VINOS MUY JUGADOS: ¿CUÁLES SON LOS NUEVOS BLENDS MÁS OSADOS? / POR PANCHO BARREIRO

De la mano de los enólogos, llegan los blends no tradicionales o “mezclas extrañas de uvas”. Con la idea de desarrollar productos diferentes y poco convencionales, los consumidores se sumaron a esta tendencia de vinos inauditos y con mucho glam. ¿Jóvenes rebeldes o visionarios?
No se trata de esos peinados de los que hablaba Charly García en los 80, sino de una nueva tendencia en el mundo vitivinícola argentino: Los “blends extraños” copan cada vez más las vinotecas.
Pensados para curiosos que siempre buscan lo novedoso y distintivo, los enólogos se animan a producir vinos que rompen con los moldes y estilos clásicos. Primero fueron esas etiquetas llamativas y hoy apuestan al contenido de la botella.
En diálogo con MALEVA, cuatro enólogos cuentan en primera persona porqué desafían al mercado con estos cortes tan fuera de la común.

1) PADRILLOS TRIFECTA – ALEJANDRO KUSCHNAROFF, WINEMAKER ERNESTO CATENA VINEYARDS / BLEND DE TROCAI FRIULANO, CHENIN Y TORRONTÉS / UN JUEGO DE COMBINACIONES 

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Trifecta es un vino trivarietal hecho con un 40% de Tocai Friulano (de Agrelo, Mendoza), 40% de Chenin (de Rivadavia, Mendoza) y 20% de Torrontés (de Cafayate, Salta)”, cuenta Alejandro Kuschnaroff, Winemaker of Ernesto Catena Vineyards, quien además de las diferentes uvas le suma distintas zonas. La idea del Ingeniero Agrónomo fue rescatar esos varietales que a veces no están muy bien vistos o son un poco olvidados, sin contar al Torrontés, obviamente. “Si bien son varietales que se usan en cortes, no se los mencionan en las etiquetas. Y son vinos que a veces dan cosas muy interesantes, como creo que es el resultado del Trifecta”.
Al explicar su vino, Alejandro afirma que “el Tocai le da volumen, notas un poquito especiadas y algo de manzana”. En el caso del Chenin, le aporta frescura, notas de durazno y flores blancas con esa acidez más marcada. “La idea fue jugar un poco con eso y hacer un blend un poquito más gordito, rescatando todo esto de esas variedades que nosotros en las bodegas las usamos siempre, pero es raro que estén en un vino varietal”, agrega. Estas cepas son típicas a la hora de acompañar a un Chardonnay o se prepara como bases en los espumantes. “Queríamos ponerlos en valor; jugar con la combinación. Esas partes iguales entre el Tocai y el Chenin para equilibrar la acidez y el volumen, y el torrontés viene a ponerle un poco más de nariz, más frescura y esa nota bien floral típica”.

2) MONTESCO VERDES COBARDES – MATÍAS MICHELINI, ENÓLOGO DE PASSIONATE WINES / VIOGNER, SAUVIGNON BLANC, SEMILLÓN Y CHARDONAY / UN VINO PENSADO PARA EL VERANO Y LA PILETA 

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“La idea con el Verdes Corbardes fue hacer un blanco del lugar, blanco de cordillera. Donde lo más importante es el vino en sí mismo y el lugar de donde provienen las uvas, no tanto así sus varietales”, describe Matías Michelini, enólogo y creador de Passionate Wines. “Cada una de las variedades fueron elegidas porque ellas representan la frescura y la austeridad del lugar: su altura, sus sueños de piedras manchadas de tizas, la geografía, sus relieves y el clima”. El corte elegido combina las cepas Sauvignon Blanc (65%), Semillon (25%), Chardonnay (5%) y Viognier (5%) de Tupungato, Valle de Uco, Mendoza. “Todas cosechadas en el punto de madurez que tal vez no sea el ideal para muchos, pero sí para mí”, suele afirmar Matías cada vez que le preguntan sobre este producto, que lo acusan de cosechar un “poco verde”, motivo por el cual bautizó así a su vino y por el que se ganó, también, el apodo de “El verde”. En referencia a la segunda parte del nombre, explica que para él “cobardes somos algunos que decidimos cortar las uvas con esta falta de madurez, en busca de expresión, tensión, nervio y profundidad”, una irónica descripción por sobre los que buscan cosechar la uva bien madura para que sea más fácil logar una fruta bien marcada. Verdes Cobardes busca resaltar la “frescura, la tensión, la electricidad. Es un vino pensado para el verano, para la pileta o para una copa en un bar”.

3) EL TEMIBLE LANZACUCHILLOS – JUAN UBALDINI, ENÓLOGO Y CREADOR DE «EL EQUILIBRISTA WINES» / PINOT NOIR Y MERLOT: UNA HEREGÍA ENOLÓGICA (QUE SALIÓ MUY BIEN)

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“La cosecha 2015 fue muy lluviosa y complicada. Eso hizo que aquel pinot tuviese una expresión muy distinta al típico Pinot Noir. Cada vez que catábamos las distintas muestras nos dejaba como un gustito a poco, menos una, que como no nos había alcanzado para llenar la barrica completa, era mitad Pinot Noir y mitad Merlot”. Con esta anécdota, Juan Ubaldini –enólogo y creador de El Equilibrista Wines– cuenta el nacimiento de El Temible Lanzacuchillos: un blend de Pinot Noir y Merlot. “Conceptualmente el vino es casi una ‘herejía enológica’ de mezclar dos cosas totalmente distintas, sobre todo hablando de dos variedades que son representantes de los polos opuestos de Francia: Borgoñeses y Bordeleses”, Juan sigue con su historia, pero aclara: “El concepto no era hacer un corte loco y llamar la atención, sino fue algo que se dio y nos gustó mucho; era embotellar y mostrar un producto que nos gustara, nos convenciera y nos pareciera original. No por el hecho de caer en la prisión de no romper las reglas íbamos a hacer algo que no nos convencía tanto”.
Para Juan, una de las ventajas de estas “pequeñas casualidades” es salir a mostrar esas particulares o esas joyitas que normalmente no se encuentran. “Hay que destacar el valor del gusto; no tiene que ver con los estándares o con las cosas más cotidianas. Si hay algo que está bueno por más que sea raro no hay porqué ocultarlo. Es lo lindo de la diversidad y probar cosas distintas; y así hacer la experiencia del vino un poco más lúdica”.

4) PIMA / MAURO NOSENZO, ENÓLOGO DE ALGODÓN WINE ESTATES / UN PENTAVARIETAL DE MALBEC, BONARDA, CABERNET SAUVIGNON, SYRAH Y MERLOT / ESPECIAL PARA UNA SOBREMESA 

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Soñé con ese blend: me imaginaba que mezclando diferentes variedades se iba a potenciar lo floral, lo frutal y lo especiado, y a partir de una microvinificación de cada cepa empecé a jugar con las distintas variedades”, cuenta Mauro Nosenzo, enólogo en Algodon Wine Estates. El Pima es un pentavarietal de Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot de producción limitada de 3.000 botellas de la bodega de San Rafael, Mendoza. “Siempre busqué tener un vino que fuese el ícono de la empresa y haberlo logrado me pone muy feliz. Me gusta hacer mezclas o blends, no tengo una receta fija: voy afinando la puntería cada año y trato en lo posible de trabajar en el viñedo, para así saber cómo va entrar la fruta a la bodega, que ya desde la planta elijo cuáles serán para el Pima”.
A la hora de acompañar este vino, el enólogo sostiene que “es para momentos especiales, creo que nunca lo descorcharía estando solo”, dice entre sonrisas Mauro y sigue con su teoría de que no es un vino para egoístas. “Es para momentos románticos, momentos de negocios o reuniones entre amigos sino nadie te va a creer cuando le comentes lo que estuviste degustando”. A la hora de los platos, Mauro recomienda “carnes salvajes o comidas elaboradas”, aunque destaca: “Es especial para una sobremesa”, y que así sea el vino quien acompañe una buena charla