Del marketing digital a fundar un vivero que es pura creatividad y diseño
Para Sofía Ferreira Lima emprender su propio negocio fue una necesidad. Después de trabajar ocho años en marketing digital, siempre con redes sociales, sentía que esas nueve horas diarias adentro de una oficina, en un entorno cerrado y sin movimiento, no le permitían explotar su creatividad.
“Tenía un montón de energía estancada adentro mío. Salía del trabajo muy hiperactiva ─cuenta ahora en la vereda de Pötit, su vivero, después de acomodar bolsas de tierra que trajeron tres hombres en un camión─. En un momento me empecé a sentir encerrada y me frustré. Ganaba bien y hacía un trabajo que no me desagradaba, pero que tampoco llenaba mis expectativas”.
Pötit no es un vivero tradicional. En el local, Sofía y su equipo ofrecen un servicio: jardinería in situ que combina plantas y diseño. “Los clientes se llevan todo el producto armado, eso nos caracteriza. No sólo podés venir a comprar una planta o una maceta, sino que también a buscar un regalo o un objeto de decoración para tu casa. Es un vivero que ofrece un servicio de jardinería y diseño, porque los clientes nos traen fotos y medidas para que los ayudemos. Vienen, eligen y se van con todo solucionado”, explica Sofía.
Al principio, Pötit sí fue pensando como un vivero común, pero eso cambió rápido, cuando los clientes empezaron a llevar plantas y macetas para que ellos las armaran. “Ahí nació Pötit realmente”, dice Sofía.
¿Cómo surgió la idea?
Mi hermano estaba en una situación similar a la mía. Un día, hace tres años, estábamos caminando, viendo qué hacer juntos y pasamos por un vivero. Nos miramos y dijimos: “Por qué no”. Nuestra propuesta inicial fue un vivero más estándar. El primer impulso fue pensar lo lindo que sería trabajar con plantas. Instintivamente vino mi segundo impulso: ver cómo unificarlo con el diseño. A uno le tiene que gustar de verdad lo que va a emprender. Por eso elegí un vivero, porque tengo una relación fuerte con las plantas. Desde que empecé a hacer regalos, a esa edad en la que ya tenés tu plata, siempre elegí comprar plantas. Lo mismo para mí, cuando estaba mal o necesitaba algo. Generé un vínculo muy fuerte con ellas. A mí hermano también le encantan y creo que eso nos unió. Fue lo que nos empujó a animarnos.
¿Por qué eligieron Palermo?
El lugar donde está Pötit (Honduras 5877) es súper emblemático para nosotros porque vivíamos a cuatro cuadras. Soy fanática de Palermo Viejo, sobre todo del lado que todavía es residencial, que tiene mística, más para quien vivió toda su vida ahí, cuando sólo había talleres mecánicos. De hecho, Pötit era un taller mecánico.
¿Cómo es la experiencia que les ofrece Pötit a sus clientes?
Tenemos un equipo que se forma continuamente para atenderlos. Acá se pueden tomar su tiempo para elegir. Hay personas que vienen muy perdidas y nuestra idea es que se lleven algo que les dure. Además, quienes trabajan en Pötit tienen un ojo muy estético que facilita todo lo relacionado con el diseño. Una gran parte de nuestro esfuerzo esta puesto en esa vocación de servicio para asistir. Nos llevamos muy bien con nuestros clientes y trabajamos mucho con las redes sociales. Hay un servicio post-compra donde nos consultan todo y nosotros respondemos dentro de las posibilidades que nos brinda el tiempo.
¿Qué es lo más satisfactorio de trabajar en Pötit?
Armar un equipo y que cada vez podamos ser más personas trabajando. Me da mucha satisfacción cuando contrato a alguien, poder compartir con otros algo que nació en una charla con mi hermano y que no sabíamos si lo íbamos a poder bancar. También poder opinar más fuerte sobre qué queremos hacer y trabajar en nuestra imagen.
¿Cómo se manejan con la venta online?
La mayor parte de nuestro público nos conoció a través de las redes sociales. A pesar de eso, la gran mayoría todavía viene a comprar al local. Por un lado, Tienda Nube es un golazo, tiene poco costo mensual, está abierto las 24 horas y la interface es muy fácil de usar. Pero es un desafío porque todavía no pudimos transformar el servicio que brindamos dentro del local y enviarlo. Sí vendemos macetas más chicas y fáciles de trasladar, con instructivos y la charla post-venta.
¿Qué significa para vos ser emprendedora?
No se trata sólo de abrir un negocio, sino también de creer mucho en eso que estás haciendo, que está bueno, que es diferente, que funciona, que sirve. Te tiene que dar satisfacción plena. Para mí, es clave que se haga a pulmón, vivir todo ese proceso. Requiere de mucho rigor con uno mismo. Hay que pensar todo el tiempo cosas nuevas para hacer. Cuando creés en lo que estás haciendo le das para adelante ante las situaciones de mierda que pueden surgir. Emprender tiene que ver con eso.
¿Qué consejos le darías a alguien que quiere comprar una planta?
No sé por qué están tan inmersos en nuestra sociedad, pero los términos planta de interior y planta de exterior no son realmente así. Lo primero que hicimos fue romper con este criterio y empezar a ahondar mucho más en cómo es el espacio, interior o exterior. Por eso pedimos que nos expliquen bien a dónde va ir la planta.
Más allá del cuidado, ¿qué aconsejás para decorar un espacio con plantas?
Hay que tener en cuenta el tamaño de la planta y saber cuánto va a crecer. Desde el costado más estético tiene que haber un criterio básico para ver el espacio que va a ocupar la planta y la línea estética que querés seguir en tu casa.
¿Cuál es la tendencia ahora?
A nivel plantístico hay una vuelta a los ochentas tremenda. Se están usando plantas muy, muy grandes en el interior, las mismas que se ven en series y películas de esa época. Por ejemplo, Alocasias, Monsteras y Ficus Pandurata, que tenemos en lista de espera y es súper difícil de conseguir. Por otro lado, hay una tendencia muy fuerte hacia el estilo nórdico, la vuelta a los materiales nobles. Ahora la gente tiende a decorar con colores súper neutros, mucho blanco y protagonismo a las plantas.
¿Qué proyectos tenés?
Estamos empezando a probar diseños de macetas propios, algo que al principio no podíamos hacer porque requiere de una inversión. Ya tenemos el primero y queremos aumentar la paleta de colores. También queremos tener un área de taller, en el cual podamos pintar macetas a pedido y trabajar con hierro. Me gustaría tener un equipo más dedicado a la rama artística. Y, sobre todo, seguir creciendo.
