«Hacemos visible lo invisible»: entrevista a las creadoras de Cabinet Óseo / Cuando el cuerpo (y la biología) pueden ser una joya

Nos recibieron en su taller, su universo íntimo de creación, repleto de guiños a la ciencia y la biología/Las dos amigas – una diseñadora industrial y otra artista plástica – crean siempre inspiradas en la naturaleza/»Tenemos un pacto implícito: nos bancamos el capricho de la otra, nada puede ser tan grave si la otra tiene ganas de hacerlo».

Celina Saubidet y Marina Molinelli Wells se consideran también artesanas y amigas. 

«Hacemos visible lo invisible»: entrevista a las creadoras de Cabinet Óseo / Cuando el cuerpo (y la biología) pueden ser una joya. Por Candelaria Penido. Fotos: Marina González Mazza para MALEVA.

Marina Molinelli Wells y Celina Saubidet son la dupla creativa detrás de Cabinet Óseo; una diseñadora industrial y una artista plástica. Dos grandes amigas que se inspiran en la naturaleza al crear. Ambas, hijas de médicos, buscan mostrar aquello a lo que muchas veces, perdidos en la cotidianeidad, no le prestamos atención. Lo que en 2005 nació inocentemente como una colaboración, hoy es un mega proyecto que acaba de cerrar su imponente última muestra Memorias del Futuro en la Casa de la Cultura.

Una exposición en donde desafiaron sus formas de producción aliándose con otras instituciones como Fundación Kaleidos y Children Action; en donde la sustentabilidad dijo presente y la mirada estuvo puesta en la naturaleza – como suelen hacer en sus colecciones -, incorporando más al humano y no solo como un observador sino como ente activo y responsable. 

Pero, ¿quiénes son estas artistas que logran conquistar y despertar emociones con sus piezas artísticas; desde joyería —“arte potable”, como describe Marina—, hasta maxi esculturas?

Con MALEVA nos adentramos en el taller de Celina. Un espacio amplio, repleto de obras y ventanas que dan a las copas de los árboles y hablamos con las artistas en una charla llena de risas, caracoles y confidencias; mientras nos abrían la puerta a sus procesos creativos, intereses y objetivos. 

«Somos artesanas y el taller es nuestro lugar de confort. No es la computadora el espacio de prueba donde resolvemos las cosas que puedan ir surgiendo. Es al revés, lo hacemos poniendo las piezas en la mesa, tocando, probando, pegando…»

El comienzo de una gran aventura.

¿Cómo unieron sus caminos para darle nacimiento a Cabinet Óseo?

MMW: Todo comenzó con la muestra Ósea de Celi. Me convocó para hacer piezas de los huesos de una mano. Al terminar quisimos seguir trabajando juntas. Pensamos en hacer joyas — yo ya trabajaba con joyería —. Las primeras que hicimos fueron bajo el nombre de Joyería Ósea.

¿Cómo fue encarar ese proyecto?

MMW: Entre nosotras estuvo buenísimo. A la gente le costó más, decía qué lindo pero miraba con cara de asquito. La única que nos apoyó comercialmente fue Jessica Trosman. Ella vendió esa tanda de piezas en su local de Patio Bullrich. Después hubo otra persona que las llevó afuera a un Fashion Week y ahí las empezamos a vender en Nueva York. 

¿Cuándo fue el comienzo de su proyecto tal y como es hoy?

MMW: En 2013, en la tienda del Malba, sucedió nuestra presentación en sociedad. Nosotras ya teníamos diseñadas las colecciones Ósea, Corazón y Piel y decidimos hacer un evento a lo grande para mostrar nuestro trabajo de una forma integral. Es decir, estaban las joyas obvio, pero también hubo una performance y una instalación en la tienda. 

Sus exposiciones suelen alojar distintas expresiones artísticas. ¿Por qué, en ese primer momento decidieron presentar de esta forma su trabajo?

MMW: Así vivimos el arte. 

CS: Lo vemos como algo interdisciplinario, donde suceden muchas cosas a la vez. Somos muy de incluir gente, estamos rodeadas de personas muy talentosas con las que nos gusta trabajar.

Y hoy eligen seguir creando de esa manera.

CS: Sí, lo hacemos siempre así. Es una forma de mantener vivas las muestras.  

¿Cuándo Joyería Ósea se convirtió en Cabinet Óseo?

MMW: A partir de ese 2013. Nos empezó a pasar que el nombre nos limitaba. Cabinet Óseo tiene que ver con los Cabinet de Curiosités. Antes de que existan los museos, los señores pudientes viajaban, recolectaban cosas y al volver armaban una suerte de instalación en sus casas donde mostraban los objetos desconocidos que habían traído. 

CS: Este nombre nos permite movernos en un territorio muy amplio. Nos daba la posibilidad de hacer cualquier cosa.

«Creo que nunca no nos subimos al entusiasmo de la otra. Cuando una se pone firme, confiamos mucho en que esa firmeza tiene un sentido. Algo oculto que después va a quedar bien…»

Trabajo en equipo, entusiasmo y algún que otro capricho.

¿Cómo es el trabajo en dupla creativa?

CS: Espontáneo. A veces es como si las ideas cayeran del cielo y nosotras activamos luego.

MMW: No somos personas muy ordenadas. Cuando hay un tema que nos convoca nos empezamos a contagiar. Además, no solo es en dupla, sino que trabajamos en equipo, somos cinco. Celi, yo, la joyera Victoria De La Peña, y en escultura Hugo y Alexis. Trabajamos juntos hace tantos años que Cabinet Óseo es algo que nos excede a nosotras dos. Cobró una identidad propia.

Pero al ver sus creaciones, no da la sensación de que fueran creadas por personas diferentes, con estudios y trayectorias diferentes. 

MMW: Muchas veces nos preguntan cómo dividimos el trabajo. Quién hace qué cosa. Pero es algo mucho más confuso, no hay divisiones ni categorías pre establecidas. 

CS: Nada más lejos. A ver, ella está en el taller de joyería y yo acá. Pero hay una ida y vuelta constante. Yo voy los lunes y los jueves para allá pero no me pongo a soldar cadenitas sino, que esa es la instancia en donde damos lugar a la creación del original de todo. 

¿Cómo es ese embarcarse en un proceso creativo de a dos?

MMW: No es ni muy programado, ni lineal, ni explicable. A una se le ocurre una idea y la presenta. 

CS: Creo que nunca no nos subimos al entusiasmo de la otra. Cuando una se pone firme, confiamos mucho en que esa firmeza tiene un sentido. Algo oculto que después va a quedar bien. 

MMW: Además, con Celi tenemos un pacto implícito: nos bancamos el capricho de la otra. Nada puede ser tan grave si la otra tiene ganas de hacerlo. 

¿Algún capricho que nos quieran compartir?

MMW: Celi estaba muy entusiasmada con la idea de trabajar con latas recicladas. Entonces para esta última muestra, trabajamos con 4000 latas, creando dos piezas: los Cochayuyos y los Líquenes. 

La magia de la prueba y error.

¿Cómo crean sus piezas?

CS: Somos artesanas y el taller es nuestro lugar de confort. No es la computadora el espacio de prueba donde resolvemos las cosas que puedan ir surgiendo. Es al revés, lo hacemos poniendo las piezas en la mesa, tocando, probando, pegando.  

Pasar la mirada por el taller es descubrir esas pequeñas muestras, ensayos y errores. Ya que este está repleto de objetos. “Es lo que tiene el taller —nos confió Celina mientras esparcía una caja de caracoles sobre la mesa buscando unos corales que Marina necesitaba llevar al taller de joyería—, es el universo más íntimo de nuestra creación.”

¿Es decir que la experimentación constante podría funcionar como su leitmotiv?

MMW: Exactamente. Así por ejemplo, surgieron unos candelabros espectaculares para Memorias del futuro. Estábamos armando la exposición y no sabíamos cómo iluminar una obra sobre una chimenea. La respuesta fue velas, pero no teníamos candelabros. 

En eso, la artista tomó uno de los caracoles de la mesa, nos sonrió y agregó “terminamos armando uno con un caracol como este que está acá y una vertebrita que teníamos por ahí. Con la pistolita de collage empezamos a probar y pegar elementos.”

CS: Terminó siendo una pieza espectacular que ahora estamos fabricando para un restaurante. 

¿Puede que la magia justamente suceda en esa ida y vuelta?

CS: Muchas veces sí. Hay miles de moldes intermedios. Tenemos una caja de cosas que no sirven y que luego se convierten en otra cosa. 

MMW: Hay algo muy lúdico en nuestro quehacer. Muchas veces es el camino el que nos va llevando hacia donde está puesto nuestro deseo. 

¿Existe un objetivo detrás?

CS: Sí siempre y también nos dejamos llevar mucho por una suerte de buena estrella que creemos o deseamos tener. 

MMW: Que afirmamos tener. 

CS: Decretamos tener—dice riendo y mirando a su compañera—. Una buena estrella que nos guía y confirma que vamos por donde tenemos que ir. Pero siempre están nuestras ideas detrás. 

«La inspiración en lo imperfecto o perfecto de la naturaleza es un gran paraguas. Encontramos belleza en lo cotidiano…»

Compartir pasiones, intereses y objetivos.

Su trabajo tiene una impronta inconfundible, ¿cómo definirían su lenguaje artístico? 

MMW: La inspiración en lo imperfecto o perfecto de la naturaleza es un gran paraguas. Encontramos belleza en lo cotidiano.

CS: Nuestro universo creo se relaciona con una frase de Antoine Saint-Exupéry “volver visible lo invisible”. No solamente amplificar elementos en el microscopio. Si no, poner bajo el foco lo que está a simple vista y no se le presta atención. El sorprenderse con cosas chiquitas. 

¿Y su obra?

MMW: Nuestra obra es para entender desde lo emocional.

CS: También se nutre de otros rubros. Tenemos muchas referencias de la biología y la ciencia, usamos materiales de la odontología para hacer moldes o sino mecanismos de la joyería para hacer escultura o de la escultura para hacer joyería. Es como que todo está en todo.

MMW: Es así que nuestras colecciones se siguen actualizando. Todo convive al mismo tiempo en el mismo lugar y encima crece.  

Si hay algo que me gustaría preguntarles para cerrar esta charla es ¿cómo es su vínculo?

MMW: Muy orgánico, muy fácil, nunca una pelea. Somos dos personas que hacen lo que aman en su propio espacio mientras nos divertimos. 

CS: Somos dos apasionadas por nuestro trabajo, por lo que hacemos. Nos mueve, a ambas el placer de crear y no el de ganar dinero. Y al mismo tiempo creo que nos complementamos un montón. Nos respetamos en nuestras diferencias.

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