Vereda Adentro: una esquina «abierta» de Núñez que es un oasis relajado donde se lucen los vinos naturales.
El verbo es veredear: cinco bares y rincones de Buenos Aires novedosos, con estilo y óptimos para disfrutar de la vereda copa en mano. Por Federica Gimeno para MALEVA.
En el diccionario porteño, encontramos el verbo «veredear»: ese acto social de compartir en la vereda, con el uso copa en mano y/o platitos para tapear. Históricamente, es nuestro hábitat, un terreno comunal donde el tiempo y las formalidades se desvanecen. Es en esta época, donde abandonamos el estado de invernar y viajamos hacia la travesía de la vereda, donde la espontaneidad y la naturalidad se entrelazan en una dinámica ideal.
Los fundadores de los siguientes espacios son auténticos «plenairistas contemporáneos», creando rincones cancheros al aire libre que capturan la esencia del ocio y el disfrute. En MALEVA le dejamos 5 veredas que son novedad, en la Ciudad y alrededores y que que son las mejores propuestas para darle la bienvenida al nuevo clima y la temporada más revitalizadora del año.
1) Ochava Bar: una esquina eléctrica que late durante las tardes y las noches con todo tipo de situaciones (incluso con música en vivo), comida rica y vinitos. / Ecuador 1690 – Recoleta
Desde febrero, este rincón de Recoleta se ha vuelto imposible de ignorar. Ubicado en una esquina estratégica, destaca por ser omnipresente y llamativo: moderno, eléctrico y lleno de vida. Desde el primer momento, su atmósfera envolvente, ya sea por el sonido de un saxofón o las charlas de la gente al aire libre, invita a «veredear». Facundo, su dueño, le comenta a MALEVA “La vereda tiene algo magnético; pasás por enfrente y hay algo que te atrae, es inevitable”.
Con una propuesta centrada en comida, música y vinos, se define como «más que un bar»: Es una meca social, un punto de encuentro en el barrio donde buscan ser una experiencia donde el cliente pueda crear un momento. La idea es sumergirse y dejarse llevar por la música de fondo, el arte, los shows en vivo, la iluminación hipnótica y la energía fresca que flota en el aire.
Ochava también funciona como una ¨residencia artística¨, abriendo sus puertas a quienes deseen exponer y visibilizar su obra. Su agenda es dinámica y ecléctica, con un calendario que se reinventa cada mes, en constante búsqueda y evolución: desde catas de vino, bandas de jazz y música en vivo, hasta DJs, noches de cine hasta pop-ups de ropa vintage y sesiones de tatuajes.
Facundo nos cuenta que el concepto de «veredear» es una reminiscencia a su infancia en su pueblo natal, donde pasaba tardes enteras en la vereda con amigos, perdiendo la noción del tiempo. “Veredear es eso, esos momentos en los que inconscientemente estás de vacaciones, aunque sea por 3 o 4 horas, y eso es lo que se genera acá”, explica.
En poco tiempo, el lugar se ha consolidado como uno de los favoritos de la zona, un espacio vibrante y novedoso que aporta frescura al barrio. Tanto los clientes habituales como los nuevos conforman una comunidad activa que lo transforma en un verdadero hogar en una esquina que late todas las noches.
2) Arcos Bar: una casona remodelada de 1929, el foco en el vino y una callecita mágica de barrio (con deck recién inaugurado rodeado de olivos traídos de Mendoza. / Arcos 3015 – Núñez
Arcos Bar – bar de vinos, café, club social y enoteca -, inauguró sus puertas en mayo en una mágica calle del barrio de Núñez. Un proyecto familiar, liderado por Bruno, Sandra e Ignacio, su hijo y sommelier, que tomó dos años en gestarse, con un proceso creativo marcado por la pasión, la paciencia y el respeto al desarrollo. La remodelación de una casona de 1929, que llevó un año completo, la transformó en un punto gastronomico moderno pero que respeta la estética clásica original del espacio.
Inicialmente concebido como una sala de catas y vinoteca, el proyecto evolucionó para convertirse en un bar de vinos, con la vinoteca abierta durante todo el día. Luego, para completar el microuniverso de Arcos, decidieron añadir una cafetería de especialidad durante el día, complementando así su propuesta.
El foco está en el vino, con un énfasis en promover a pequeños y medianos productores nacionales del mundo de la enología. Los dueños desarrollan un vínculo emocional con el producto y las historias detrás de él, transmitiendo esa conexión a sus clientes.
Veredear en Arcos, tanto de día como de noche, es como hacer un pequeño viaje por la ciudad. Su calle, con una arboleada y con arquitectura de época, irradia elegancia y tranquilidad. Mientras disfrutás. de una copa de vino, teenes la vista directa de una casa de 1925, de estilo Tudor inglés.
Ignacio cree que el veredear va más allá del vino, y se trata del encuentro que se genera con otro o con uno mismo en ese momento. “Uno de los conceptos con los que más nos gusta identificarnos es el de Club Social. Funcionamos como un punto de encuentro y, aunque suene cliché, como un generador de momentos. Nosotros brindamos el espacio, el cuidado, el servicio y el producto de calidad; los clientes aportan el resto, es decir, la energía, la vibra con la que nos sintonizamos”. Su propuesta es un espacio que ofrezca placer y distensión, donde se pueda disfrutar de una bonita conversación entre copas y bocados.
Pero qué es lo que lo convierte en un auténtico club social? La intimidad. Arcos envuelve a quienes pisan su mágico interior o su cautivadora vereda con una atmósfera que ofrece un sentido de pertenencia al cliente. Destacan la atención cálida y en los detalles, su decoración chic, el juego de luces tenues y las velas encendidas, su selección curada de vinos y sus platos sofisticados, que a la vez brindan una sensación de confort.
¿Cuál es la última novedad? En exclusiva con MALEVA nos compartieron que esta primera semana de octubre dan la bienvenida al público con su nuevo deck sobre la calle, rodeado de olivos traidos de Mendoza y plantas, invitando a disfrutar tanto de día como de noche con un café frío o una copa de vino, celebrando la primavera.
¿Un bonus? Los miércoles ofrecen un 50% de descuento en la segunda copa por persona, perfecto para invitar a esa persona que tenés en mente.
3) Diviiino Bar: copas, vinilos y amigos en el local que le faltaba al Bajo de San Isidro. / Juan Bautista de La Salle 437 – San Isidro
Diviiino lleva el acto de «veredear» en la sangre. Sus comienzos se remontan a 2021, cuando tres amigos – Mateo, Mauricio y Martín -, abrieron sus puertas en una vereda del barrio de Villa Crespo. Con el tiempo, se consolidaron en el mundo gastronómico porteño, destacándose por una fuerte impronta estética y clima espontaneo, convirtiéndose en uno de los bares de vinos favoritos de muchos.
Este año desembarcaron en nuevo territorio en Zona Norte: San Isidro, donde inauguraron un local moderno y de diseño en el El Bajo, que rápidamente se ha convertido en un punto de encuentro imprescindible. Ante la falta de propuestas descontracturadas y nocturnas que atraigan a un público más joven en la zona, vinieron a traer ese ingrediente, añadiendo riqueza al polo gastronomico sanisidrense.
La búsqueda de este local es poder experimentar Diviiino en un formato al aire libre, lejos del ruido citadino, con un aire renovado y fresco, cuentan los fundadores a MALEVA.
En Diviiino siempre hay algo que hacer, con propuestas que incluyen la intervención de talentos frescos y una constante reinvención de la oferta de planes . No es solo un bar, sino un espacio dinámico que siempre ofrece una excusa para ir con amigos. Con una programación fija, los martes y jueves son noches de vinos y vinilos: Los martes, suena House por Soffie Bueno, mientras que los jueves, Renzo sintoniza con un hip hop de tintes ochentosos.
La invitación de el placer inmersivo de ¨veredear¨ es claro: venir con amigos, escuchar buena música, pedir con una (o varias) copas de su amplia carta curada de vinos argentinos y acompáñarlas con ¨platitos¨ estilo ¨Street Food¨ elevados, que ya se han vuelto icónicos, como el pancho de viena con ketchup de kimchi y mayonesa de porotos fermentado, o las papas fritas con manteca trufada y parmesano.
¿Qué es lo próximo en la agenda? Este sábado 28 a partir de las 18hs se llevará a cabo el tercer ciclo del Pop Up «Deshabu», con sets de vinilos, arte en vivo, y diseñadores jovenes.
4) Vereda Adentro: un oasis hedonista y relajado donde la estrella son los vinos naturales. / 11 de Septiembre de 1888 – Núñez
La fuerza y creatividad de tres mujeres del universo gastronómico – Tania, Pamela y Lucía -, dieron vida a «Vereda Adentro», un bar en una esquina abierta de Núñez, cuyo protagonista estelar es el vino natural y biodinamico, que celebra el hedonismo, la pausa y la simpleza del buen vivir.
La atmósfera relajada y acogedora de la esquina ha cautivado al barrio, convirtiéndose en un refugio atemporal. La vereda, junto con la barra, son el epicentro de la experiencia, y el equipo se identifica con el verbo «veredear» como una representación íntima de su filosofía. El foco está puesto en ¨El poder sentarse y que estés cómodo, relajarse, disfrutar visualmente y así poder aislarse por un rato del tiempo, estar en un oasis es lo que buscamos y lo que sucede en nuestra esquina. Muchas veces nos dicen que es un bar de rancheo porque nadie quiere irse¨ , comenta Lucía.
Su vereda es un espacio abierto para todos, ya sea para solitarios, amigos o enamorados, quienes encuentran aquí el lugar perfecto para disfrutar de una copa de vino o un vermú artesanal acompañada de una pequeña pero multifacética carta de tapas elaboradas con ingredientes de estación y de pequeños productores nacionales. ¿Un plus? Los curiosos, aventureros o indecisos pueden probar su selección de vinos por copa antes de decidir.
Aquí, el vino natural va más allá del simple fermentado de uvas: cada copa tiene un origen único y trae consigo una narrativa, conectando de manera profunda con quien la disfruta. “Detrás de cada vino hay personas que trabajan a escala humana, respetando los tiempos y procesos naturales. Cada botella revela una sensibilidad única, con nuevos colores, aromas y sabores auténticos que nos emocionan, y eso es lo que vivimos y queremos expandir”, comenta Lucía a MALEVA.
Lejos de cualquier pretensión, generan una conexión recíproca, relajada e íntima con sus clientes. El servicio, junto a sus dueñas comparten su amor por el vino, transmitiendo su conocimiento a sus clientes, para que se vayan esa noche probando una nueva etiqueta o con un aprendizaje.
5) Casa Seis: cuando la vereda es una extensión natural. / Carta de autor por dos cocineros prestigiosos y vinos con todo un expertise detrás. / Guevara 495 – Chacarita
Casa Seis es una de las aperturas más novedosas en Chacarita: un local de 25 metros cuadrados, caracterizado por tonos azules y una pared de vinos con más de sesenta etiquetas que capturan la atención desde el primer momento.
Con una arquitectura minimalista y moderna, el espacio alberga una carta de autor con impronta personal diseñada por los chefs Julián Galende y Kenji Heanna, y con la sommelier Florencia Turdera aportando su expertise en vinos. Con platos desde su pan naan con miel especiada y ricota quemada con chutney de tomate o su mbejú con plata quemada, ofrecen un tapeo original, sabroso y óptimo para compartir.
Fidel, el dueño, define la experiencia en MALEVA como ¨Un menú con sabores que recuerden, un vino que te invite a disfrutar de una buena charla, una música que acompañe y un diseño del espacio que te abrace.¨
El concepto de «veredear» en Casa Seis se caracteriza por la particularidad de tener una vereda que se convierte en una extensión natural del local. La barra es una continuidad que comienza en el interior y se extiende hacia el exterior, creando una conexión fluida entre ambos espacios. Este diseño, acompañado de amplios ventanales y una entrada abierta, genera una atmósfera de espontaneidad, intimidad y cercanía. En ocasiones DJs invitados contribuyen a un ambiente relajado, invitando a los clientes a disfrutar del vino y la gastronomía al aire libre, sin apuros ni prisas, durante toda la noche.
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Fotos: son todas gentileza para prensa de los locales mencionados.