Locaciones de clima descontracturado y a la vez, exclusivas. Propuestas gastronómicas bien trabajadas y obsesión vitivinícola. Dentro del abanico de opciones que ofrece Cookapp para comer en la casa de los chefs, MALEVA seleccionó a aquellos espacios y chefs (o sommeliers) que eligen honrar una buena comida con el mejor vino, y que plantean maridajes para cada uno de sus pasos o que presentan cartas de vino notables. Tomen nota fans del vino.
La propuesta de Alejandro en esta casona moderna de Palermo es cocina de estación, fresca y contemporánea. “Buscamos la creatividad en lo sencillo con influencias de diferentes puntos del planeta y en nuestra carta hay etiquetas destacadas como un Felipe Rutini 2002, Rutini Apartado, Angelica Zapata y Saint Felicien Cabernet Merlot”, le contó Ale a MALEVA.
El menú es de pasos. Ale explicó: “el primer paso es una degustación de frituras que va con un Trumpeter Chardonnay. Después servimos tagliatelles de cacao con mix de hojas verdes, queso philadephia y crutones de oliva (Sirop de Teriyaki) que marida muy bien con un Nicasia Blend, seguido de un asado braseado con papas rústicas con huevo poche que maridamos con un Rutini Apartado. De postre, nuestro parfait de oreo lo maridamos con un Saint Felicien Brut Nature.” El espacio de Alejandro es para vivir una experiencia multisensorial y se define como “club house artístico”: no solo se puede ir a disfrutar de su menú de pasos maridado con los vinos mencionados, sino que también hay fiestas silenciosas con auriculares inalámbricos que reproducen distintos tipos de música, proyecciones de cine y una terraza con una barra de tragos donde se hacen fiestas.
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En lo de Can y Ariel reina una atmósfera norteña y casera. La propuesta de su cocina es de madres y abuelas, con influencia de muchas recetas regionales y de costumbres argentinas, como el asado y el panqueque de dulce de leche. Él es un gran asador y ella es sommelier, por eso, en su espacio el maridaje de vinos y platos es una pieza clave que no deja ni un detalle librado al azar. Can contó a MALEVA: “nuestro menú es de cinco pasos, y cada uno se marida con un vino diferente. Tenemos blancos como el torrontés para acompañar las entradas, sobretodo la humita a la olla y un chardonnay de Altosur, de Finca Sophenia, para el huevo nido.” Ella resaltó la importancia de maridar platos regionales con vinos de la misma región, como en el caso de la humita a la olla con queso, donde explicó: “en el caso de la humita, con el torrontés, que es nuestra variedad emblemática de la Argentina (en blancos), se genera algo espectacular. La humita es dulce y picante por el ají molido, y el torrontés enjuaga lo picante de la humita y realza el sabor más dulce.” Para el plato principal, que es bife de chorizo, aconseja un Colomé Malbec de Salta o una opción “más arriesgada”: un Petit Verdot Reserva de Fond de Cave. Para el momento del postre se sirve el destacado panqueque de dulce de leche, y Can agregó: “con el panqueque queda muy bien un cosecha tardía San Felipe, con muchas notas a damasco y naranja confitada, es exquisito. El vino se vuelve fresco y en la boca queda el sabor de dulce de leche combinado con naranjas, baja el tenor de azúcar, no lo potencia.”
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Nico y Andrea, amigos de la secundaria, se juntaron para trabajar juntos después de haber atravesado distintos recorridos y etapas en la gastronomía. Ellos proponen una experiencia multisensorial, que tiene que ver con la iluminación del espacio, la decoración, la música, y por supuesto, los vinos. Trabajan con Finca La Colonia, de la Bodega Norton, y cada paso se marida con una cepa distinta: para el primer paso, que es un lenguado a la manteca de lima con puré de arvejas y mix de frutas asadas, se sirve una copa de Chardonnay. El segundo paso es un plato de agnolottis de queso ahumado y almendras con crema de albahaca y chutney de tomates que se marida con Malbec, y el tercero, un pastel de cordero braseado con puré de papas especiadas y crocante de masa philo, con el sabor más intenso del Cabernet. De postre, ofrecen una degustación de trufas artesanales.
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Paco cocina en una casona ubicada en una esquina tipo colonial de Villa del Parque. Su propuesta es un sofisticado menú de pasos y, si bien él ofrece la opción de maridaje aparte del menú, tiene una carta de vinos muy completa. Entre las etiquetas más destacadas hay un Lagarde Primeras Viñas Malbec, un Felino Chardonnay y su pasión por el vino lo llevó a caminar por viñedos de Salta, Mendoza, Ribera del Duero, Navarra, La rioja, Priorat y Montalcino descubriendo así el amplio e interminable mundo de la vid.
Los platos del menú son: carpaccio de trucha, alcauciles, pera, almendras, rúcula y vinagreta de frambuesas, un segundo paso que es una crema de espárragos con huevo de campo poché, jamón crudo, croutons y sardo. Después un lenguado noisette con emulsión de porotos aduki, panceta y gírgolas o un cordero en dos cocciones al malbec con puré de zanahoras y remolacha y de postre un dacquoise tibio de coco y avellanas, chocolate fundido y helado.
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Martín es cocinero y sommelier y cocina, junto con su esposa, en su hogar de Palermo viejo. Hay una mesa comunal para ocho personas, donde se ofrece un menú de pasos. La opción de maridaje es aparte e incluye cinco vinos. Si no, hay una carta con cuarenta etiquetas. Martín trabajó para hoteles en Dubai, las Islas Maldivas, Singapur, Estados Unidos y Colombia, y se formó en la Court of Masters Sommeliers de Estados Unidos y en la Escuela del Gato Dumas, en Argentina. De todas formas, él asegura haberse formado trabajando por los distintos lugares del mundo, mucho más que dentro de un aula. Entre los platos de su menú de pasos, se destacan las gyozas de cerdo con queso azul, los tortellini de carne, bouillon de lavanda, bouches de remolacha y orégano, y el panna cota de chocolate blanco y almendras, coulis de frutillas y torrontés con cantucci de chocolate.
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fotos: gentileza Cookapp