turistas no pueden dejar de resistirse al bajarse del avión o cruzar la frontera: la comida, la música, los castillos y las playas. Animarse a comer un plato ghanés implica asumir que la boca probará otros gustos y que los dedos de la mano derecha tendrán que prepararse para hacer de cubiertos y soportar las comidas calientes. Un día en Ghana debería arrancar con una canasta de frutas frescas recién cortadas. Las ciudades y pueblos están repletas de pequeños puestos que preparan un mix de mango, ananá, papaya, banana, y otros frutas que nunca cruzaron el Atlántico.
Después de este desayuno liviano y que cuesta menos de un dólar, la mejor opción para sumar energía es almorzar en los improvisados puestos que se montan en las calles. Los platos ghaneses más típicos son unas pelotas hechas a base de mandioca, plátano o maíz, que se llaman “banku” y ¨fufu¨. ¿Cómo se come? Se desarman las pelotas con los dedos de la mano (siempre se usa la derecha) y cada gajo se moja en una sopa de verduras y maní que también puede tener un pedazo de pescado o pollo.
«El almuerzo no costará más de 2 dólares, y si por la tarde es necesario volver a entretener el estómago, la mejor opción es comprarse unas mandiocas fritas por 50 centavos de dólares. Viajar es desafiar nuestras bocas constantemente.»
El almuerzo no costará más de 2 dólares, y si por la tarde es necesario volver a entretener el estómago, la mejor opción es comprarse unas mandiocas fritas por 50 centavos de dólares. Viajar es desafiar nuestras bocas constantemente y para cumplir con esa misión la mejor opción para la cena es ir por el pescado ghanés por excelencia: “La telapia”. Se puede acompañar con una ensalada de palta o una porción de mandioca frita y para tomar hay que animarse a probar el vino de palma o una de las cervezas locales.
«La música está presente en todos los rincones de este país de 26 millones de habitantes. Las ciudades y los pueblos son amigos del ruido y los ghaneses piden que los parlantes siempre estén al máximo. Acra esconde bares que combinan música en vivo, tragos y hasta danzas locales, donde disfrutan turistas y locales.»
La música está presente en todos los rincones de este país de 26 millones de habitantes. Las ciudades y los pueblos son amigos del ruido y los ghaneses piden que los parlantes siempre estén al máximo. No importante si hay una fiesta o un funeral, siempre se ve a niños, adolescentes y mayores amagando algún paso de baile. Acra esconde bares que combinan música en vivo, tragos y hasta danzas locales, donde disfrutan turistas y locales. “Abajo”, “Afrikiko”, “+233”, el «Republic» y la “Alianza Francesa” son los cinco lugares indispensables para escuchar artistas locales y tomarse un trago. El creciente turismo también motivó que varios artistas locales empezaran a abrir talleres de percusión y de baile para ofrecerles otra opción a los curiosos por aprender nuevas técnicas.
«El pueblo ghanés es alegre y no escatima en sonrisas, pero lleva sobre sus espaldas una historia densa de esclavitud.»
El pueblo ghanés es alegre y no escatima en sonrisas, pero lleva sobre sus espaldas una historia densa de esclavitud. A dos horas de Accra se encuentran los castillos de Cape Coast y Elmina. Estos lugares fueron testigos de cómo hace cientos de años los esclavos eran enviados desde estas costas hacia el “Nuevo Mundo”. Las visitas incluyen una excursión guiada y los turistas también pueden embarcarse solos a recorrer cada uno de los rincones de estos edificios que reflejan las inhumanas condiciones que sufrían los esclavos antes de subir a los barcos. Los edificios no sufrieron grandes modificaciones y los curiosos se encontraran con objetos que los teletransportaran varios siglos hacia atrás.
«Estos escondites playeros mezclan paraísos y pequeños pueblos, con pequeñas montañas que se caen sobre el mar, y donde se pueden practicar surf.»
La mejor manera para complementar historia y placer es embarcarse otras dos horas hacia el Oeste y llegar a la zona de Takoradi para disfrutar de playas desiertas como “Escape Three Points”, “Busua” o “Butre”. Estos escondites mezclan paraísos y pequeños pueblos, con pequeñas montañas que se caen sobre el mar, y donde se puede practicar surf o simplemente disfrutar de la playa y reflexionar sobre esta experiencia tan única de visitar Ghana.
Fotos: también gentileza CC – Adam Jones, Crosby, Therry White, Republic Bar y Tomás Canosa