Guadalupe Marin es una mujer detallista, incisiva y profunda a la cual no se le escapa ningún detalle. A primera vista parece tímida, sin embargo, una charla con ella puede durar horas (con muchas tazas de café y trufas de chocolate de por medio). Es una artista plural que transita por diversos medios y que hoy presenta una muestra de pinturas, llamada Pulsión, donde revela su mundo más íntimo y su historia personal.
¿Qué buscas expresar a través de tu arte?
En principio busco utilizar mi arte como un lenguaje que me ayude a relatar algo que me sucede o me interesa contar. Eso que expreso está influenciado por un momento específico y por lo que me sucede a mí personalmente. Con cada cuadro sucede algo único, por eso también depende de lo que me genera la obra a medida que la voy desarrollando y comienza a develarse ante mis ojos.
«Dibujar es una práctica sencilla y accesible por lo que cualquier persona puede hacerlo en cualquier momento de la vida, no hay que saber» .
Sos una artista bastante heterogénea que transita por distintos medios. ¿Te considerás pintora, dibujante o ambas? Creo que está todo junto, en mi caso la construcción de la pintura está totalmente ligada con el dibujo y también con la escultura, aunque no está presente en esta muestra. Me cuesta separar una cosa de la otra. Comencé a dibujar de muy chica, fue lo primero que hice y donde desarrollé mis aptitudes, porque es una práctica sencilla y accesible por lo que cualquier persona puede hacerlo en cualquier momento de la vida, no hay que saber. Pasaste tu infancia en México, ¿cuánto hay de eso en tu obra y de qué manera se puede percibir? La identidad y las raíces de uno siempre se traducen en lo que hacemos, ya sea artístico o no. Mi relación con México tiene peso en mi vida cotidiana y en todo lo hago, porque allí recibí mi formación básica. Tuve el privilegio de ir a una escuela en Cuernavaca que en ese momento era única porque les otorgaba a los chicos mucha libertad para poder desarrollarse. Se le daba importancia al arte, a la ciencia y se generaban muchos métodos de enseñanza original. Además había una gran diversidad social y cultural que nos demostraba que todos podíamos tener las mismas oportunidades y que nadie nace sabiendo. Allí recibí herramientas para relacionarme con el mundo de una forma única y particular. Aprendí que no tenía que formarme de manera tradicional, sino que podía romper con esas formas.
Por la carrera de tu marido (Leonardo Sbaraglia) tenés un contacto permanente con el cine y el teatro. ¿Hay algo de ese mundo que te inspire a la hora de trabajar? Mi relación con ese universo es anterior a Leo porque ya desde chica en mi familia se iba mucho al teatro y al cine. Mi abuelo, el padre de mi padre, había sido el dueño de los cines de Mar del Plata, así que imaginate que estaba muy presente en la vida de todos. En términos generales pienso que por mi pasado y mi presente ese universo siempre va a nutrir mi vida y por consecuencia a mi trabajo que está íntimamente ligado.Esta muestra es muy autobiográfica. ¿Qué te llevó a incluir a tu familia, tu círculo íntimo, en tus obras? No siempre es así, pero como te decía tiene que ver con el relato que quiero contar en un tiempo determinado y dado que estoy pasando por un momento particular en mi vida, decidí que quería mostrarle mi intimidad al mundo y no guardármelo como en otros casos. Por otro lado cuando lo que se expone está en otro estadio, no tan autobiográfico, aun así hay una relación íntima, porque tiendo a retratar a gente que conozco de manera directa y por eso siempre hay una relación de familiaridad.
«Mi relación con el universo del cine es anterior a Leo (Sbaraglia, su marido). Mi abuelo había sido el dueño de los cines de mar del Plata, así que estaba muy presente en la vida de todos».
¿Entonces cuánto hay de vos en estas pinturas? Mucho, porque pienso que siempre queda algo de uno en todo lo que hacemos. Yo soy mi única referencia y creo cosas a partir de lo que observo, que puede ser totalmente diferente a lo que mira otro. Solamente puedo producir o reproducir lo que me es observable. Cuando retrato a alguien es porque me atrae o seduce de alguna forma y porque representa algo que quiero narrar. Esa atracción no tiene que ver con una cuestión física, sino que pasa por otro lado más profundo. El encantamiento físico recién sucede cuando nos sentamos a trabajar y nos enfrentamos. Allí todo puede cautivarme, desde una mirada hasta el brillo del pelo de mi modelo.
¿Cómo es tu proceso de trabajo? Trabajo a partir de modelo vivo y de la necesidad de capturar eso que tanto me atrajo. Entonces tengo que convencer a la persona a someterse a una observación profunda e íntima, porque lleva muchas horas y nunca es fácil. Comienzo dibujando ya que esa es la estructura que permite que luego el óleo funcione aunque lo cubra en su totalidad. La fotografía solo la utilizo para que la persona pueda ubicarse cuando vuelve, pero no me sale trabajar a partir de eso, porque me gusta que el otro esté presente. Solo cuando tengo mucha confianza con alguien, por ejemplo mi hija, puedo trabajar a partir de mi memoria porque el conocimiento es muy profundo.
«Cuando retrato a alguien es porque me atrae o seduce de alguna forma y porque representa algo que quiero narrar. Esa atracción no tiene que ver con una cuestión física, sino que pasa por otro lado más profundo».
¿Cuál es la reacción de la gente ante su obra? Distinta en cada caso, pero siempre contundente. A algunos les gusta mucho y a otros que no les gusta lo que ven, les cuesta mirarse. Los chicos siempre se copan porque tienen una relación de mayor libertad consigo mismos, no se juzgan como los adultos porque no tienen conflictos. Haz hecho varios videos a lo largo de tu carrera. ¿Qué buscas representar a través de ellos? Siempre que hice videos fue por situaciones específicas. El primero fue para un grupo de bailarines argentinos, alemanes y croatas que querían incluirlo en su show, después trabajé para canal Encuentro y con Isol, una ilustradora muy reconocida de nuestro país. Entonces comprendí que el video puede ser un soporte más de creación. Trabajo con collage, impresiones y fotografías, de manera artesanal, por lo que no es solo una filmación. Algún día me gustaría hacer una muestra mostrando el proceso detrás de un video porque es fascinante. 
Por último quiero saber de qué manera pensás que se puede acercar el arte a más gente, sacándole el estigma de ser elitista y snob. Debe partir de la formación, en las escuelas por ejemplo, para acercar a los chicos desde temprana edad. Si hay una buena base la consecuencia final va a ser una relación más estrecha con el arte para usar como lenguaje propio pero también como estructura cultural y social. Los museos y galerías, por más que sean espacios privados, también tienen la obligación de abrir sus puertas e invitar a formar parte y educar, porque la cultura es de todos. Los espacios, las instituciones y los gobiernos deben unirse más para generar un cambio. Vivimos en un país plagado de talento y hay que saber aprovecharlo. “Pulsión” puede verse en ELSI DEL RIO Arte Contemporáneo (Humboldt 1510, Palermo Hollywood) hasta el 5 de junio, de martes a viernes de 14 a 20hs y los sábados de 11 a 15hs
