TAN BELLA BUENOS AIRES: ASÍ LA REDESCUBRIMOS UN DÍA / POR SOL DI VITO

Once de la mañana de un día soleado en San Telmo y la basílica de San Francisco anunció las once de la mañana. Mientras las campanas resonaban, dos mujeres inglesas negociaban el precio de una cartera en un puesto de la calle Defensa. “Five thousand pesos” les había respondido el vendedor en un intento de traducir la respuesta que su compañera había dado en referencia a una cartera de quinientos pesos. Extrañadas, se alejaron con una sonrisa. Una típica mañana en el corazón turístico de la Ciudad de Buenos Aires. Pero aquel día fue diferente. Las viseras, los zapatos de trecking, las cámaras de fotos, las botellas de agua y el resto del típico equipo del viajero ya no pertenecían solo a los extranjeros. Por un fin de semana, en el marco del “Día Nacional de los Monumentos”, organizado por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, los argentinos jugaron a ser turistas y redescubrieron aquellas fachadas, estatuas y veredas que caminan todos los días. El sábado 18 y domingo 19 de marzo, más de 400 monumentos, edificios y lugares de valor patrimonial se abrieron al público con el fin de mostrar a la ciudadanía el valor histórico que guarda cada rincón del país. Recorridos por los característicos barrios de Córdoba, degustaciones de vino en bodegas cuyanas en Catamarca y visitas guiadas por todo Buenos Aires fueron solo algunas de las actividades que pretendieron reforzar la identidad cultural de los argentinos. En MALEVA también fuimos a dar una vuelta, hicimos una lista de cinco monumentos que queríamos conocer.
 

1) ALTOS DE ELORRIAGA: LA CASA DE DOS PLANTAS MÁS ANTIGUA DE LA CIUDAD ¡ASÍ EMPEZAMOS POR EL PRINCIPIO!

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Si se quiere redescubrir la ciudad, se debe empezar, como se dice, por el principio. Altos de Eldorriaga, en la esquina de Alsina y Defensa, es la construcción de dos plantas más antigua que aún sigue en pie. Esta, construida en 1808, se encuentra frente a la famosa Farmacia de la Estrella, primer local de este tipo en Buenos Aires, que aún conserva su cielo raso en el que se puede apreciar un famoso fresco pintado por Carlos Barberis. A tan solo metros, sonaba una cumbia, un canto irónico al Casco Histórico de la ciudad.
 

2) LA REMOZADA AVENIDA DE MAYO Y SUS CAFÉS DE LA MANO DE UN ESPECIALISTA QUE NOS TIRÓ UN DATAZO: LA GRAN VÍA DE MADRID ES HIJA DE LA AVENIDA PORTEÑA (Y NO AL REVÉS)

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Para descansar de la amalgama de idiomas, acentos y nacionalidades, la opción ideal fue acompañar a Horacio Spinetto, arquitecto, sociólogo y artista plástico, en su recorrido por los cafés históricos sobre la Avenida 25 de Mayo. A esta actividad solo asistieron curiosos porteños ávidos por aprender los secretos de una de las avenidas principales de la ciudad, inspirada en el famoso Boulevard Haussmann de París. “La Gran Vía de Madrid es hija de la Avenida 25 de Mayo, es por lo menos 15 años menor», aseguró el arquitecto, miembro de la Comisión de Promoción de Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables . La peregrinación comenzó en el Cabildo y solo llegó a su destino una vez alcanzado el Palacio Barolo. La propuesta fue explorar, observar con otros ojos y conocer las historias detrás de cada ladrillo. Estos cafés surgieron al mismo tiempo que los hoteles, la mayoría construidos entre fines del siglo XIX e inicios del XX. En aquellas épocas, recuerda el historiador, se acostumbraba a tomar sidra tirada, costumbre hoy perdida. El Café Tortoni, que toma su nombre de un café parisino, es el más antiguo que aún permanece abierto. Dentro, todavía se puede encontrar lo que solía ser la peluquería y la “Peña del Tortoni”.

3) EL GRAN REX: UN MONUMENTO EN SERIO EN EL QUE CASI NO HAY VISITAS GUIADAS 

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Pocos saben que el Teatro Gran Rex, construido en tan solo 7 meses por el mismo arquitecto que diseñó el Obelisco, nació como un cine hace 80 años. En la actualidad, es uno de los diez teatros más grandes del mundo. “Esto es muy inusual, no solemos hacer visitas” aclaró Federico, el guía, antes de acceder al teatro cuyas bóvedas se encuentran diseñadas a partir del Radio City Music Hall de Nueva York. Ante más de 3200 butacas, el escenario estaba siendo preparado para el recital de Carlos Vives esa misma noche, con “teatro lleno”. Instrumentos, luces y andamios poblaban el escenario, listo para empezar la prueba de sonido.

4): LA BELLA USINA DEL ARTE Y HENRI CARTIER BRESSON

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Un poco más alejado ya del centro de la ciudad, en La Boca, La Usina del Arte acercó a los porteños la misma muestra del fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson que se encuentra en exhibición en París, en la propia fundación del artista. Una selección de 133 fotografías trasladaron a los visitantes por todo el mundo: París, India, China, México, Japón, entre otros. Los famosos retratos de figuras públicas como Truman Capote y Jean Paul Sartre también estuvieron presentes, en honor al famoso “padre del foto reportaje”.

5) ÚLTIMA PARADA PORTENÍSIMA Y CON ALGO DE TANGO EN EL BAR EL PROGRESO

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Ningún turista deja Buenos Aires sin presenciar, en vivo, la pasión de los músicos argentinos al tocar tango. Inmerso en Barracas, el Bar El Progreso hospedó por solo una noche al dúo de tango Tagini-Merlino para recordar a los locales qué es aquello por lo que somos más conocidos en el mundo. Con los ojos cerrados, tocaron el acordeón y cantaron en aquel bar de barrio abierto en 1942 con camisetas de fútbol en las paredes. Al finalizar el show, todos recordaron que no eran forasteros de lejanas tierras y que aquella era su propia historia, su cultura.
Foto destacada RODRIGO PAREDES: Creativa Commons FlickR