El shock de volver a N.Y es grande


Hasta el agua de las bocas de incendio se congela
 
El shock de volver a N.Y es grande
Por Conz Preti
Volver a la rutina me está costando más de lo común.
Fui a Buenos Aires a renovar la visa, a visitar a la familia y pasar un poco de tiempo al sol. Fueron 20 días en los que me tomé todo con demasiada calma. El schok de volver luego de tanto tiempo es grande, hay que ponerse al día con los amigos, los familiares quieren toda la atención, la dinámica de la ciudad es distinta. El tiempo pasó volando y así como llegue, me tuve que volver.
Pasé de 45 grados y cortes de luz a -18 de sensación térmica y veredas resbaladizas.
New York está atrapada en una ola de frío polar que azota a prácticamente todo el país. La calefacción no da abasto por la noche y uno se encuentra tiritando y enroscándose en más mantas. Salir a la calla a la mañana es toda una lucha. Mis mejores amigas en este momento son las calzas térmicas que me acompañan debajo de mis jeans y debajo del piyama desde el martes (¡menos mal que compre varios pares cuando me mude en el 2010!).
Se espera que nos golpee una gran tormenta de nieve. Por un lado estoy como una nena chiquita esperando jugar a guerra de bolas de nieve. Por otro lado soy como un oso que se quiere meter a hibernar y no tener que salir de casa hasta que la temperatura llegue a los – mínimo – 20 grados centígrados.
Mientras esperamos la nieve nos tenemos que conformar con ver bocas de incendio cubiertas de agua congelada, perritos con tapados que tiemblan mientras levantan la patita y su pis se convierte en hielo apenas toca el piso y gente tapada hasta los ojos temiendo el tan advertido ‘frost bite’.