El excepcional artista británico – hindú sacude al museo de La Boca con una exhibición – «Surge» – que no deja indiferente a nadie/Preguntas sobre el vacío, la agresividad y nuestra auto percepción/Desde un cañón que dispara balas de cera color sangre hasta el poder transformador del color/Hasta el 1 de marzo
Este cañón dispara, ocho veces por día, balas de cera color sangre
Recorrí la perturbadora (pero recontra interesante) muestra de Anish Kapoor en Proa y estas son las obras que más me impactaron. Por Azul Zorraquin (texto y fotos)
El excepcional artista británico-hindú presenta, desde noviembre, “Surge”, en Proa. La muestra es imperdible y termina pronto (el primero de marzo); abarca obras emblemáticas del escultor distinguido por varios premios, entre ellos el Turner. En Argentina, hace un par de años, expuso su obra en el Parque de la Memoria.
Existencialista por naturaleza, Kapoor se cuestiona la percepción y las formas. Juega con dualidades opuestas como la presencia y la ausencia, la oscuridad y la luz, la materialidad e inmaterialidad; “mi cuerpo, mis brazos, mis piernas, mi pecho… este soy yo. Pero no soy yo. Si cierro los ojos, hay otro yo, mucho, mucho, mucho más grande”, explica. Para él, la vida rebalsa de preguntas filosóficas.
Una de las cuestiones más interesantes, es que su obra es universal. Genera experiencias significativas y compartidas, indistintas al origen del espectador. El vacío, el origen, la gestación y los portaobjetos son algunas artistas claves para entender la misteriosa obra del artista.
MALEVA recorrió la exhibición, a continuación, las obras que más nos impactaron.
1) DRAGÓN: IMAGINAR (CÓMO ÚNICA ALTERNATIVA) MEDIANTE EL COLOR
Esta instalación constituye un paisaje misterioso que se compone de ocho piedras calizas de color azul intenso. Fueron extraídas de un río en China, y Kapoor las recubrió de pigmento vibrante. ¿Porqué? Para él, el color no “colorea”, sino que crea forma y modifica la percepción de la realidad física. ¿Acaso estas piedras provienen de otro tiempo y espacio? El artista toma un elemento natural, lo despoja de sus características y le aplica un color que no le es propio; de esta manera, potencia sus posibilidades simbólicas. Al espectador no le queda otra: debe imaginar.
2) DISPARANDO EN LA ESQUINA II: POR AFANO ES LA OBRA MÁS IMPACTANTE DE LA MUESTRA
Esta obra es, por afano, la más impactante de la muestra. Un cañón dispara, ocho veces por día, balas de cera color rojo sangre, a una esquina. Es una performance que nos interpela y nos trae sensaciones de destrucción, violencia y agresividad. Al mismo tiempo, y paradójicamente, no podemos negar que hay una obra que se está gestando a partir de cada disparo: una configuración nueva e inesperada. Así, la destrucción y construcción se encuentran y se amalgaman. Y además, la cera es un elemento transformable, que genera una obra dinámica y cambiante.
3) DOBLE VÉRTIGO: UN ESPEJO QUE CUESTIONA LA MANERA EN QUE NOS PERCIBIMOS
En esta obra, una de sus más populares, Kapoor toma unas placas de acero inoxidable pulido como material y juega con sus curvaturas. Es un espejo que no cumple su función; en vez de devolvernos imágenes reales, nos distorsiona y cuestiona la manera de percibirnos. ¿Sensaciones? Incomodidad y expulsión. El movimiento de reflejos nos expulsa e incluso puede marearnos. Esta obra se conecta con un concepto que atraviesa gran parte de su obra: el de la inmaterialidad. Para Kapoor, todo objeto o materia tiene una dimensión inmaterial; incluso nosotros. El reflejo sólo se activa en nuestra presencia y por ende, la participación del espectador se vuelve parte de la obra.
4) SVAYAMBHU: UNA OBRA CON SU PROPIO MOVIMIENTO Y DEVENIR
La obra más imponente de la muestra en términos de escala. La cera “rojo Kapoor” vuelve a ser la protagonista, pero en este caso no ligada a la violencia, sino que es usada como vehículo material. Un muro o bloque que, a diferencia del resto, se desplaza, y en ese movimiento, va modelándose y dejando su huella. Las columnas, en su paso, se llenan de cera y el espacio se transforma. El título de la obra, “Svayambhu”, remite a una palabra en sánscrito que significa autogenerado o autogestionado; una instalación que se genera a sí misma. Lo más interesante de este concepto es que, una vez montada, la obra tiene sus propios mecanismos, su propio movimiento y devenir, independientes del artista. Se relaciona con el origen y la transformación, dos temas recurrentes en Kapoor.
5) «EL ORIGEN DEL MUNDO» Y «CUANDO ESTOY GESTANDO»: OBRAS OPUESTAS Y COMPLEMENTARIAS A LA VEZ (¿QUÉ SIGNIFICA EL VACÍO?)
Son obras opuestas y complementarias a la vez, y ambas forman parte de la investigación acerca del concepto del vacío, no como ausencia sino como potencia generativa. Kapoor materializa esta idea tan abstracta de lo que antecede a la existencia. Además, evoca objetos inacabados o parciales. En términos cromáticos, El Origen es el extremo de la oscuridad y Cuando Estoy Gestando, la luz más intensa. Ambas obras dialogan y se perciben de manera diferente según el punto de vista, e incluso la oscuridad no es negra sino azul profundo. La presencia y la ausencia. La inmaterialidad y su carga simbólica. La trascendencia.
Nuestra cronista Azul Zorraquin, frente a los espejos de «Doble Vértigo»
Para quien logre bucear en las aguas turbulentas de sus ideas abstractas, la obra de Anish Kapoor resulta un portal que nos lleva a una realidad trascendental. Imperdible.