Celina Pla es la directora de Espacio Pla que abrió sus puertas en el año 2015 (Malabia 1841, frente a Plaza Armenia) con el propósito de homenajear la obra del fallecido artista plástico, Eduardo Pla, precursor del arte tecnológico en nuestro país. Por medio de la gestión y un vínculo cercano tanto con el público como con los artistas, Celina busca transformar el concepto original del proyecto, consagrándose también como galería emergente dedicada por completo a los nuevos medios y con la firme intención de generar un espacio vivo y multidisciplinario. Y si bien el arte no siempre fue lo suyo, asegura que su tío la preparó para el desafío que asumió hace casi dos años con compromiso, determinada a formar un circuito y lugar en el mercado local para estas nuevas corriente. Por lo pronto, Espacio Pla tiene suficientes méritos para que sea nuestra Galería del Mes.
¿Cuál es la historia de Espacio Pla y cuando se gesta?
Surge a partir de la muerte de Eduardo. Fue entonces cuando nos pusimos en contacto con toda su producción y nos dimos cuenta de la enorme cantidad de obras que había. Decidimos aprovechar este lugar que había sido su taller y lo transformamos en un lugar para homenajearlo y seguir mostrando al público su cuarenta años de carrera. Primero se pensó como museo, pero a partir de que tomé la gestión, empecé a transformarlo en un espacio vivo donde podían suceder otras cosas, desde cursos, talleres, charlas y muestras. También comencé a entrar en contacto con artistas tecnológicos contemporáneos y es a partir de ahí que sucede el giro en cuanto al concepto de Espacio Pla. En ese momento instituciones como Fundación Telefónica, que hasta entonces se ocupaban de estas formas de arte, al tener un cambio en su dirección, ya no estaban tan dedicadas y por eso entendí que había una oportunidad y un vacío que ocupar para albergar a estos artistas que de alguna manera habían quedado despojados.
«La galería surge a partir de la muerte de Eduardo (Pla). Fue entonces cuando nos pusimos en contacto con toda su producción y nos dimos cuenta de la enorme cantidad de obras que había. Decidimos aprovechar este lugar que había sido su taller y lo transformamos en un lugar para homenajearlo y seguir mostrando al público su cuarenta años de carrera.»
¿Cómo afrontaste el desafío de meterte en el mundo del arte teniendo en cuenta que venías de la publicidad?
Yo era directora de cuentas, por lo tanto muchas de las aptitudes en cuanto a dirección y gestión ya las manejaba. Venía con conocimientos laborales que entiendo son muy útiles para manejar este tipo de espacios. Todo lo que aprendí en cuanto al manejo de la comunicación, redes sociales, relación con sponsors es similar al trabajo que hacía con los clientes corporativos. Al mismo tiempo mi rol también requería una relación cercana con creativos y artistas. Intento capitalizar lo que hice en el pasado y generar herramientas que son esenciales para dirigir Espacio Pla. Aún así, la entrada al mundo del arte con todos sus desafíos y temores, como pasa con cualquier trabajo nuevo, es un camino que aún estoy transitando ya que este es un espacio nuevo dándose a conocer. El hecho de utilizar nuestro apellido abre muchas puertas pero también cierra otras. Eduardo siempre está presente pero yo también tengo que ver hasta donde lo utilizo en relación a los desafíos que se vienen, desde participación en ferias y sacar a los artistas al exterior. Muchos pensarán que esto es fácil, porque ya tenemos un legado, pero no siempre es así.
¿Cuando empezaste a pensarte como galería y espacio de difusión del arte tecnológico?
Fue a mediados de 2015 cuando aparece la oportunidad de aplicar a algunas ferias en las que lamentablemente no quedamos. Sin embargo eso me ayudó a darme cuenta que quería resolverles algunas cuestiones a los artistas con lo que estábamos trabajando, entendiendo que el fin de producir también es vender. El problema es que este tipo de arte todavía no está asentado dentro del mercado por lo tanto el desafío es doble. Antes de ingresar al mundo de las ferias tengo que transformar al arte tecnológico en un objeto valorado y deseable, generando luego un nuevo circuito y mercado de compra.
«El problema es que este tipo de arte todavía no está asentado dentro del mercado por lo tanto el desafío es doble. Antes de ingresar al mundo de las ferias tengo que transformar al arte tecnológico en un objeto valorado y deseable, generando luego un nuevo circuito y mercado de compra.»
¿En esos términos a que tipo de público apuntas?
Me desapego de la palabra coleccionista, yo busco compradores de obra. La venta es un camino muy largo que comienza con producir, por eso como gestora cultural me es fundamental tener producción de obra tecnológica. La mayor limitación de los artistas es que estas formas de arte son caras de generar, por los medios y dispositivos que utilizan. Por lo tanto primero tengo que pensar como van a hacer y luego como se va a vender. Salimos al mundo corporativo para conseguir financiamiento, a pesar de que no es un momento fácil por cuestiones políticas y económicas y porque las empresas aún no entienden que sacan a favor apoyando un espacio de arte y tecnología. Por eso estamos construyendo un proyecto sólido que les permita confiar en los artistas, sabiendo que tienen proyección de carrera.
¿Cuál es la relación entre el público y este tipo de arte?
No puedo generalizar, hay gente mayor que viene y tiene una relación muy orgánica, mientras que a veces encuentro barreras con gente joven que entiendo que debería sentirse más cómoda. Depende de cuan cerca están de la tecnología en general, si ya vieron una impresora 3D en funcionamiento o si probaron un Oculus. Buscamos generar arte en donde la tecnología este presente de manera invisible, eso nos ayuda a acercarnos a un público mayor por medio de obras no tan frías.
¿Cómo te relacionás con Internet y las redes sociales?
Son herramientas fundamentales. Hoy creo que la página web ya es vieja, mientras que las redes te permiten tener una relación con tu público, una devolución e interacción real, entendiendo donde están tus falencias y oportunidades gracias al diálogo. Así uno puede crecer y avanzar. Las redes sirven para la comunicación con los jóvenes y los interesados no en lo que fue sino en lo que viene.
«No puedo generalizar, hay gente mayor que viene y tiene una relación muy orgánica, mientras que a veces encuentro barreras con gente joven que entiendo que debería sentirse más cómoda. Depende de cuan cerca están de la tecnología en general, si ya vieron una impresora 3D en funcionamiento o si probaron un Oculus.»
¿Cómo es la relación con tus artistas?
El vínculo cambia al igual que el espacio, yo no me apropio de los artistas y no tengo exclusividad, sino que trabajo desde la gestión en sus carreras, es decir que apuesto a largo plazo. No busco crear un artista de moda, sino que creo en la construcción, promoviendo muestras en instituciones y museos, lo que logra que se valide el arte tecnológico. Manejamos una relación de mucho diálogo ya que los ellos necesitan ser gestionados. Intento resolverles sus obstáculos y necesidades sin adueñarme de nadie y por sobre todo generado confianza.
¿Qué hace a Espacio Pla un proyecto único?
Creo que nuestra ventaja es que hoy no hay otro espacio en Buenos Aires que trabaje específicamente nuevos medios. Por otro lado el hecho de tener un doble rol, como espacio cultural y galería, lo que permite que no estemos enfocados solamente en lo comercial, sino también produciendo actividades y contenido de todo tipo, lo que genera mucho movimiento.
Quizás al pensarte como espacio multidisciplinario tengas el secreto al éxito.
No lo sé, pero sí puedo decir que en agosto entraron 400 personas, lo que no quiere decir que nos vaya super bien, pero si que accedemos a un público más variado que el de una galería tradicional. Nosotros captamos público gracias a Eduardo, a las muestras, los cursos y las actividades gratuitas. También le damos mucha a importancia a la educación y el vínculo con las escuelas y universidades que impulsan nuevas carreras relacionadas con la tecnología y los nuevos medios. Les damos apoyo y profundización a los alumnos, armando contenido y trabajando con los profesores para proporcionar material que aún no se esta dando y de esta manera fomentar el crecimiento de estos chicos y que no se sientan desorientados.
«Mi concepto de no crear acuerdos con los artistas es algo que muy pocos aplican y quizás me termine saliendo en contra, ya que entiendo que podría perder vínculos con artistas a los cuales hoy les estoy impulsando la carrera, pero eso ya no depende de mí.»
¿Cuál es tu opinión sobre el mercado y el mundo del arte?
Creo que tengo una opinión apartada porque estoy haciendo un camino distinto al de la mayoría de las galerías, como ya hemos hablado, en parte porque creo que el modelo tradicional ya esta obsoleto. Mi concepto de no crear acuerdos con los artistas es algo que muy pocos aplican y quizás me termine saliendo en contra, ya que entiendo que podría perder vínculos con artistas a los cuales hoy les estoy impulsando la carrera, pero eso ya no depende de mí. Hoy no sólo tengo el foco puesto en vender, sino en generar, apostando a futuro y por eso quizás hoy no me va tan bien, pero el día de mañana sí. Estamos en un momento en donde prima lo inmediato y mi situación es todo lo contrario.
¿Qué implica continuar el legado Pla?
Es una gran responsabilidad. La primer pregunta que me hacía antes era «¿Qué habría hecho Eduardo?». Ya no me la hago más, porque entiendo estaría produciendo y no mirando hacia el pasado. Como encargada de su legado la primer instancia fue la de poner la obra en manos del público mientras que el desafío a futuro es el de transformar, ya sea generando vínculos entre su obra y la de los nuevo artistas o mostrando sus trabajos en relación a los nuevos dispositivos que hoy tenemos. Hay mucho para hacer.
