SABER FESTEJAR EN JOSÉ IGNACIO

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Arena, llamas a los costados, en la divina pasarela de ingreso a la fiesta

 

SABER FESTEJAR EN JOSÉ IGNACIO. Por Paula Galloni (desde punta del este). Fotos: gentileza Tomás Donlon, Clara Gessaghi y mass.

Imaginemos la fiesta ideal. ¿Verano? Claro. ¿Dónde? Y… playa. Máxima condición: buena música y exclusividad. ¿Qué no puede faltar? Amigos y una caipiroshka bien helada en la mano. Desde hace nueve años la firma Lacoste organiza la primera fiesta del verano esteño en el restó La Huella, en José Ignacio, y nadie, pero ¡nadie! quiere perdérsela. Hace tiempo que la fecha del evento se transformó en inamovible y los habitúes de tierras uruguayas saben que el 27 la playa Brava es el must go de la noche. Por supuesto, junto con Maleva fuimos parte de la lista de mil invitados.
La buena energía estaba ahí, todo el tiempo. ¿Cómo podría ser de otra manera si el clima era ideal, la ambientación –a cargo de la Negra Torres– tuvo todos los detalles Lacoste, con sus clásicos colores vivos, y además de poder degustar los mejores platos de Alejandro Morales, chef de La Huella, sobre la arena se ubicaron tiendas gastronómicas con comida temática? Sin dudas, el hit fueron los nem (arrolladitos vietnamitas) y la variedad de crepes, salados y dulces, que se sirvieron a toda hora.

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La DJ sueca Baby Soul y todos bailando en una genial pista con invitados de distintas edades y distintos países

 
Justo cuando nos acercamos a la pista interactiva de leds – sí, efectivamente si pisábamos una de las miles de baldosas transparentes que lo componían, el piso se iluminaba de color verde, fucsia o azul el reloj marcó la medianoche y, como uno espera en este tipo de celebraciones: mega show de fuegos artificiales. Y cuando creíamos que habían terminado y se comenzaban a escuchar aplausos, otra vez se disparaba más pirotecnia dibujando el cielo con una lluvia de fireworks.

«Desde hace nueve años la firma Lacoste organiza la primera fiesta del verano esteño en el restó La Huella, en José Ignacio, y nadie, pero ¡nadie! quiere perdérsela. Hace tiempo que la fecha del evento se transformó en inamovible y los habitúes de tierras uruguayas saben que el 27 la playa Brava es el must go de la noche. Por supuesto, junto con Maleva fuimos parte de la lista de mil invitados.»

 
Cuando los colores estallan en el aire, bum, paaaaa, bum, paradójicamente sucede adentro de uno esa mezcla de reflexión ensimismada, con alegría, con emoción, típica de los cierres, de las cañitas voladoras, de la pirotecnia pour nous. Entonces, con la música de la sueca DJ Baby Soul de fondo, la noche se iluminó. Creo que sonaba Johnny Cash de fondo, no lo sé, pero el momento fue perfecto, diría que el mejor para los enamorados. Una pareja de jóvenes franceses –ella con la típica languidez de las europeas parisinas, el pelo oscuro y sin tacos- se besó apasionadamente cuando el último “fuego” estalló en el aire. No estaban en la ciudad del amor, pero lograron transmitir puro romanticismo en las playas de José Ignacio.

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A las doce, empezaron los fuegos

«Entonces, con la música de la sueca DJ Baby Soul de fondo, la noche se iluminó. Creo que sonaba Johnny Cash de fondo, no lo sé, pero el momento fue perfecto, diría que el mejor para los enamorados. Una pareja de jóvenes franceses –ella con la típica languidez de las europeas parisinas, el pelo oscuro y sin tacos- se besó apasionadamente cuando el último “fuego” estalló en el aire. No estaban en la ciudad del amor, pero lograron transmitir puro romanticismo en las playas de José Ignacio.»

Ciento por ciento multicultural, la fiesta Lacoste convoca a uruguayos, argentinos, brasileros, yankees y europeos. Incluso dijeron presente asiáticos, y –alguna vez- hasta Príncipes (en 2011, Pierre Casiraghi y su novia, Beatrice Borromeo aportaron su charme a la celebración).

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Al pisar esta pista, se iluminaba cada vez de un color distinto

 
Las primeras horas los géneros que dominaron la pista fueron el rock, soul y blues, por eso, la pista estuvo colapsada por invitados over fifty. Los jóvenes cool del Este, entre los que estaban Camila Costantini, Manuel Viale, Mía Flores Pirán y su novio, Momo Trosman fueron los “reyes”  del dancing cerca de las dos, cuando llegó Chiwi Baynaud, residente de la disco Tequila, para aportar su cuota de diversión. No molestaba enterrar el taco en la arena o que el viento pegara fuerte en la cara porque todos, incluso las mujeres más lookeadas, con vestidos de diseñador, como Patricia Della Giovampaola con diseño de Robeto Cavalli, pisaron en algún momento la pista y se contagiaron con la música.
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La Huella por fuera, antes de que explotara, cuando íban cayendo los primeros

 
En la barra del restó no cabía ni un alfiler. Ahí, las botellitas de Chandon 187 eran las elegidas para brindar entre amigos. En el piso de arriba estaba ubicado el VIP pero eran pocos los que elegían quedarse ahí porque desde allí podía verse como la gente no dejaba de entretenerse: ya sea bailando, probando tragos o degustando alguna comida.

«Las primeras horas los géneros que dominaron la pista fueron el rock, soul y blues, por eso, la pista estuvo colapsada por invitados over fifty. Los jóvenes cool del Este, entre los que estaban Camila Costantini, Manuel Viale, Mía Flores Pirán y su novio, Momo Trosman fueron los “reyes”  del dancing cerca de las dos, cuando llegó Chiwi Baynaud, residente de la disco Tequila, para aportar su cuota de diversión. No molestaba enterrar el taco en la arena.»
 

Al momento de partir, tuvimos que atravesar una entrada de madera y dos vallas –las mismas que cruzamos para entrar-, y a pesar de que el reloj marcaba altísimas horas de la madrugada, una larga fila de personas aún deseaba entrar a una de las mejores fiestas del año. La que marca el inicio de un nuevo verano.  ¡Salud malevenses!